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La Cueva de los Murciélagos de Albuñol, en Granada, es uno de los yacimientos arqueológicos más notables del neolítico europeo. Explotada en el siglo XIX por el guano que se acumulaba en la cavidad, producido por los quirópteros que le dan nombre, en ella se encontraron varios esqueletos con su ajuar funerario y restos de la indumentaria con la que estaban amortajados. Sus condiciones ambientales permiten que en ella se conserven materiales orgánicos que normalmente suelen desaparecer con el paso del tiempo. Esta particularidad ha permitido a un equipo científico multidisciplinar identificar entre los restos arqueológicos encontrados en la cueva las que han resultado ser las cuerdas de arco más antiguas de Europa. Se elaboraron hace más de 7.000 años y su estudio ha permitido descubrir una tecnología mucho más compleja de la que pudiera suponerse al hablar de arcos y flechas prehistóricos.
Granada
Albuñol
Motril
Málaga
Imagen desde el interior de la Cueva de Los Murciélagos. IDEAL
EQUIPAMIENTO PARA EL TIRO CON ARCO DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (5300-4900 A.C.)
Cueva de Los Murciélagos
(Albuñol, Granada)
Tendones de animales para las cuerdas del arco. Los ligamentos se torsioneaban entre sí para crear cuerdas de longitud suficiente.
Las puntas eran de madera sin proyectiles de piedra o hueso.
Los astiles de las flechas fueron recubiertos con brea de abedul por motivos técnicos y probablemente estéticos.
Hacían un tratamiento térmico que permitía obtener brea
de la corteza del abedul, un adhesivo natural para unir las partes de la flecha.
Fibras de tendón atadas, plumas y adhesivo para las uniones.
En una misma flecha combinaban varios tipos de madera para puntas y astil para mejorar la eficiencia balística. Parte frontal dura y densa (olivo) y parte trasera ligera (sauce y caña).
1. 2. 3. / Cuatro de los astiles encontrados en la cueva de madera de olivo y caña decorados con brea de abedul.
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4. Detalle del engarce de las flechas.
5. / Cuerdas del arco hechas con ligamentos animales.
6. / Detalles de la cuerdas.
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FOTOS Proyecto MUTERMUR
Granada
Albuñol
Motril
El Ejido
Málaga
Imagen desde el interior de la Cueva de Los Murciélagos. IDEAL
EQUIPAMIENTO PARA EL TIRO CON ARCO DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (5300-4900 A.C.)
Cueva de Los Murciélagos
(Albuñol, Granada)
Tendones de animales para las cuerdas del arco.
Tendones de animales para las cuerdas del arco. Los ligamentos se torsioneaban entre sí para crear cuerdas de longitud suficiente.
Las puntas eran de madera sin proyectiles de piedra o hueso.
Los astiles de las flechas fueron recubiertos con brea de abedul por motivos técnicos y probablemente estéticos.
Hacían un tratamiento térmico que permitía obtener brea
de la corteza del abedul, un adhesivo natural para unir las partes de la flecha.
Fibras de tendón atadas, plumas y adhesivo para las uniones.
En una misma flecha combinaban varios tipos de madera para puntas y astil para mejorar la eficiencia balística. Parte frontal dura y densa (olivo) y parte trasera ligera (sauce y caña).
1. 2. 3. / Tres de los astiles encontrados en la cueva de madera de olivo y caña decorados con brea de abedul.
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4. Detalle del engarce de las flechas.
5. / Cuerdas del arco hechas con ligamentos animales.
6. / Detalles de la cuerdas.
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FOTOS Proyecto MUTERMUR
Imagen desde el interior de la Cueva de Los Murciélagos. IDEAL
Granada
Albuñol
Motril
El Ejido
Málaga
EQUIPAMIENTO PARA EL TIRO CON ARCO DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (5300-4900 A.C.)
Cueva de Los Murciélagos
(Albuñol, Granada)
Cocción a fuego lento de la corteza del abedul.
Tendones de animales (cabras, cerdos, jabalíes o corzos) para fabricar las cuerdas del arco.
Los ligamentos se torsioneaban entre sí para crear cuerdas de longitud suficiente.
Las puntas eran de madera sin proyectiles de piedra o hueso.
Los astiles de las flechas fueron recubiertos con brea de abedul por motivos técnicos y probablemente estéticos.
Hacían un tratamiento térmico que permitía obtener brea de la corteza del abedul, un adhesivo natural para unir las partes de la flecha.
Fibras de tendón atadas, plumas y adhesivo para las uniones.
En una misma flecha combinaban varios tipos de madera para puntas y astil para mejorar la eficiencia balística. Parte frontal dura y densa (olivo) y parte trasera ligera (sauce y caña).
