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El nacimiento de su primera hija en el año 2017 supuso un cambio de rumbo en la vida de la bilbaína Mónica Macho, que decidió ... que tenía que dedicarse a una profesión que realmente le gustara. «Tengo 48 años y cuando yo estudiaba las opciones eran muy limitadas, o te ibas a la universidad o hacías una formación profesional, pero los sectores más creativos casi ni se tenían en cuenta», recuerda. Por eso, impulsada por esa inercia, estudió delineación industrial y trabajó en diferentes sitios, como una tienda de muebles, pero sentía que nada de aquello le llenaba. «Tenía ganas de aprender y de hacer cosas diferentes y cuando fui madre por primera vez supe que era el momento de apostar por otro camino. ¡Creo que fui muy valiente», confiesa.
La trayectoria del cambio comenzó con un curso de maquillaje profesional, que le permitió explorar sectores como la caracterización de obras de teatro, el 'body painting' o el trabajo con marcas de renombre como Bobby Brown y Mac. Mónica había encontrado, finalmente, algo que le apasionaba y desde ese momento «todo fue fluyendo». Hace 8 años abrió un pequeño centro de maquillaje en Barakaldo, en el que desde el principio apostó también por los tratamientos faciales. «Porque el resultado final de un buen maquillaje depende en gran medida de un buen cuidado de la piel», apunta. Ya en 2020 se trasladó a un espacio más grande e inauguró la nueva ubicación de Meibeauty, en el primer piso del número 3 de la calle Bidebarrieta. «Cuando entré por la puerta supe que quería estar aquí, me dio buenísimas sensaciones, así que no lo dudé. Además, en el Casco Viejo somos como una familia, cuando voy a tomar el café ya me conocen», recalca.
A lo largo de todo este camino, Mónica ha tenido otras dos hijas y no ha parado de alimentar su innata inquietud por descubrir cosas nuevas que después ha ido aplicando en su centro. «Una amiga me habló de la ayurveda y se abrió todo un mundo para mí. Estudié dos años medicina y masaje ayurveda y, desde entonces, cambió por completo mi forma de ver la piel, el cuerpo y la mente», confiesa. De hecho, la medicina ayurveda, reconocida y avalada por la OMS y que hunde sus raíces en la India ancestral, contempla una visión holística del cuerpo humano. «Lo importante es que ve el cuerpo y sus emociones como un todo. Descubrir esta tradición me ha servido para aplicar tratamientos corporales más globales, para conseguir, por ejemplo, reducir la inflamación o los niveles de cortisol y estrés que luego nos provocan tantos malestares y dolencias», describe Mónica.
Para lograr ese «bienestar integral de la persona», además de las terapias ayurvédicas, Mónica realiza masajes de cabeza, de ojos, reflexología podal, masaje facial japonés (koibido), acupuntura estética integrativa y kinesiolifting, así como drenaje linfático y maderoterapia. «La mayoría de los tratamientos que ofrezco en Meibeauty los hago con mis propias manos. Mucha gente me dice que les gusta más así que meterse en una máquina, como hacen en otros centros», comenta. Además, utiliza hierbas y aceites esenciales, piedras volcánicas o semillas. «Y siempre hago un diagnóstico previo para conocer las necesidades que tiene la piel en cada momento y después aplico vitaminas, nutrientes y antioxidantes para que luzca lo más sana y luminosa posible», explica. Además, Mónica organiza los fines de semana talleres de yoga facial, hieloterapia o de utilización de Gua Sha, una técnica que consiste en raspar la piel con una herramienta de jade o cuarzo para aliviar la tensión muscular y reducir la inflamación. «Son técnicas muy sencillas de autocuidado que luego podemos hacer en casa y que tienen unos excelentes resultados», apunta.
Con todo ello, Mónica ha conseguido que sean ya muchas las personas que salen de su centro completamente renovadas, después de regalarse un tiempo de bienestar. «Me hace muy feliz ver que salen encantadas y tranquilas. Y para mí también es un chute de energía. Atreverme a montar Meibeauty ha supuesto no sólo encontrar mi camino, sino también crecer como persona, aumentar mi autoestima y tener más seguridad en mi misma. Cuando decidí dar un cambio en mi vida, nunca pensé que llegaría hasta aquí, así que no puedo estar más contenta».
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