Borrar
'Vivieron perdices' o cómo esta arquitecta bilbaína tiene fans gracias a sus retratos e ilustraciones.

'Vivieron perdices' o cómo esta arquitecta bilbaína tiene fans gracias a sus retratos e ilustraciones

Larraitz ha encontrado su camino entre lienzos: «Dibujo lo que me sale de las entrañas, nunca hago ningún tipo de boceto»

Silvia Andrés

Viernes, 13 de junio 2025, 21:02

Cuando se levanta cada mañana, lo primero que hace Larraitz es entrar en el taller que tiene en su propia casa y ya no deja de trabajar durante todo el día realizando ilustraciones, retratos... «¡Soy una máquina de crear! Ya no tengo salón, ahora se ha convertido en un taller», dice riendo. Nacida en Bayona y residente en Bilbao desde siempre, esta artista de 51 años tenía muy claro desde pequeña cuál era su vocación. «Cuando era niña pintaba, hacía cerámica... Mis padres fomentaron la vena artística en sus cuatro hijas y todavía tienen guardadas docenas de carpetas con las pinturas y dibujos que hacíamos», recuerda. Sin embargo, la vida la llevó por otros derroteros. «Antes era muy habitual que tu familia te impulsara a hacer una carrera 'seria'. Quería ser decoradora, pero al final me fui a Madrid a estudiar Arquitectura. Cuando estaba haciendo el proyecto final de carrera, empecé a trastear con varios materiales para realizar las maquetas que me pedían. Y supe que tenía que volver a crear con mis propias manos, que era lo que siempre me había motivado», confiesa.

La carrera de Arquitectura le había dado muchas herramientas y aprendizajes, pero fue consciente de que aquello no la iba a hacer feliz. Así que mientras todavía residía en Madrid, apostó por crear una firma de complementos de mujer, con la que llegó a desfilar en la Pasarela Gaudí. En 2007, por circunstancias familiares, dejó todo y se trasladó de nuevo a Bilbao. «Durante unos años trabajé para Josep Font, que tenía una boutique aquí. Y en otras muchas cosas, claro. Yo siempre digo que soy una superviviente». El camino que la llevó a crear en 2018 su proyecto 'Viviendo Perdices' empezó mucho antes. Fue en 2010, un momento en el que Larraitz necesitaba reinventarse y y ser fiel a sí misma, cuando comenzó a hacer retratos. «Me dijeron que mi perrita Pompa iba a morir, aunque luego vivió muchos años más. Y empecé a hacerle retratos y a contactar con otros ilustradores para que también la retrataran. A cambio, yo hacía retratos de lo que me pedían» recuerda.

Ese primer paso marcó el comienzo de su proyecto actual, en el que Larraitz hace retratos por encargo e ilustraciones, que pone a la venta a través de su Instagram y en el mercado de Zorrozaurre, donde acude dos fines de semana al mes. Como tiene una mente creativa muy inquieta y es totalmente autodidacta, el contenido de sus ilustraciones va cambiando cada poco tiempo. «Dibujo lo que me sale de las entrañas, nunca hago ningún tipo de boceto. Con los retratos, por ejemplo, me centro mucho en la mirada cuando tengo delante la fotografía de una cara. A través de los ojos podemos saber muchas cosas de las personas. Y eso es lo que me guía en mi camino creativo cuando me pongo a hacer el retrato», detalla.

 

'Collages' ilustrados

En cuanto a las ilustraciones, ahora mismo esta centrada en la serie PeZsonas, donde combina un pez y una persona con lemas que ensalzan la diferencia; y en la serie PÁjaras, en la que en vez de un pez, dibuja una pájara. «Son collages ilustrados en los que utilizo también recortes de revistas que tengo por casa o que me encuentro en la calle. También puedo incluir, por ejemplo, un poco de lana». Y es que nada es casualidad en el arte de Larraitz. «Por un lado, quiero darle la vuelta a la palabra pájara, porque siempre ha tenido una connotación negativa respecto a la mujer. Pues no, si somos pájaras eso significa que somos valientes y que no nos vamos a callar». Pero es que hasta la A mayúscula del nombre de la serie PÁjaras tiene un significado. «Es la inicial de un gran amigo mío que murió recientemente y que justo aquella mañana me había llamado para ponernos al día. Es un guiño para él, porqué se que me está ayudando en mi camino», confiesa emocionada.

Un camino que buscaba desde siempre y que parece que al fin ya ha encontrado. «Para mí el arte es una especie de catarsis. Cuando entro en el taller y empiezo a trabajar pongo toda mi atención y concentración en ello. Eso me sirve como terapia y para olvidar los problemas que tenemos todos», asegura. Y además, lo hace siempre rodeada del mejor 'equipo' que puede tener, su perra Zeta, y sus gatos Holy y Tierra. Con ellos y con su arte, está segura de que podrá cambiar el final del cuento, que tal y como ella explica, no quiere que sea el de siempre. «Aquí en vez de 'Vivieron felices', preferimos acabar 'Vivieron perdices'... Se trata de seguir tu propio camino, aunque no sea el que te dicta la sociedad».

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo 'Vivieron perdices' o cómo esta arquitecta bilbaína tiene fans gracias a sus retratos e ilustraciones

'Vivieron perdices' o cómo esta arquitecta bilbaína tiene fans gracias a sus retratos e ilustraciones