Cientos de personas se agolpan a la entrada de Primark Bilbao. JORDI ALEMANY
Primark en Bilbao

Locura por el Primark en Bilbao: cientos de personas hacen cola el día de su inauguración

La apertura de la tienda desata una histeria consumista y provoca colas nunca vistas en Bilbao por comprar prendas y accesorios en el paraíso del 'low-cost'

Jueves, 20 de mayo 2021, 09:42

Locura por el Primark. Jamás Bilbao había asistido a un estreno comercial tan espectacular ni había visto algo parecido a lo sucedido ... este jueves en la Gran Vía. La apertura de la tienda irlandesa desató una histeria consumista desde primeras horas y provocó enormes colas por hacerse con prendas desde solo dos euros.

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A las siete de la mañana, mucha gente ya se disputaba el honor de ser los primeros en cruzar la entrada al paraíso del 'low-cost'. «Queremos ver lo que hay, aunque no necesitamos nada», explicaban María José e Izaskun, madre e hija. «Buscamos algún modelito para el bautizo de la hija de Nicole», aseguraban sus amigas Daniela y Saray. Todo el mundo quería mirar... y comprar.

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Normal que algunos directivos, altavoz en mano, agradecieran, tras el aurresku de honor, semejante entusiasmo. «¡Muchííííííísimas gracias! ¡Aúpa Bilbao!», gritaban. Los trabajadores tampoco se cortaron un pelo y se pusieron bailar frente a la multitud. Chinos, africanos, colombianos, vizcaínos... Las inmediaciones de Primark recordaban a los viejos anuncios de Benetton por su diversidad.

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Gente de todos los lugares aprovechaba el rato, mientras aguardaba la espera, para hacerse selfies e inmortalizar con sus móviles un momento que casi nadie quería perderse. Tampoco María Peña, postrada en una silla de ruedas, que acudió desde Txurdinaga acompañada por Rocío, su hermana. «He venido para ver lo que hay, pero seguro que algo cae. En vez de ir a Portugalete, ahora lo tenemos aquí». Rocío apostillaba: «Es día de estreno y hay que comprar».

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Pasados dos minutos de las diez de la mañana, la multinacional abría sus puertas. Aitziber Reigadas, una vecina de Leioa, se convirtió en la primera clienta en traspasar el umbral: «Vengo a comprar ropa de deporte para mi sobrinita, que está a punto de nacer». Más que una tienda de moda, Primark parecía un supermercado. La dirección limitó el aforo a 617 personas. La clientela -mayoritariamente mujeres- se echó al hombro cestas supergrandes. Las hermanas Gabriela y Ascensión, de 64 y 65 años, cargaron de todo: chándales, camisetas, capazos para la playa, pijamas para los nietos...

Vídeo. PABLO DEL CAÑO

Ayuda de la Policía Municipal

Las ventas despuntaron tan pronto que comenzó a sonar el 'Hey Brother', de Avicii. Primark es una familia entregada a la búsqueda de chollos. «Que un beso de parte de la abuela», transmitió una joven a su madre y tías entre un enjambre de perchas, mientras la Policía Municipal se plantó horas en el cruce de Gran Vía y Alameda Mazarredo para guiar el paso de los transeúntes. «¡Dios mío, sigan por la banda azul!», se desgañitaba un agente.

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En las fuentes de la Plaza Circular, trabajadores de Novaltia, en huelga, y de H&M elevaban sus protestas y, a escasos metros, brillaban las colas, pero por su ausencia, en el autobús de donantes de sangre. Por las venas corría otra sangre, pero era dentro de Primark. «¡A ver por dónde tiro ahora!», enunciaba una mujer frente a una estantería de sujetadores, desde 3,5 euros el modelo más económico. «Gracias por comprar en Primark Gran Vía Bilbao», se escuchaba a través de la megafonía. Rafael Gardeazabal, presidente de BilbaoDendak, restó trascendencia al desembarco: «No deberíamos dramatizar demasiado sobre algo que pasa en otras ciudades y sí reivindicar los valores del comercio local, que paga aquí sus impuestos».

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