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Sara saca a pasear sus 'playmobils' para crear las fotos más sorprendentes de Bilbao
Sara Moreno es la persona que está detrás de 'Playmobil vino a Bilbao', la cuenta de Instagram en la que muestra originales fotografías protagonizadas por sus 'clicks'
En el año 1973, el ingeniero alemán Hans Beck creaba los juguetes Playmobil. Divertidas piezas de plástico que nacieron bajo el cliché de ser un juguete para niños que a las niñas no les debía gustar. Aquellos críos, que empezaron a llenar sus manos, bolsillos y cajas de juguetes con estos seres en miniatura crecieron, y pese a ello, no abandonaron sus 'playmobils'. De hecho, sus colecciones nunca han parado de crecer. Otras personas se aficionaron a recopilar estos pequeños personajes en la edad adulta. «Nunca jugué con ellos», asegura Sara Moreno. Hoy esta bilbaína dedica su tiempo libre a captar la esencia de la ciudad que la vió nacer hace 38 años con los 'clicks' de Playmobil. «Mis personajillos se convierten en esos bilbaínos amables e inigualables que hacen que la villa huela a hogar», cuenta.
Con el proyecto, que surgió de forma casual en el año 2016, Sara aúna sus tres grandes pasiones: la fotografía, Bilbao y los artículos en miniatura. «Un día encontré varios Playmobil en el suelo de la calle. Me dieron pena y me los llevé a casa. Los lavé y empecé a hacerles este tipo de fotos», recuerda. Su nueva afición le llevó a desempolvar las piezas con las que jugaban sus hermanos de pequeños. 'Clicks' de otra época que sus padres aún guardaban en casa como si de un tesoro se tratara. «Son mis piezas favoritas, porque fueron de los primeros que sacaron al mercado», confiesa.
Hoy Sara custodia en una pequeña habitación de su piso de La Peña más de 500 modelos diferentes. «Hace poco, me compré un Playmobil de Van Gogh», indica. Otros modelos los caracteriza ella misma a golpe de grandes dosis de creatividad, plastilina epóxica y sus cientos de accesorios, que llenan un par de cajas. «Don Quijote de la Mancha ha sido mi última creación», precisa. Estas figuras en miniatura también se han convertido en el regalo perfecto para acertar con ella. «Siempre me sorprenden con un Playmobil nuevo. La verdad es que soy muy fácil», asegura.
Esta animadora cultural se pone frente a su cámara Canon para capturar sus amadas figuras en miniatura los fines de semana. «Una nueva pieza me sugiere una nueva foto. Suelo tener todas mis ideas anotadas en una libreta y en el teléfono móvil, aunque en mis imágenes también hay hueco para la improvisación», indica. Con una mochila llena de Playmobil -hasta los topes «por si acaso»- y acompañada siempre por su mejor amiga, Sara se echa a las calles de Bilbao. «Antes iba sola, pero ahora prefiero ir acompañada porque me ha pasado cada cosa...». Recuerda entre carcajadas aquella vez en la que una señora, al verla tirada en el suelo, fue a socorrerla. «Yo solo intentaba conseguir el ángulo perfecto para la foto, que suele ser bastante complicado. Se debió de pensar que me había pasado algo», cuenta. En otra ocasión, un perro le robó un Playmobil y tuvo que engañarle para que se lo devolviera. Y las aguas de la ría de Bilbao también le han jugado una mala pasada. «Se me cayó uno de mis preferidos. Tuve que inventar un sistema para recuperarlo. Lo logré con una cuerda, un colador y gracias a la habilidad de un pescador que pasaba por ahí», recuerda entre risas.
Al poco tiempo de iniciar esta aventura, Sara comenzó a compartir sus curiosas imágenes en la cuenta de Instagram 'Playmobil vino a Bilbao', bautizada así por la popular canción 'Un inglés vino a Bilbao'. Un escaparate 'online' de fotos que captan momentos cotidianos protagonizados siempre por estos pequeños personajes de 7,5 centímetros de alto. En estos últimos años, esta creativa ha retratado a estas figuritas en diferentes enclaves de la villa, como el Teatro Arriaga, el Museo de Bellas Artes o las Torres Isozaki. «Con las publicaciones, también me gusta dar a conocer la historia de estos edificios», apunta. Sara intenta compartir con sus más de 1.100 'followers' una foto a la semana y los domingos suele haber sorpresa. «Les hago una especie de juego muy parecido a '¿Dónde está Wally?', pero con Playmobil», indica.
En su primera creación, captó a una pareja de Playmobil dentro de su coche rojo disfrutando de las vistas de Bilbao desde el mirador de Kobetas. Imágenes que precisan de un alto grado de creatividad y que ya han sido protagonizadas por Marijaia junto a Olentzero, por un tamborilero del Athletic y una de esas sardineras que iban de Santurtzi a Bilbao. También ha fotografiado a un grupo de inmigrantes en miniatura con el mural 'Soñar' como telón de fondo, que viste una de las casas de Olabeaga. «Creo que estas fotos han sido las más exitosas», asegura.
En sus imágenes, Sara refleja la modernidad y la diversidad de nuestra ciudad. «También me gusta enseñar barrios que molan y reivindicar las injusticias», explica. Últimamente, esta creativa está basando sus creaciones en «mujeres invisibles», como Casilda Margarita de Iturrizar y Urquijo, también conocida como Viuda de Epalza, el único personaje que tiene dos localizaciones en Bilbao; o María Díaz de Haro, que heredó el señorío de Bizkaia de su padre, pero que su tío se lo quitó.
Sara vende con un bonito marco (27,50 euros) sus imágenes a través de su perfil de Instagram y la página web del proyecto. «Les ofrezco que se lleven a casa un recuerdo diferente de Bilbao», cuenta. En este sentido, merecen una mención especial sus encargos personalizados. «Mucha gente me encarga una foto con Playmobil que defina a la persona que van a sorprender. Me suelen pasar una imagen de ella y a partir de ahí empiezo a trabajar. Ya he recibido encargos de Barcelona o Madrid», confiesa. En un pedido reciente, caracterizó a cada una de las integrantes de un equipo de baloncesto de Basauri. «Si a una le gustaba leer, al Playmobil le ponía muchos libros; si a otra le gustaban los animales, lo acompañaba con perros...». Y en su tienda 'online', también hay un hueco para los artículos textiles, como las camisetas (20 euros) o 'tote bags' (15 euros) protagonizadas por esos 'clicks' que le robaron el corazón hace un tiempo.
Sus originales fotos, además de llenar su cuenta de Instagram, camisetas y bolsos, han sido objeto de dos exposiciones, una en la Casa de Cultura de Cruces y otra en un bar de San Ignacio. «Las tengo que mover más, porque las imágenes están cogiendo polvo en mi casa», asegura. Sueña con tener más tiempo para retratar nuestra ciudad con su especial visión. «Quiero seguir sacando sonrisas y que nunca se me acabe la creatividad ni las ganas de seguir jugando con mis 'clicks'. ¡Ojalá dedicarme a esto!», indica. Y quien avisa, no es traidor. «Cuidado por donde pisáis, que los Playmobil van a seguir posando por todos los rincones de la ciudad».