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La diputada de Desarrollo Económico e Innovación destaca el «compromiso y esfuerzo» de todos los agentes en la consecución de las 17 metas
Álava es un territorio diverso y plural en el que conviven espacios naturales emblemáticos con polos de desarrollo industrial y logístico de referencia, zonas rurales e importantes núcleos urbanos, con un rico patrimonio cultural y natural, fiel a sus raíces y tradiciones, con vocación de innovación constante, y con una sociedad moderna, diversa y abierta. No es ajena, por tanto, a la mayoría de los retos globales y complejos a los que se enfrentan las sociedades avanzadas, y que se enfocan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Así, la reducción de las desigualdades sociales, la mejora del medioambiente, la equiparación entre mujeres y hombres, o el equilibrio en los beneficios del desarrollo son desafíos para asegurar un futuro digno y sostenible para todas las personas de Álava. Y por ello, garantizar y trabajar por un desarrollo sostenible en su triple vertiente-económica, social y medioambiental.
La Diputación Foral de Álava decidió en el año 2017 sumarse a la hoja de ruta mundial a favor de las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas conocida como Agenda 2030, ya que reconoce esta Agenda, junto con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como una herramienta imprescindible para asegurar el tránsito hacia un modelo de desarrollo incluyente y sostenible, una hoja de ruta compartida por toda la comunidad internacional. La Alianza Alavesa por el Desarrollo Sostenible surge de la inquietud y convencimiento de la Diputación Foral de Álava, consciente de que implementar la Agenda 2030 y alcanzar los ODS requiere de un compromiso y esfuerzo compartido entre los diversos agentes económicos, sociales, educativos, culturales, empresariales, públicos y privados del territorio alavés.
La Alianza se conformó formalmente el 24 de septiembre de 2018 en el Artium de Gasteiz en un evento público, presidido por el diputado general de Álava, que en su intervención subrayó la gran oportunidad que es la Agenda para Álava y las personas que viven en ella. Desde entonces, la Alianza está compuesta por alrededor de 100 entidades diversas y representativas de la sociedad alavesa, comprometidas con nuestro el territorio, con sus personas y con un desarrollo sostenible.
Una de las fortalezas de esta Alianza reside precisamente en la diversidad de actores que forman parte de ella, y que en conjunto, representan bastante bien a la sociedad alavesa: desde el ámbito institucional, como la propia DFA o diferentes ayuntamientos del Territorio Histórico de Álava, fundaciones, entidades formativas de nuestra juventud, empresas (grandes, medianas y pequeñas), el mundo del deporte, el mundo del teatro y la cultura, así como multitud de organizaciones del tercer sector y movimientos sociales. Y fruto de su colaboración altruista, el desarrollo de múltiples acciones para trabajar por la consecución de metas relacionadas con los 17 ODS (calculadora de huella climática e hídrica, jornadas de formación y sensibilización, planes para defender la biodiversidad de nuestro ecosistema en localidades de Álava, reconocimiento a nuestras empresas más sostenibles,…).
Desde luego que la Diputación Foral de Álava está obligada a impulsar un desarrollo sostenible en el territorio. La Alianza Alavesa por el Desarrollo Sostenible 2030 lo que pretende es facilitar, reconocer e impulsar el trabajo que diferentes entidades de la sociedad alavesa realizan en favor del desarrollo sostenible. Esta Alianza, abierta-en construcción, voluntaria y participativa, está inmersa en fomentar grupos operativos que trabajen en el desarrollo de prototipos de colaboraciones que, alineadas con los ODS, permitan avanzar en la Agenda 2030. Se trata por lo tanto de una oportunidad única de trabajar hacia un horizonte común, de aunar esfuerzos por el bien de Álava y de todas las personas y pueblos del planeta, en el marco de los valores y principios de la Agenda 2030 y sus objetivos.
Si queremos transformar los comportamientos de la ciudadanía en relación a los residuos, debemos hacer pedagogía. Y para ello son fundamentales campañas de sensibilización como ‘Mucho más de lo que ves’, con la que hemos llegado ya a más de 500 alumnos de una veintena de centros escolares alaveses y generando una red que alcanza a profesorado, alumnado y familias. Hoy en día tenemos dos importantes retos, que son, por un lado, reducir la generación de residuos mediante la prevención y la reutilización, y avanzar hacia un comportamiento más respetuoso con nuestro planeta, y todo ello debemos trabajarlo e inculcarlo desde el inicio de la vida escolar.
La transición verde es un cambio en los modelos de producción y consumo de energía que todas las organizaciones, si no están ya en ello, tendrán que abordar más pronto que tarde. En el caso de la industria alavesa, para la diputada de Desarrollo Económico e Innovación, Saray Zarate, se trata de «uno de los retos más potentes al se enfrenta y se enfrentará en la próxima década. Un desafío que afecta a todas las empresas, grandes, medianas y pequeñas, de cualquier sector de actividad». Sin embargo, el esfuerzo económico e innovador que exige este reto debe verse, a su juicio, como «una oportunidad para posicionar a nuestras empresas, sus productos y sus servicios. Las empresas deben, efectivamente, considerar la reducción de la huella de carbono como un elemento de competitividad, más allá de una imposición normativa».
Poniendo el foco en las pymes, que son los principales protagonistas del tejido económico alavés y dan servicio a las grandes empresas, Zarate señala que «pueden utilizar la descarbonización como un elemento diferenciador frente a competidores de otros lugares. Disponer de procesos, sistemas logísticos y productos verdes puede suponer una gran aportación de valor a estas grandes empresas. Por ello, estamos ya promoviendo una gran alianza alavesa para la descarbonización en la que empresas, asociaciones, instituciones, centros tecnológicos, etc. aúnen sus esfuerzos para responder a este gran reto: descarbonizar nuestra economía como un elemento de competitividad empresarial y territorial».
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