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El placer de atar y ser atados: este 'sex shop' de Bilbao hace una exhibición en vivo del arte sexual del shibari.
El placer de atar y ser atados: este 'sex shop' de Bilbao hace una exhibición en vivo del arte sexual del shibari

El placer de atar y ser atados: este 'sex shop' de Bilbao hace una exhibición en vivo del arte sexual del shibari

Lola Dacosta, 'sex coach' y propietaria de la tienda erótica de la calle Villarías, ha organizado una demostración de esta práctica sexual in situ que ha acaparado todas las miradas. En junio va a celebrar un nuevo taller «abierto a todas las personas»

Silvia Andrés

Domingo, 20 de abril 2025, 18:51

Hace unos días, las personas que paseaban por la calle Villarías no podían evitar mirar a través del escaparate de la tienda erótica Lola Dacosta, ubicada en el número 3. Dentro, varias personas estaban practicando shibari, una técnica que hunde sus raíces en la cultura japonesa en la que atar y ser atados se convierte en una experiencia artística, erótica y emocional. «La decisión de abrir y mostrarlo al mundo fue unánime entre las personas que asistieron. Fue divertido ver los gestos cariñosos, de envidia y de intriga de los viandantes. Personalmente, como 'sex coach' me sorprendió lo voyeur que es la gente de Bilbao. ¿Qué somos muy fríos? ¡Nada más lejos de realidad!», explica Lola, que ya subió la temperatura el verano pasado con el lanzamiento de un líquido vibrador muy peculiar.

Lola Dacosta, 'sex coach' y propietaria de la tienda erótica del mismo nombre.

Tras el éxito de la anterior cita, Lola no ha dudado en planificar más sesiones de shibari. La próxima será el 7 de junio a las seis de la tarde y está abierta a todas las personas, con o sin experiencia previa. La duración es de unas 3 horas, las plazas son limitadas y es imprescindible apuntarse con antelación en su web. El taller, que cuesta 50 euros, será impartido de nuevo por la sexóloga Sonia Kala. «Descubrí está técnica hace casi dos décadas, cuando apenas tenía 20 años, en un reportaje periodístico donde aparecían fotografías de unos cuerpos atados. Me pareció tan bello y simétrico que comencé a investigar, porque siempre he buscado diferentes formas de placer sensorial, ya que a nivel social la única forma de vincularnos era y es el modelo coitocéntrico, lo que para mí no tiene ningún sentido», explica Sonia.

Entonces descubrió que su origen proviene del hojōjutsu, un arte marcial desarrollado por los samuráis en el siglo XVII para transportar e inmovilizar a los prisioneros sin necesidad de violencia extrema. Ya en el siglo XX, un fotógrafo japonés empezó a usar ese tipo de ataduras en sus fotos artísticas. «La vulnerabilidad y la belleza que transmitían hizo que se desarrollara como un arte erótico y de poética muy profundo», revela Sonia. Cuando ella lo descubrió, no había ningún lugar para aprenderlo y Sonia lo hizo de forma autodidacta. Con el tiempo, empezó a ir a talleres, pero siempre lo ponía en práctica en entornos más privados y artísticos. «Hace 7 años, empecé a realizar pequeños talleres en Mallorca y, poco a poco, a llevar la técnica a terapia, ya que soy sexóloga. También empecé a actuar como artista performance de shibari y, desde entonces, realizo talleres en distintas ciudades. Aunque para mí, Bilbao es el mejor sitio. El espacio de Lola es un lugar maravilloso para experimentar shibari de suelo y de suspensión, semi suspensión y con ataduras de diferentes formas», detalla.

«Hay que aplicarlo desde la ternura»

Para Sonia, el shibari no es una práctica erótica, sino de cuidado y de ternura. De hecho, se sustenta en tres pilares fundamentales: el consentimiento, la conexión con uno mismo y la unión con la otra persona desde el lenguaje no verbal. «Lo más importante es aplicarlo siempre desde la ternura, desde el cuidado extremo a la persona que se está atando. Y siempre desde un lugar muy maternal, ya que es una práctica muy vulnerable», recalca. Aunque el shibari va mucho más allá, también puede tener una dimensión erótica. «Hay quien lo vive como una meditación, quien lo conecta con el arte y quien lo integra en su vida sexual», señala Lola.  

De esta forma, no es extraño que atraiga a gente muy diversa. «Vienen parejas y personas solas, jóvenes y adultos de todos las orientaciones e identidades. Lo que buscan varía: desde vivir una experiencia distinta con su pareja a desbloquear emociones, reconectar con el cuerpo o, simplemente, dejarse llevar. El shibari no exige nada, solo invita», apunta Lola. Además, la experiencia tiene beneficios físicos, puesto que la combinación del contacto físico, la respiración pausada y la liberación de oxitocina refuerza la producción de endorfinas, lo que proporciona una experiencia relajante y emocionalmente reconfortante. «La inmovilización controlada y, sobre todo, desde la ternura, genera una sensación de seguridad que disminuye el cortisol, promoviendo una respuesta de placer y bienestar», explica Sonia.

«Investigaciones en el campo de la neurociencia han demostrado que la presión sostenida sobre el cuerpo es una herramienta poderosísima para regular el sistema nervioso, ayudando a reducir la frecuencia cardíaca y la respiración acelerada, además de relajar los músculos tensos y calmar mente y cuerpo», apunta la sexóloga. En su opinión, esta práctica es muy beneficiosa para «personas con ansiedad, estrés crónico, agotamiento físico o mental y, sobre todo, con mucho control mental». El próximo 7 de junio volverá a llevar esta disciplina al centro de Bilbao para quienes quieran experimentar con su cuerpo y conocer más sobre el arte del shibari. «Lo que más me comentan quienes lo prueban es que se sienten tocados en lo profundo, agradecidos por haber podido parar, confiar y sentir», concluye Lola.

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