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¿Cómo ayudar a una persona adicta?

Nadie que esté enganchado a las drogas o al juego se recupera sin ayuda. Hace falta un tratamiento específico. La familia es clave en el arranque

El Correo

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La única forma de ayudar a una persona adicta es con intervención profesional. Esto deben tenerlo claro las familias. Estamos habituados a no hablar de adicción. Por vergüenza. Seguimos pensando que el adicto se lo ha buscado, es un vicioso, mala persona y débil de carácter. No digamos si la afectada es mujer, en cuyo caso sufre el estigma doblemente.

La adicción es un tema tabú la mayoría de las veces. Una enfermedad tan extendida como silenciada. Es el ‘elefante en el salón’ de las enfermedades mentales. Un problema que ocupa un espacio enorme, pero del que no se quiere hablar.

Según los datos médicos, el 10% de la población es adicta. En el País Vasco, habría más de 200.000 familias afectadas.

Pérdida de control

Se trata de un trastorno de salud mental. Se da en personas con una determinada predisposición. Entre los factores causantes, el genético y el bioquímico (déficit de dopamina en el cerebro) son determinantes.

Se caracteriza por la pérdida de control sobre el consumo de drogas o conductas como el juego. La persona adicta necesita consumir cada vez más cantidad (tolerancia) y con más frecuencia (dependencia). En adicción, se dice que una es demasiado y mil no son suficientes. Porque el adicto no puede parar cuando toma la primera y, al mismo tiempo, no se sacia jamás.

Es una enfermedad. Ningún adicto es culpable. Aunque sí responsable de ponerse bien. Los familiares del adicto deben informarse y pedir ayuda profesional.

Nadie se recupera solo. En el caso de la persona adicta, querer no es poder. Hay tres fases: uso, abuso, dependencia. En las dos primeras hay voluntad. En la tercera no. La adicción daña las áreas del cerebro relacionadas con el control de impulsos y la toma de decisiones.

La pescadilla que se muerde la cola

La persona adicta niega que tenga un problema. Se engaña a sí misma. Porque necesita seguir consumiendo. Para tapar el malestar del síndrome de abstinencia. Es el ciclo adictivo; la pescadilla que se muerde la cola. Solo con tratamiento es posible parar la rueda y hacerla girar en sentido contrario.

La pareja, los familiares y los amigos íntimos cumplen una función clave. El adicto no está en condiciones: distorsiona la realidad, niega el problema y declina ir a terapia. Es su entorno el que habitualmente se encarga de pedir ayuda. Es la familia, guiada por los profesionales, quien empuja para que el adicto empiece el tratamiento, ya sea en régimen de ingreso, centro de día o ambulatorio.

Intervención efectiva

En caso de que el paciente se niegue en rotundo a tratarse, los familiares deben dejar claro que no van a seguir dando pábulo a la enfermedad. O el adicto admite su problema y empieza la desintoxicación y las terapias, o la familia dejará de tapar sus mentiras, pagar sus consumos y sacarle de los líos.

En CREA, atendemos a los familiares para lograr una intervención efectiva. Para abordar cuanto antes la desintoxicación. Y comenzar el camino de la rehabilitación. Con la meta final de una vida plena sin consumo.

CREA Rehabilitación 

Dirección: Alda. Urquijo, 33 – 1º Izq. (Bilbao)

Teléfono: 697 85 45 65

Email: info@adiccionescrea.com

Web: www.adiccionescrea.com

RPS: 32/25

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