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La tienda de Bilbao que hace realidad el sueño de las mujeres con curvas (y sin ellas)
Amaya Rodríguez es la fundadora de Nicott, una marca de moda que defiende la ropa bonita y con estilo independientemente de la talla
El embarazo de su primer hijo supuso un antes y un después en el cuerpo de Amaya Rodríguez. «Siempre había sido una chica delgadita, pero durante aquellos nueve meses engordé 22 kilos. Casi dos años después, 18 de ellos aún siguen conmigo. El niño salió, pero dejó todo lo demás dentro», cuenta esta bilbaína de 37 años. Un cambio de peso y silueta que terminó condicionando su forma de vestir: «Nunca había tenido ese problema hasta este momento. Estoy gorda, pero no tanto como para que no me valga la XL de las tiendas». De su necesidad nació el pasado 23 de noviembre Nicott Bilbao, la firma en la que ofrece una ropa romántica y favorecedora para todo tipo de cuerpos.
Enfrentarse a esta dura realidad en primera persona le permitió descubrir una problemática general. «Debemos tener el derecho básico de poder vestirnos independientemente de lo que pesemos», argumenta en su último alegato. De hecho, en el mercado se llevan implementando cánones preestablecidos y cortes más afines a las tendencias que a la realidad de los cuerpos. Esto hace que todas las personas que superan «el tallaje estándar» - los llamados de forma coloquial 'gordos'- hayan salido del probador en más de una ocasión sin nada que les sirva y con la autoestima abofeteada. ¿Cuál es su única solución? Recurrir a prendas que están muy lejos de «ser chulas» y contar con patrones bonitos y favorecedores. «Esos diseños son más similares a sacos que a ropa», lamenta. Y mejor ni hablamos de los diseños para 'tallas grandes' atrevidos y juveniles, porque no los hay. «¿Por qué parece que con el aumento de los kilos perdemos el derecho a ponernos minifaldas?», se cuestiona. En ese sentido, a la industria de la moda le espera un largo camino por recorrer.
Amaya cerró una etapa laboral de más de dos décadas trabajando de cara al público en diferentes tiendas de Bilbao para dedicarse en exclusiva al cuidado de su hijo Nicolás, un tierno niño de ojos claros. «Criarle está siendo maravilloso, no cambiaría esta decisión por nada del mundo. Decidí fundar el proyecto porque necesitaba sentirme empoderada. Soy madre, amiga y profesional», asegura. En este sentido, la marca le permite conciliar su vida familiar y laboral. Plasmando sus propios diseños y con la ayuda de una modista - su guía en este camino-, el año pasado comenzó a idear sus propias camisas, ya que no encontraba un modelo que le sirviera. «Mi pecho es mucho más grande que mi espalda y cintura. Una vez que di con el patrón perfecto, empecé a probárselo a mujeres con diferentes cuerpos de cara al futuro. Ahí ni siquiera tenía la marca».
En concreto, Nicott Bilbao -bautizada con esta pegadiza palabra que combina el nombre de su hijo Nicolás y el término 'cotton' ('algodón' el inglés)- nació el pasado 23 de noviembre. «Para mí fue un sueño hecho realidad», asegura. Desde entonces, Amaya pasa las horas que le deja el cuidado de su pequeño volcada en sus creaciones. «Me suelo quedar hasta las tres de la madrugada», asegura. Unas piezas que idea en el despacho-estudio que ha establecido en la habitación de invitados de su casa. «También he puesto unos armarios empotrados en el comedor. Ahí guardo todas las telas. Sino esto iba a ser una casa de locos».
Su primera propuesta es fiel a sus señas de identidad: el estampado 'liberty', las mangas abullonadas y las hombreras. La colección está compuesta por especiales camisas, chaquetas, gabardinas y vestidos, disponibles a través de la web en un amplio abanico de tallas: va de la XS hasta la 4XL. «Mi intención es vestir a todas las mujeres, desde la más delgada a la más gorda». En concreto, sus prendas son limitadas -no superan las 20 repeticiones- y se elaboran con mimo bajo pedido en un pequeño taller vizcaíno. «Ofrezco un servicio personalizado. Admito modificaciones y si quieren las prendas en otro estampado ¿quién soy yo para decirles que no?», se cuestiona entre risas. Estos diseños propios se pueden adquirir en la sección 'Atelier' de la tienda online de la firma, pero eso no es todo. En su primera propuesta no ha tenido otro remedio que incluir otras prendas de diferentes proveedores. «No conocía los tiempos de la moda, así que me pilló el toro. De los 40 modelos que había ideado solo pude sacar 14».
Los diseños de Amaya, cuyo precio va de los 75,95 euros a los 149,95, ya se han convertido en objeto de deseo aquí, en Bizkaia, y en diferentes puntos de nuestro país, como Madrid o Sevilla. «En esta última ciudad, no sé si es por el estampado o la alegría de las prendas, pero han triunfado», precisa. Y en concreto, esta emprendedora vizcaína hace hincapié en la «maravillosa aceptación» que ha tenido la marca en la talla más grande del abanico, la 4XL. «No me lo esperaba. Pensaba que estas clientas iban a ser reacias a comprar por Internet», cuenta asombrada. Por suerte, la vizcaína indica en la web las medidas de las prendas para que las clientas puedan compararlas con otras que guardan en su armario. Y, por si cabía duda, sus diseños también han conquistado a los rostros conocidos de Instagram: desde Ingrid Betancor hasta la referente de estilo que asegura ser la persona que más sabe de Zara, Carmeron.
En su próxima colección, que verá la luz esta primavera, sus 50 diseños propios conservarán su esencia romántica y femenina: «Habrá mucho lazos y volantes». Amaia se siente muy satisfecha por poder solucionar el problema de tantas mujeres que se sentían invisibles para el sector de la moda debido a su talla. «Me siento una privilegiada por poder potenciar la belleza de mis clientas con mis prendas tengan el cuerpo que tengan», asegura.