'La ilusa': la nueva (y diferente) librería de Bilbao que se rinde a la moda y el arte

A Beatriz y Sergio Albarrán siempre les ha unido su pasión por las letras. Estos dos hermanos bilbaínos crecieron en una casa en la que «ya no entraban más libros». De su infancia recuerdan acompañar a su padre, que fue socio del Círculo de Lectores, a la tienda de golosinas de Lourdes para que cambiase las míticas novelas del Oeste de Marcial Lafuente Estefanía. Mientras preparaban la apertura de su nueva librería, se toparon con alguno de esos ejemplares que siempre vieron en la estantería del salón, pero nunca se atrevieron a abrir. «Cuando era pequeña, 'Escupiré sobre vuestra tumba', de Boris Vian, me llamaba mucho la atención, pero me parecía un título prohibido. Lo he leído hace poco y es una maravilla», cuenta Beatriz entre risas.

Los libros y el arte también han marcado el camino profesional de ambos hermanos. Ella estudió Periodismo y cursó después un grado superior de Fotografía. Él optó por Comunicación Audiovisual y, al terminar la carrera, se mudó a Madrid para formarse como director de cine. Y, después, paro o precariedad. Sergio, de 35 años, colaboró en varios cortometrajes y en alguna película. «Casi todos eran sin cobrar, para 'adquirir experiencia', como suelen decir». Y Beatriz, de 39, compaginó sus estudios con su empleo como dependienta en una tienda de productos delicatessen del aeropuerto de Loiu. Pero al cumplir los 30 se plantó y decidió que no quería jubilarse allí, aunque fuera le esperase un futuro incierto. «Cuando estás en un trabajo, parece que no hay nada más allá, nos da miedo dejarlo, la inestabilidad, no poder pagar las facturas..., pero me dije 'aquí empieza mi vida'. Decidí romper con esa seguridad de tener un sueldo fijo para irme a Sudáfrica tres meses, donde mejoré mi inglés y viví una de las mejores experiencias de mi vida».

El lunes 7 de febrero abrieron por primera vez las puertas de su librería, 'La ilusa', en el número 8 de la calle Hernani de Bilbao. Llevan dos semanas «levantando la persiana con una sonrisa», porque saben lo importante que es «ir a gusto a trabajar». En este acogedor espacio, con columnas amarillas, a juego con los lirios que una amiga de Canarias les mandó por la inauguración, han creado un ambiente confortable que pretende «recordar al salón de casa». «Queríamos crear un punto de encuentro cultural en torno a lo que siempre nos ha unido: los libros y el arte. Y sabemos que este proyecto nos va a hacer crecer, porque vamos a conocer a escritores, fotógrafos e ilustradores que vendrán a dar charlas, talleres, presentaciones... aquí podrán divulgar sus conocimientos y compartirlos con la gente», explica Sergio.

A Beatriz y Sergio les han llamado «ilusos» más de una vez por ilusionarse con metas o propósitos que quizá otras personas veían inalcanzables. Quisieron bautizar así a su librería para jugar «con el significado negativo de la palabra», ya que también se usa para calificar a aquel «que se deja engañar o seducir». Pero, sobre todo, para reivindicar su parte positiva: «Ser un iluso es un motor creativo, porque cualquier cosa es irrealizable hasta que no se intenta. Creemos que todos los grandes han tenido su punto de ilusos. Y nosotros también lo somos por montar una librería en el siglo XXI, en plena era digital, y ante el pronóstico de la muerte del libro. Pero con esta pequeña inversión, vamos a intentarlo y lucharlo».

Su propuesta se sale de la línea más comercial para ofrecer, principalmente, libros de fotografía, cine y arte. «Pero si alguien nos pide el libro de Paz Padilla, se lo podemos traer. No somos críticos literarios, sino vendedores, no juzgamos el gusto de los demás». Entre las novelas de su estantería, no están los títulos más vendidos, pero sí historias interesantes más desconocidas. «Queremos salirnos de nuestra mirada occidental para descubrir otras narrativas, como la africana, asiática o árabe». En el centro de su librería destaca la 'mesa de las señoras', que ellos llaman así porque está reservada «a los ensayos escritos por autoras y con una perspectiva feminista». «La mayoría de los libros que tenemos en 'La ilusa' están escritos por mujeres, nos apetecía otorgarles esa visibilidad para que su trabajo no esté siempre en la sombra».

Además, estos dos hermanos han querido dar un toque artístico y dinámico a su librería ofreciendo a diferentes creadores la oportunidad de exponer allí sus obras. Hasta mediados de marzo, las fotografías de la artista Karen Amaia adornan las paredes junto a las ilustraciones de Oskar Benas, Rodillo o Smoke Signals Studio. Además, estos emprendedores han hecho un hueco a la ropa diseñada por creadores vizcaínos. Las estilosas sudaderas del diseñador Eder Aurre comparten espacio con las originales camisetas y 'tote bags' de Bikool, la firma creada por tres amigos de la villa que apuestan por diseños sostenibles inspirados en la cultura vasca. «Estamos abiertos a conocer a artistas locales que quieran vender su obra gráfica con nosotros», apuntan.

La gran acogida por parte de los vecinos les ha ayudado a vencer sus miedos iniciales por abrir su propio negocio. «Una señora nos trajo la araña del Guggenheim en miniatura, otra un atril antiguo... y las chicas de la revista Pikara Magazine unas palmeras para darnos la bienvenida», cuentan emocionados. Porque su ilusión, precisamente, es «trabajar para el barrio, colaborando con otros proyectos que se hacen en Bilbao La Vieja; y también desde el barrio hacia fuera». «Queremos organizar clubes de lectura y presentaciones de libros, pero también talleres de ilustración y fotografía, 'performances', catas de vinos...» Los libros y el arte seguirán escribiendo su futuro. Pero, ¿podrán estos hermanos trabajar juntos y en armonía? «Yo creo que soy un poco más mandona, soy la mayor y me sale la vena de sargenta», responde Beatriz entre risas. Pero ninguno recuerda una pelea más allá de las típicas de la infancia. «Cuando éramos pequeños le di con un bastón por la espalda, como un cobarde, pero fue el único ataque de ira», bromea Sergio. Unidos por las mismas inquietudes, no dejan de ser «dos ilusos» que se han atrevido a abrir una librería diferente en los tiempos que corren. «Viviríamos mejor con más ilusos y menos listillos, que de éstos está el mundo lleno y son los que fastidian al resto».

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