Los pendientes de Paula Echevarría o Jennifer López están en esta tienda de Bilbao

Existe desde el año 1999, pero no siempre ha estado en las mismas manos. Ainhoa Martín heredó de su hermana, Esti, una de las tres tiendas de complementos 'Lulú Martinés' que regentaba por aquel entonces en Bilbao. «La moda me apasiona desde que era niña y siempre me había implicado en el negocio. Cuando me comentó que lo quería cerrar para criar a mi sobrina le dije que me dejara probar a mí. Me gustó tanto que tomé el relevo. Eso sí, solo me quedé con la tienda de Licenciado Poza. Con una ya me parecía suficiente», cuenta esta bilbaína, que se licenció en Historia por placer y que nunca se vio dando clase por su poca paciencia. En 2005 se puso al frente de este local que ya se ha ganado un hueco en el corazón de las mujeres más coquetas de la villa. «No había muchas tiendas de complementos en la ciudad. Hoy, me atrevo a decir que hay muy pocos comercios que ofrezcan tanta variedad. Si la clienta busca unos pendientes fucsias en otros locales le ofrecen dos y en este diez», asegura. Y es que este accesorio es su especialidad. Entre las firmas que vende Ainhoa en su comercio destacan Lausett y Gas Bijoux, marcas que lucen 'celebrities' como Paula Echevarría o Jennifer López.

Frente a la entrada principal y a mano izquierda, una amplia vitrina de cristal y que se extiende por toda la pared alberga mil y un modelos de pendientes y collares. «Y eso no es nada, tengo este mueble y el almacén llenos», cuenta detrás del mostrador. Piezas exclusivas -solo vende dos pares iguales como máximo- y versátiles, que provienen de firmas de diferentes rincones del mundo como Brasil, Portugal, Israel, Estados Unidos o Grecia. «Busco marcas pequeñas, me vuelvo loca en la feria parisina a la que suelo ir dos veces al año. Siempre intento no repetir ni de modelo ni firma para que la clientela fiel, que es exigente, no se aburra», indica. Su última incorporación a la infinita colección de bisutería han sido unas pulseras de cobre elaboradas por los cherokees que adquirió en su último viaje a Estados Unidos.

Ainhoa ofrece en Lulú Martinés un amplio abanico de estilos, desde bisutería dorada o plateada hasta diseños minimalistas o llamativos. En esta tienda, ya icónica en Bilbao, el precio nunca es un problema: «Hay mucha variedad. Desde los 10 euros de una horquilla hasta los 300 de unos pendientes chapados en oro con piedra natural», precisa. El artículo más exclusivo que ha tenido ha sido un reloj de plata antigua y zafiros: «Costaba 500 euros y pensaba que no lo iba a vender nunca, pero me equivocaba, no duró ni una semana. Creo que también hay que tener artículos caros porque tiendas baratas hay mil», indica.

Se adelanta a las tendencias, a veces «demasiado». «Me empiezan a pedir las cosas cuando ya me he aburrido de ellas. Ya me pasó con las cadenitas finas y los pendientes de metacrilato. Parece que las rechazan hasta que se las ven a alguien en la tele», cuenta entre risas. El comercio irrumpió en Bilbao sobrio en cuanto a accesorios, con una propuesta novedosa y cañera que poco a poco parece haber calado en las mujeres de la villa: «A alguna ya le he cambiado el estilo y ahora se arriesga más, pero nos queda un largo camino. Tendré a cuatro clientas que se atreven con todo, como Lola, una mujer de 84 años de Vitoria que cada vez que viene se lleva lo más transgresor», cuenta.

Asegura haber conquistado al sector sanitario con sus complementos y a los pacientes de las clínicas dentales de la zona también. «Parece que salen un poco desanimados tras la consulta y se pasan por la tienda para comprarse algo», cuenta entre risas esta emprendedora amable y dicharachera. Complementos de calidad y aptos para personas de todas las edades. De hecho, ahí reside uno de los principales encantos de su comercio. Ha visto crecer a sus clientas y la tienda se ha convertido en punto de encuentro de tres generaciones: la abuela, la madre y la hija. «Eso sí, nunca coinciden en cuanto a gustos, ya sabes, la cosa es llevar la contraria. De madre clásica a una hija que quiere lo más grande y vistoso», añade. Clientela que no se limita a Bilbao o municipios de Bizkaia, como Gernika o Amorebieta, sino que acuden desde Santander o Vitoria para añadir un nuevo diseño en su joyero o para seguir el consejo de Ainhoa: «Si tienen un evento especial me traen la ropa y las oriento. Diría que es una de las claves principales de mi negocio».

En este comercio hay vida más allá de los pendientes y los collares. Ainhoa también ofrece coloridos fulares de seda, carteras de diferentes tamaños y diseños, y hasta bolsos. En concreto, los modelos de Perpetum Mobile, confeccionados en Bolueta con fundas de colchones, han sido un éxito. «Solo me queda uno», precisa. Su lista de artículos lo cierra el pequeño rincón de perfumes franceses. En el que, entre otros, se puede adquirir una fragancia con las notas intensas de pachulí antiguo, a lo que huele Lulú Martinés. «Sí, lo hecho por la tienda como si fuera ambientador», explica con gracia.

Durante los minutos que dura la entrevista para este reportaje, las clientas no han parado de rebasar la entrada del comercio. Algunas de ellas son conocidas de Bizkaia Dmoda, ya que han protagonizado nuestro contenido. Es el caso de Amaia, la periodista que no pasa desapercibida en Bilbao con sus estilosos looks 'low cost'. Esta mujer de 58 años acudía a la tienda para completar el look que iba a lucir a la tarde en 'Nos echamos a la calle', programa de ETB2 dirigido por Ane Ibarzabal. Con rapidez y orientada en todo momento por Ainhoa, se decanta por unos divertidos pendientes integrados por una gran estrella y elementos marinos como caballitos de mar, estrellas o conchas de colores. Otra mujer anónima echa un vistazo a pañuelos y pendientes hasta que da con el modelo que estaba buscando. También hay quienes vienen «a tiro hecho» porque le compraron un regalo a su cuñada y al final se lo quedaron ellas. «Me gustaron mucho. Estaban envueltos en la mesa y cada vez que pasaba los veía, hasta que un día decidí probármelos. El resto os lo podéis imaginar», cuenta con una gran sonrisa.

Ainhoa dio el salto al mundo digital durante la pandemia. «No nos dejaban abrir las tiendas así que, como mis complementos no se iban a vender solos, el primer día que me permitieron salir de Getxo vine a sacar fotos y vídeos de mis diseños», cuenta. Luego los compartió en su cuenta de Instagram, que ya supera los 3.700 seguidores. Un escaparate online que ha permitido que sus piezas lleguen aún más lejos. «He tenido pedidos de República Checa», precisa. Su siguiente paso es abrir su tienda online. «En verdad, la tengo pagada desde diciembre, pero cuando hago las fotos y descripciones de las piezas ya las he vendido», admite. Ainhoa es consciente de que tiene mucha suerte de poder dedicarse a algo que le apasiona. «Y espero que dure mucho años más», zanja.

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