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Cerro Añón surge de la unión de diferentes vinos elaborados por separado con uvas de diversas zonas de Rioja. Un conjunto que aporta más que la mera suma de sus elementos y que lo convierten en el ensamblaje perfecto.
Seleccionar lo mejor para construir grandes vinos de Rioja. Esa es la filosofía que ha convertido a Cerro Añón en vino icónico de Bodegas Olarra. Una seña de identidad que se elabora siguiendo una de las maneras más tradicionales que tanta fama ha dado a Rioja: buscando el ensamblaje perfecto de uvas seleccionadas que representan una gran diversidad de viñedos y suelos. Así se ha escrito la historia de Rioja.
Y así se ha escrito también la de Cerro Añón: con la mejor materia prima y con métodos tradicionales que se han ido adaptando a los nuevos tiempos, en una evolución tranquila de sus vinos acorde a los nuevos gustos del consumidor. Porque si algo queda claro con Cerro Añón es que los vinos son para las personas. Para las personas a las que les gustan las cosas bien hechas, las cosas de siempre. Personas a las que les gustan los vinos Cerro Añón: Crianza, Reserva y Gran Reserva.
Tres tintos con autenticidad. Cerro Añón Crianza destaca por el ensamblaje de uvas y viñedos de gran calidad. Notas de cereza, con buena estructura y complejidad. Cerro Añón Reserva es, desde su concepto inicial, un vino pensado como los grandes clásicos de Rioja. Complejo y fino. Redondo y estructurado. Y por último, un gran vino surgido en un gran viñedo: Cerro Añón Gran Reserva. Delicado equilibrio de fruta, ahumados y especias. Amplio, redondo y elegante.
Bodegas Olarra apuesta por la evolución. De hecho llevan 50 años creyendo en ella, adaptando y mejorando sus vinos de forma pausada y tranquila al ritmo que cambia el mundo y fieles a su carácter familiar. Por eso son una bodega siempre clásica, siempre moderna. Siempre en movimiento.
Actualmente, al frente está la tercera generación de la familia, que ha sabido rodearse de profesionales talentosos y comprometidos, que consideran como propio el ‘proyecto Olarra’. «Olarra es una historia viva, alimentada por toda la gente que ha trabajado con nosotros durante tantos años», aprecian.
Bodegas Olarra es, además, conocida como La Gran Catedral del Rioja desde su nacimiento, porque el diseño de su edificio marcó un antes y un después y sembró lo que varias décadas más tarde se denominaría ‘arquitectura del vino’. Hasta entonces, el vino se elaboraba en plantas industriales de nulo valor arquitectónico, pero Olarra dio un paso más y confió en la visión del arquitecto Juan Antonio Ridruejo, que proyectó una construcción especialmente pensada para la elaboración del caldo. Así, creó un edificio en el que convergen funcionalidad y diseño y cuya estructura, en forma de letra ‘Y’ o de tres ‘alas’, simboliza las tres zonas vinícolas de Rioja: Alta, Alavesa y Oriental.
Tres zonas en las que está presente Bodegas Olarra, que gestiona viñedos en toda Rioja, especialmente en la subzona de Rioja Alta. Allí, el viñedo se extiende al sur del río Ebro desde las Conchas de Haro, en el oeste, hasta un poco más allá de Logroño, en el este.
Sin embargo, el terruño y las materias primas son solo una de las razones que han hecho posible los grandes vinos elaborados en esta bodega a lo largo de sus más de 50 años de vida. Pero hay más, como saber rodearse de un gran equipo. Así, durante más de dos décadas, trabajó con el reconocido enólogo Ezequiel García, fallecido en 2017. Conocido como ‘El Brujo’, sus 21 años en Olarra dejaron una huella imborrable en los vinos y en el equipo de enología actual, liderado por Luis Limousin Ucín y Javier Martínez de Salinas, uno de los mejores enólogos de España.
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Dirección: Avenida Mendavia, 30 (Logroño)
Teléfono: 941 235 299
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