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Michael Moore recuerda en el filme que dos años antes de las elecciones ya advirtió de que había que tomarse en serio a Trump.

Michael Moore despedaza a Trump

Estreno ·

El polémico cineasta indaga en las razones del triunfo del presidente y traza un desolador retrato de EE UU en 'Fahrenheit 11/9', otro de sus avasalladores documentales, que llega a los cines este fin de semana

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Miércoles, 7 de noviembre 2018

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Solo era cuestión de tiempo que Michael Moore rodara una película sobre Trump. 'Fahrenheit 11/9' le da la vuelta en la fecha a la cinta que dedicó en 2004 a la política exterior de Bush tras los atentados del 11-S. Moore no es precisamente un cineasta sutil, sino más bien un maestro de la manipulación entendida como el arte de emocionar a través de documentales apabullantes, en los que a la sobredosis de información se unen hábiles recursos del cine de ficción.

Sin embargo, 'Fahrenheit 11/9' no es el panfleto simplón sobre la persona más poderosa del mundo, que cada vez que abre la boca se descalifica a sí misma. Moore no acomete la labor baldía de retratar a un millonario racista y misógino, sino que trata de entender por qué los americanos le votaron.

La masa enfervorecida con la que arranca el documental no aclama a Trump, sino a Hillary Clinton, a la que la noche previa a las elecciones del 8 de noviembre de 2016 el mundo entero daba como vencedora. Su rival republicano solo contaba con un 15% de posibilidades de ganar según el 'New York Times', un diario que no sale muy bien parado en el filme y al que se culpa de acabar con la alternativa que encarnaba Bernie Sanders. Aquella noche Trump fue imponiéndose estado a estado, hasta que su rostró se proyectó en la fachada del Empire State Building como el 45 presidente de EE UU. «¿Qué coño pasó», se pregunta Moore mientras suena el 'Ríe payaso' de la ópera 'Pagliacci'.

'Fahrenheit 11/9' indaga en las motivaciones que llevaron a Trump a entrar en política. Todo empezó cuando la estrella televisiva del programa 'El aprendiz' se enteró de que la cantante Gwen Stefani cobraba más que él. Aquella broma de presentarse a presidente para demostrar que era más popular se saldó con el despido de la NBC por insultos racistas. También con el convencimiento de que, después de todo, ocupar la Casa Blanca no era una mala idea.

El autor de 'Bowling for Columbine' apunta a los medios, que se mostraron encantados de que Trump entrara en campaña. Cada mitin era un espectáculo, cada declaración una mina de oro para las cadenas y las redes sociales. El propio Moore entona el mea culpa. Hace 20 años participó junto a Trump en el programa de Roseanne Barr y ahora se arrepiente de haberle reído las gracias. «Espero que nunca haga una película sobre mí», profetizó el futuro presidente.

Privatizar el agua de Flint

'Fahrenheit 11/9' proporciona nuevas y espeluznantes aristas del personaje, como su libidinosa atracción hacia su hija Ivanka o la manera en que se fue deshaciendo de sus rivales republicanos: a Jeb Bush le reprochó ¡la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak! También hay palos para el Partido Demócrata, que relegó fraudulentamente a Saunders, el más votado, en favor de Hillary.

Flint, la ciudad natal de Michael Moore en Michigan, protagonizó la película que le puso en el mapa, 'Roger & Me', en la que pedía cuentas al presidente de General Motors por haber dejado en el paro a 30.000 trabajadores. Treinta años después, Flint vuelve a ser protagonista tras privatizar su red de agua sembrando pobreza y enfermedad. Una maniobra que Trump ha alabado y tomado como ejemplo para aplicar a todo el país. Lo sucedido en Flint también le sirve al realizador para disparar contra Obama, al que acusa de haber allanado el camino a Trump. La Alemania de los años 30 que propició el advenimiento de Hitler también origina comparaciones con el Estados Unidos actual. Hasta se atreve a mostrar imágenes de un discurso del Führer con la voz superpuesta de Trump. En la catarata de desgracias hay espacio para el optimismo, personificado en los chavales que se movilizaron tras la enésima masacre en una escuela y en los nuevos rostros del Partido Demócrata. Todavía cabe la esperanza, concluye Michael Moore, de que el pueblo americano recupere la cordura.

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