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Viviana vuelve a sacar a la venta el «mejor roscón de Bizkaia» en su pastelería de Algorta

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Viviana vuelve a sacar a la venta el «mejor roscón de Bizkaia» en su pastelería de Algorta Yvonne Iturgaiz

La pastelería de Algorta con el «mejor roscón de Bizkaia»

Viviana vuelve a sacar a la venta el «mejor roscón de Bizkaia» en su pastelería de Algorta

Esta repostera uruguaya, que regenta Mi mundo de azúcar con su marido, ha ganado haciendo un guiño al goxua y por segundo año consecutivo el concurso que organizan cinco 'influencers' gastronómicos vizcaínos

Viernes, 17 de enero 2025, 20:47

«¡Buenos días, Vivi! Vengo a por mi roscón», saluda una clienta al entrar en Mi mundo de azúcar. «No me ha dado tiempo a terminarlo, lo tengo en el horno, te lo acerco luego a casa», responde Viviana Cauna, que regenta junto a su marido esta pequeña pastelería de Algorta. Esta artesana uruguaya, ganadora del premio al «mejor roscón de Bizkaia» por segundo año consecutivo, no para de recibir felicitaciones y encargos de su fiel clientela. «Ella es Sol, ayer estábamos en el gimnasio y me dijo que no quería quedarse sin probarlo, que le hiciese uno», explica orgullosa de que se acuerden de su tentadora creación hasta en la cinta de correr.

Viviana ha vuelto a ganar el concurso que organizan desde hace 4 años los 'influencers' gastronómicos Tragaldabis, No todo es gula, Bilbo urban food, 365bocados y FuryBilbao. Con su reinterpretación del roscón, al estilo goxua, se ha impuesto a otras 19 pastelerías vizcaínas. «Me han invitado más veces, pero me sentía pequeñita como para competir con grandes como Arrese o Leku Ona. Pero el año pasado pensé: 'Qué narices, me voy a animar, que a mí me encanta estar con las manos en la masa y disfruto muchísimo'». Y también en la anterior edición se llevó el galardón. Sorprendió con un roscón de nata y crema de pistacho adornado por almendras tostadas laminadas e hilos de chocolate blanco.

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Esta vez Vivi quería homenajear a la tierra que la acogió hace 21 años y hacer un goxua en versión roscón. «Yo ya me considero un poco de aquí, así que quería crear algo típico. Hablando con Lorena, nuestra empleada, se nos ocurrió que estuviese relleno de nata, crema pastelera e hilos de caramelo. La masa está aromatizada con naranja natural, limón y agua de azahar y decorada con almendras tostadas laminadas e hilos de chocolate blanco y caramelo», detalla. Se enteró del triunfo mientras compraba nata en Makro con su hijo Martín: «Fue un subidón increíble, es un reconocimiento a los pequeños artesanos, un impulso para nosotros». Eso sí, se quita importancia mientras señala el nuevo horno... «Empezamos con uno de segunda mano, pero ya tocaba un cambio, nos lo merecíamos. ¡Es un pepino! Menos mal que nos llegó 15 días antes de las navidades». Y menos mal que ella añadió su destreza creativa como repostera: «Me encanta trabajar la masa del roscón y creo que cuando haces algo con el corazón se nota».

Por eso, estas navidades el teléfono no ha parado de sonar. «Hemos recibido muchísimos encargos, pero somos tres y tenemos un obrador muy pequeño, así que no podemos hacer todos los que nos gustaría». Después del maratón de roscones previo a la noche de Reyes, Vivi y su marido, Gustavo, se han tomado una semana de descanso, pero ya están haciendo más para sacarlos a la venta desde este fin de semana. «Se me ha ocurrido lanzarlos en formato individual, como si fuese un bollito, además de en tamaño pequeño y grande», precisa. Eso sí, solo se podran comprar hasta el 31 de enero, porque sino «se pierde la magia»: «Si pudiésemos comerlos todo el año, ya no sería lo mismo. Es una tradición navideña irrompible y muy nuestra».

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Duros comienzos

Viviana y Gustavo se trasladaron a Algorta hace 21 años para dejar atrás la crisis del corralito argentino. «Tuvimos que cerrar nuestra panadería familiar, porque las ventas bajaron y los precios se dispararon». Buscaban un futuro mejor para Sol y Martín, sus dos hijos mayores, que entonces tenían 3 y 6 años. «Los comienzos fueron muy difíciles, tuvimos que arrancar de cero. Trabajé en un bar de Sopela y cuidando niños hasta que en 2014 nos animamos a abrir nuestra pastelería», recuerda Vivi. Entonces convirtieron dos garajes, en el número 1 de la calle Torrene, en su pequeña tienda y obrador de 47 metros cuadrados. Un lugar acogedor que inundaron de los sabores de su país. «Empezamos haciendo alfajores y muchos postres con dulce de leche, pero con el tiempo hemos ido innovando y adaptándonos al paladar de aquí». Hoy ofrecen pastel de arroz, pastel vasco, cheesecake, cookies... y tartas personalizadas que da pena comerse.

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Vivi ya tiene en mente el roscón que va a presentar el próximo año. Le echarán una mano Gustavo y Lorena -«nos ha tocado la lotería con ella»- y seguro que también sus tres hijos, que estas navidades no dudaron en ponerse el delantal para empaquetar, organizar y entregar roscones. El éxito está asegurado. No hay dos sin tres. «El próximo año quieren elegir el mejor roscón de Euskadi, así que estará más difícil. Esta vez nos hemos podido comprar el horno y espero que para entonces tengamos una amasadora más grande, porque vamos a por todas. ¡Yo quiero mi txapela!».

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