1. 2. 3. 4. / Cuatro de los astiles encontrados en la cueva de madera de olivo y caña decorados con brea de abedul.
5. Detalle del engarce de las flechas.
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6. / Cuerdas del arco hechas con ligamentos animales.
7. / Detalles de la cuerdas.
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FOTOS Proyecto MUTERMUR
Granada
Albuñol
ALMERÍA
MÁLAGA
Motril
El Ejido
Málaga
Imagen desde el interior de la Cueva de Los Murciélagos. IDEAL
EQUIPAMIENTO PARA EL TIRO CON ARCO DEL NEOLÍTICO ANTIGUO EN LA PENÍNSULA IBÉRICA (5300-4900 A.C.)
Las puntas eran de madera sin proyectiles de piedra o hueso.
Cueva de Los Murciélagos
(Albuñol, Granada)
Cocción a fuego lento de la corteza del abedul.
Tendones de animales (cabras, cerdos, jabalíes o corzos) para fabricar las cuerdas del arco.
Hacían un tratamiento térmico que permitía obtener brea
de la corteza del abedul, un adhesivo natural para unir las partes de la flecha.
Plumas en la parte trasera para darles equilibrio
Fibras de tendón atadas, plumas y adhesivo para las uniones.
En una misma flecha combinaban varios tipos de madera para puntas y astil para mejorar la eficiencia balística. Parte frontal dura y densa (olivo) y parte trasera ligera (sauce y caña).
Los astiles de las flechas fueron recubiertos con brea de abedul por motivos técnicos y probablemente estéticos.
Los ligamentos se torsioneaban entre sí para crear cuerdas de longitud suficiente.
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1. 2. 3. 4. / Cuatro de los astiles encontrados en la cueva de madera de olivo y caña decorados con brea de abedul.
5. Detalle del engarce de las flechas.
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FOTOS Proyecto MUTERMUR
6. / Cuerdas del arco hechas con ligamentos animales.
7. Detalles de la cuerdas.
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FOTOS Proyecto MUTERMUR
«La identificación de estas cuerdas supone un paso crucial en el estudio del armamento neolítico. No sólo hemos podido confirmar el uso de tendones animales para fabricarlas, sino que también hemos identificado el género o especie animal del que procedían», explica Ingrid Bertin, investigadora de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y primera firmante del artículo publicado en 'Scientific Reports', en el que han participado equipos de varias universidades e instituciones científicas francesas y españolas.
«La extraordinaria conservación de la Cueva de los Murciélagos» ha permitido estudiar «flechas en las que se conservan las plumas, fibras atadas, sustancias adhesivas y dos probables cuerdas de arco», dice el artículo.
Seis de estos objetos se han datado mediante el radiocarbono. Cinco, entre ellos las dos cuerdas, tienen algo más de 7.000 años mientras que el sexto, una punta de flecha de olivo, se sale de la tabla porque es 'reciente': 'solo' tiene algo más de 3.800 años. Los objetos más antiguos se enmarcan en la «fase de ocupación neolítica temprana de la cueva», lo que es muy interesante porque fue un periodo en el que en la cavidad se depositaron «diferentes objetos como ajuar funerario». Es muy posible que tuvieran algún sentido simbólico más allá de su utilidad como herramientas de caza.
Los objetos identificados se dividen en dos grupos. Por una parte están los astiles y las puntas de flecha. Son de madera de sauce, olivo o caña, y uno conserva restos de las plumas y las «fibras enrolladas que fijan los diferentes elementos». Los materiales escogidos mejoraban «significativamente las propiedades balísticas de las flechas, cuyas puntas son de madera sin proyectiles de piedra o hueso. Futuros experimentos podrán aclarar si estas flechas pudieron utilizarse para la caza o el combate cuerpo a cuerpo, o si pudieron ser flechas no letales», añade Ingrid Bertin.
En cuanto a los dos fragmentos de cuerda, «están en muy buen estado, aunque presentan algunas roturas en los extremos», según resalta el estudio. Su elaboración «demuestra las habilidades técnicas y la pericia de las primeras sociedades agrícolas del sur de Iberia». El primero mide «aproximadamente 34 centímetros de largo por 3 milímetros de diámetro». El segundo es una cuerda «de 59 centímetros de largo por 3 milímetros de diámetro». Esta es interesante porque en ella «se observa un nudo, que podría ser una reparación». La primera se fabricó con tendones de cabra. Pero la segunda es más compleja: se trenzó «a partir de tendones de múltiples especies». posiblemente de tres: algún animal del género sus –del que forman parte los cerdos y los jabalíes–, un cáprido y un cérvido.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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