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Jon Kortajarena y su hermana, Lucía Redruello, posan frente al Museo Guggenheim con sus abuelos maternos y primos, con quienes suelen pasar la Navidad en casa del actor.
Jon Kortajarena y su Navidad 2021 en Bilbao

La Navidad en casa de los Kortajarena-Redruello: «La abuela se chiva de los regalos, pero hace una sopa...»

Jon Kortajarena reúne a toda su familia en su casa de Bilbao, donde su abuela Luisita les deleita con sus inigualables recetas. Juegan al bingo, bailan flamenco y hasta se hacen regalos de un 'amigo invisible'... demasiado visible

Jueves, 16 de diciembre 2021

Bienvenidos a la Navidad de los Kortajarena-Redruello. Unos días muy familiares en los que el modelo y actor bilbaíno regresa a la villa para reunirse con los suyos. Y para volver a paladear la inconfundible sopa de pescado de su abuela Luisita. «No recuerdo una Navidad sin mi hermano», asegura Lucía Redruello. Como para olvidarse de aquella Nochevieja en la que casi no puede irse de cotillón porque Jon le quemó la entrada con una vela. Por un descuido, ojo. En Nochebuena ambos hermanos estrenan un jersey navideño hortera para animar la cena y demostrar que saben reírse de sí mismos. Y en Nochevieja, se visten de gala y llevan ropa interior roja para atraer la suerte. Dos tradiciones tan sagradas como la del 'amigo invisible', que en su familia de invisible no tiene nada. Hoy celebran las fiestas en casa del actor, en el corazón del 'botxo', con su madre, Nuria; sus abuelos maternos, primos, tíos... «Antes nos juntábamos en casa de mis abuelos, pero la familia ha crecido y ya no entrábamos», cuenta esta joven extrovertida y espontánea de 22 años, que desde septiembre vive en Madrid, donde recibe clases de interpretación para cumplir su sueño de ser actriz. Sus fiestas soñadas las imagina en 'Casa Sua', la villa que Jon tiene en Lanzarote, pero aún no han podido celebrarlas en una tumbona al sol. «Mi ama y mis tías Yolanda y Estíbaliz tienen mucho trabajo en la peluquería esos días», reconoce la benjamina de los hermanos. Y no se queja, lo importante es seguir brindando todos juntos.

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Lucía recuerda con especial ilusión las navidades de su infancia, en las que Jon y ella eran los únicos niños de la familia. Sus primos aún no habían nacido y, claro, los mejores regalos los recibía ella por ser la pequeña: «La protegida de todos. Siempre me grababan vídeos y hoy tener esas grabaciones es un gran privilegio». Eso sí, no siempre corrió la misma suerte. Inolvidable aquella Nochevieja en la que su hermano le quemó con una vela la entrada del cotillón al que iba a ir después de cenar. «Metió la vela en un trofeo de tenis y yo puse el móvil encima con el ticket dentro de la funda. Se empezó a derretir y ya te puedes imaginar... '¿No oléis a chamusquina?', soltó él cuando se enteró de la que había liado».

Su abuela Luisita es la encargada de cocinar en estas fechas para toda la familia: «Si somos 15, ella hace comida para 35». Su dominio entre fogones nunca decepciona, es la que «mejor cocina de todos». Deliciosas sus croquetas, muy sabroso su cordero... pero nada comparable a su famosa sopa de pescado. Eso sí, que nadie se meta en la cocina, porque ella no quiere pinches. «Cuando entramos en diciembre, ya se pone nerviosa pensando en la comida que va a hacer. Este año ya le he dicho que esté tranquila, que la voy a ayudar, al menos, a preparar la sopa, pero dice que de eso nada».

Los jerseys navideños de Jon y Lucía

Horas antes de la cena de Nochebuena, todos tienen asignada su labor: poner la mesa antes de salir a potear mientras Luisita se queda preparando sus inigualables recetas. El 'outfit' que Jon y Lucía eligen para este día no tiene desperdicio. Se planta cada uno un jersey hortera con toda la parafernalia navideña. «La condición es que tienen que ser nuevos cada año. Los hemos llevado con luces incorporadas, con música...». Cuando se sientan a la mesa, comienzan el festín y las conversaciones, que nunca decepcionan: «Empieza todo muy 'light', preguntando por los estudios; luego pasamos a una parte más profunda... y la cosa se va animando. Siempre acabamos hablando de la historieta de amor de nuestros abuelos. Aitite nos cuenta cómo la conquistó y nos enseña las cartas que le enviaba cuando estaba en la mili», cuenta Lucía emocionada de que sigan «queriéndose después de tantos años». La velada termina con una sesión de karaoke, bingo o baile flamenco. «Bailamos con mi abuela, que es cordobesa, y eso le recuerda al pueblo y a sus hermanas».

Los más pequeños de la casa reciben regalos por partida doble: en Navidad y la mañana de Reyes. «Hace unos años, mi madre se disfrazaba de Olentzero después de la cena para sorprender a mis primos pequeños», cuenta Lucía entre carcajadas. Y como en las mejores casas, entre los paquetes que encuentran debajo del árbol, siempre se 'cuelan' calcetines y pijamas. Su particular 'Olentzero' se muestra así de práctico. «Mi madre siempre nos los regala a mi hermano y a mí. El año pasado a él le tocó uno de 'Mickey' y a mí de 'Mini'. No nos podíamos parar de reír». Para llorar... de alegría ya está la chaqueta de Versace que Jon le regaló por el Olentzero el año pasado. «Me encanta, me gusta mucho», repetía Lucía entre lágrimas en un vídeo que el actor publicó en su perfil de Instagram.

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Un 'amigo invisible' que siempre sale mal

En estas fechas, la familia también celebra su particular 'amigo invisible', que acaba siendo demasiado visible por 'culpa' de Luisita. «Mi abuela no sabe guardar un secreto. Me empieza: 'a mí me ha tocado tu hermano, a tu abuelo tu madre'…». Lo mismo se regalan un altavoz Marshall que un disfraz de superhéroe. «Se lo compró mi madre a mi hermano hace dos años. Le encantó, creo que cenó con él puesto», cuenta entre risas. Lucía presume de ser la que hace los mejores regalos de la familia: «Un año compré para todos detalles de marcas locales».

Para dar la bienvenida al nuevo año, la familia de Jon Kortajarena se viste de gala. «Somos muy supersticiosos, nos ponemos ropa interior roja y metemos la sortija de oro en el champán», cuenta Lucía. Mientras ven las campanadas en Telecinco, se comen todos las doce uvas, como marca la tradición. «Bueno, todos no, mi tía Esti se pone Lacasitos. ¡Es como una niña!». Lacasitos después de la sopa de pescado de Luisita no parece una gran combinación pero juntos, todo sabe mejor.

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