Tamara Falcó, lección de estilo durante su estancia en una villa de lujo de Urdaibai
La marquesa de Griñón ha visitado el asador Etxebarri y el restaurante Azurmendi en compañía de su novio Íñigo Onieva y un grupo de amigos, que se han alojado en un exclusivo caserío por 900 euros la noche
Tamara Falcó ha disfrutado de un fin de semana gastronómico en Bizkaia. La famosísima hija de Isabel Preysler, que acaba de graduarse como chef en 'Le Cordon Bleu', una de las más prestigiosas academias de cocina a nivel internacional, ha pensado que no hay mejor lugar que Euskadi para celebrar su logro. Eso sí, ha preferido dejarse el delantal en casa para sentarse a la mesa de dos magos de los fogones. La 'socialité' comió el sábado en el asador Etxebarri, en Atxondo, un local imprescindible en la gastronomía mundial gracias a la maestría con las brasas de Bittor Arginzoniz. Y el domingo se dejó deleitar por el universo de sabores de Eneko Atxa en el restaurante Azurmendi, el más sostenible del mundo y con tres estrellas Michelin. «Pilas recargadas para todo lo que tenga que venir. Gracias por este viaje», le ha dedicado la marquesa de Griñón a su novio, Íñigo Onieva, tras su periplo gastronómico, en el que han estado acompañados por un grupo de amigos.
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La pareja y su cuadrilla se alojaron dos noches en Etxelaia, una villa de lujo ubicada en Gautegiz Arteaga, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Se trata de un elegante caserío de 1830 con ocho habitaciones, siete cuartos de baño, dos salones, biblioteca y una cocina totalmente equipada. Sin embargo, la ganadora de la cuarta edición de 'MasterChef Celebrity' prefirió dejar los fogones en manos de otros y contratar el servicio de catering que ofrece este exclusivo alojamiento. Así, estos invitados de excepción pudieron disfrutar en el jardín y con vistas a la piscina de un completísimo desayuno, con una gran variedad de frutas, bocados salados y opciones dulces, preparado por la empresa de organización de eventos Növérek, capitaneada por dos hermanas de Gernika. Yaiza Cid Foruria y Ania, que destacan por su buen gusto y saber hacer, también sorprendieron a estos invitados de excepción con una cena «singular para clientes top».
La tertuliana de 'El Hormiguero' compartió en Instagram varias fotografías de su estancia de ensueño en este imponente caserío, completamente reformado y con amplios ventanales, que mantiene su esencia original y mezcla, a través de sus tres plantas, muebles antiguos con otros más modernos. Tiene capacidad para acoger a 18 personas y el precio por noche en temporada baja es de 900 euros.
Tamara y sus acompañantes almorzaron el sábado en el asador Etxebarri e incluso se 'colaron' en la cocina para fotografiarse con el autodidacta Bittor Arginzoniz, que huye de la fama de la que actualmente disfrutan muchos chefs y prefiere que sea su trabajo quien hable por él. Anchoa al salazón, gambas rojas, almejas, kokotxas, txipiron a la parrilla o chuleta son algunos de los platos que degustaron la 'socialité' y su cuadrilla. Eso sí, debieron reservar con bastante antelación, porque no hay mesas libres hasta 2022. El precio medio del menú es de 209 euros (bebidas no incluidas). Para esta experiencia gastronómica, la nueva reina de la prensa del corazón, reclamada por decenas de firmas y con más de un millón de seguidores en Instagram, eligió una camisa de Zara con estampado de flores y un diseño tipo 'patchwork'. Completó el look con unos pantalones vaqueros 'culotte' y unos zapatos color nude de tacón medio.
El domingo visitaron el Museo Guggenheim y comieron en el restaurante Azurmendi. Allí gozaron con las 28 trabajadas preparaciones diferentes del menú Adarrak (250 euros) creado por Eneko Atxa. Huevas de salmón ahumado y nori, salmonete a la llama, hamburguesitas de centollo, quisquillas con gel vegetal y granizado de tomate; o bogavante asado son algunos de los manjares que degustaron. Pese a semejante festín, dejaron hueco para los postres: la cuajada de hierbas, miel y mil flores o la oliva negra y cacao pusieron la guinda al almuerzo. Eso sí, Tamara quedó fascinada con el mojito helado adornado con flores. Para esta ocasión, la marquesa de Griñón lució otra blusa con estampado floral, un pantalón blanco ancho y una gabardina azul para protegerse con estilo del sirimiri del norte.
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