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Pablo Iglesias se corta la coleta: su nueva imagen según los expertos

Apenas una semana después de abandonar la política, el exvicepresidente del Gobierno aparece públicamente con un sorprendente cambio de look. Analizamos su significado

Miércoles, 12 de mayo 2021

La imagen personal es un potente medio de comunicación no verbal y, según los expertos, un aspecto que en política tiene una importancia vital. Se trata del nexo de conexión entre el político y los votantes, una unión invisible y milimétricamente estudiada con un enorme peso a la hora de decantar la balanza hacia uno u otro lado. «La imagen es lo primero que se percibe, es la marca personal. Bastan tres segundos para que una persona se forme una primera impresión sobre ti y treinta segundos para poder comunicar un mensaje y redireccionar esa primera impresión. La rapidez con la que el cerebro decide si te gusta o no te gusta, si te atrae o no te atrae es enorme, de ahí la importancia a la hora de conectar y comunicar», nos explica Isaac Hernández, consultor y experto en Comunicación y Marketing político. Todo esto viene a colación porque Pablo Iglesias se ha cortado la coleta, figurada y literalmente, un gesto que está dando casi tanto que hablar como su salida del Gobierno de coalición y su reciente retirada de la política tras la derrota de la izquierda en las elecciones madrileñas.

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dani gago

La coleta era a Iglesias lo que el bigote era a Dalí. Más que una simple maniobra estética era un sello de identidad que pretendían reflejar sus ideales políticos y democráticos. «El pelo y su forma de vestir describían una imagen estudiantil, rebelde, conquistadora… Unos arquetipos que siempre le han identificado frente a la opinión pública», explica Hernández. El exlíder de Unidas Podemos se ha deshecho de esa melena que lucía desde que era adolescente, esa cola de caballo que vino a tambalear los encorsetados cánones estilísticos que hasta entonces habían regido el Congreso de los Diputados. «Pablo Iglesias venía con esa imagen de serie. A fin de cuentas, cada uno es como es y no lo que se pretende imponer. Es como La Piedad de Miguel Ángel, no se trata de poner, sino de quitar lo que sobra», recalca Hernández. Quizás por eso al madrileño casi siempre le sobró la corbata y la americana, prendas con las que nunca se ha sentido especialmente cómodo.

Ahora, también le sobra la coleta. Hay una frase en un conocido pub de Madrid donde se puede leer: «Y si todo sale mal, volveré a cortarme el pelo». Porque un cambio de imagen radical tiende a ir acompañado de una necesidad por dejar atrás tiempos complicados y suele preceder el comienzo de una nueva etapa. Una opinión que respaldan las estilistas vizcaínas consultadas. «Hay muchos clientes que nos piden cambios radicales cuando cierran ciclo. Es muy común en situaciones difíciles como rupturas, divorcios, pospartos… Es una forma más de renovarse o de pasar página», nos cuenta Amaia Lauzirika, estilista de La Pelu de Getxo. Parece que Iglesias ha pasado premeditadamente por peluquería para marcar un punto y aparte en su antigua vida, como si estuviera anticipando ese futuro inmediato en el que tiene previsto recuperar su labor como docente y una posible vuelta a la tertulia política en televisión. Y es que, antes de liderar Podemos, el expolítico trabajó en diferentes medios de comunicación, por lo que es perfectamente consciente de cómo tiene que dirigirse al público y qué herramientas visuales ha de utilizar. ¿Responde entonces su nueva imagen a una estrategia?

«La política de primer nivel tiene mucha presión encima y puede que haya querido soltar lastre. Quizás, hasta su pelo fuera un lastre»

Isaac hernández, consultor político

«Si es una estrategia o no solo él lo sabe. En mi opinión, puede que con este cambio intente abarcar un mayor target de posibles seguidores o audiencias en aquellos ámbitos profesionales en los que quiera estar próximamente, más allá de seguir identificado con el target específico que tenía en el terreno político», argumenta Isaac Hernández. «La política de primer nivel tiene mucha presión encima y puede que haya querido soltar lastre. Quizás, hasta su pelo fuera un lastre. Ha querido romper con una imagen determinada y con todo aquello que iba asociado a él, todo aquello por lo que ha sido criticado y alabado», resuelve.

La transición de la coleta al pelo corto

En los últimos meses, Iglesias había convertido su coleta en un moño, hasta que dio el paso a la política madrileña, donde recuperó por un efímero instante su imagen habitual. Algunos vieron en ese nuevo peinado un gesto guerrero, casi samurái, para enfrentarse a la situación de crisis provocada por la Covid-19. Sin embargo, la experta en imagen Amaia Lauzirika lo interpreta como algo altamente mejorable. «Por lo general, los hombres que recogen su pelo en un moño suelen llevarlo más cuidado, con la zona de la nuca y las patillas más recortada y arreglada», argumenta. El por aquel entonces vicepresidente segundo del Gobierno publicó incluso unas fotografías en sus redes sociales presumiendo de peinado.

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«Entre la ola de calor y que mis hijos me tiran del pelo… tocaba nuevo look», escribía, junto al hashtag #coleta, término al que algunos solían referirse a él de forma peyorativa. En cualquier caso, «la moda hípster del moño y la coleta en los hombres ya no se ve tanto como antes. Ahora se apuesta por el pelo corto», advierte Lauzirika. Algo paradójico para Iglesias, que nunca se ha identificado con las modas de turno y que ahora acierta con su nueva tendencia capilar. «Ha mejorado bastante. Es un corte clásico, pero a la vez actual. Siempre resulta favorecedor y no es nada complicado. Le da una imagen más pulcra, limpia y pulida. Quizás sea eso lo que estaba buscando», resuelve la estilista.

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