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Este piso de un matrimonio y su hija es un oasis de paz en pleno centro de Bilbao.

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Este piso de un matrimonio y su hija es un oasis de paz en pleno centro de Bilbao. Erlantz Biderbost

Piso en Bilbao

Un piso familiar convertido en un oasis de paz en Bizkaia

La interiorista Andrea Diego ha convertido esta vivienda de 200 m2 en un verdadero refugio de calma gracias a los tonos neutros y los materiales naturales

Martes, 4 de marzo 2025

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Plantas, luz natural y cálida, colores suaves, piezas minimalistas, textiles naturales, aromas relajantes... La combinación de estos elementos ayuda a crear un oasis de bienestar en casa. Y esto es lo que buscan cada vez más personas: convertir su vivienda en un verdadero refugio antiestrés que les permita desconectar del ajetreo de la vida moderna. Por suerte, el interiorismo va mucho más allá de la estética. Y hoy sabemos que un hogar diseñado con zonas despejadas y con un aspecto ordenado contribuye a la calma mental y a la desconexión emocional por la poca saturación de estímulos visuales.

La interiorista Andrea Diego, que en diciembre inauguró su propio estudio en el número 8 de la calle Estraunza tras diez años de experiencia en el sector, ha transformado este piso en Bizkaia de 200 metros cuadrados en un espacio acogedor para una familia. «El diseño de la vivienda está pensado para maximizar la luz natural, que fluye a través de los espacios. Además, los materiales naturales, los tonos suaves y las líneas puras generan calma y bienestar, que era el deseo de los propietarios», cuenta Andrea.

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En el salón, los tonos neutros amplifican la luz natural que entra a través de las ventanas abuhardilladas. El uso de materiales nobles, como la piedra natural en la mesa de centro y la madera en los suelos y detalles arquitectónicos, crea una conexión con la naturaleza. Destacan la estantería suspendida, realizada a medida y ubicada detrás del sofá, donde los objetos cotidianos se convierten en piezas de arte; y la chimenea moderna, debajo de la televisión, que transforma esta estancia en un refugio acogedor los días más fríos.

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El salón se organiza en torno a un mueble central que separa la zona de estar de la cocina, creando un espacio abierto, pero con zonas claramente definidas. La gama cromática neutra de los textiles y el mobiliario, en tonos tierra, lino y beige, se entrelaza con la luz cálida indirecta, creando una atmósfera envolvente. Por último, no falta una planta de gran tamaño para llenar esta estancia de vida y frescura. «Este espacio es elegante en su simplicidad, donde cada rincón se ha diseñado al detalle para lograr un refugio sereno y sofisticado», apunta Andrea.

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La cocina es un espacio que no solo cumple con una función práctica, sino que inspira bienestar. Los materiales naturales, como la piedra (en la encimera, la isla y el entrepaño) y la madera (en los armarios y el mobiliario), aportan una sensación de equilibrio y serenidad. «Es un lugar que invita a disfrutar, compartir y detenerse, en un ambiente tranquilo y acogedor. Además, optamos por muebles de madera clara para crear una continuidad visual con el resto de la casa», explica la interiorista.

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En el dormitorio principal, destaca el cabecero tapizado, con líneas curvas y diseñado por Andrea Diego, que aporta calma visual y se convierte en un punto focal dentro de la habitación. Las lámparas de pared, discretas y funcionales, enmarcan el espacio sin sobrecargarlo. Los textiles en tonos neutros refuerzan la sensación de descanso, creando un ambiente perfecto para la relajación.

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En el baño, el mueble bajo del lavabo, en madera de nogal, aporta calidez al espacio, mientras que los acabados en piedra en el área de la ducha refuerzan la conexión con la naturaleza. La iluminación integrada en los espejos es funcional y añade un toque acogedor. «Cada elemento ha sido seleccionado para generar una sensación de bienestar, desde la disposición hasta los materiales», precisa Andrea.

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El dormitorio infantil continúa con los tonos cálidos y suaves que predominan en la casa. El cabecero tapizado en tonos beige crea un ambiente acogedor y sofisticado, mientras que los cojines en colores tierra aportan un contraste sutil y cálido.

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La interiorista Andrea Diego ha conseguido transformar esta céntrica vivienda, que cuenta con tres dormitorios y tres baños, en un refugio acogedor y funcional en el que vivir en calma.

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