Una gran boda india en Bizkaia: miles de flores y saris en las mesas

La producción de la película 'Bohemian Rhapsody' unió para siempre los caminos de Carmen Marina y Ajay Lotay. «Nos conocimos trabajando, yo formaba parte del equipo de producción y él se encargaba de las localizaciones. Tuvimos una cita y hasta ahora», cuenta sonriente esta bilbaína de 29 años que vive en Londres junto a su marido. Tras dos años de noviazgo, la pareja se comprometía en 2020. Ajay, londinense de la misma edad y proveniente de una familia india, sorprendía a Carmen en julio tras volver de Bilbao, donde ella pasó la cuarentena: «Me llevó a un hotel precioso en la campiña inglesa. Sacó el anillo en la habitación». El enlace, que tuvo lugar el pasado 2 de julio en el Palacio de Ubieta, en Gordexola, contó con inspiración india. «Lo decidimos así para que la familia de Ajay se sintiera como en casa. Los detalles en la decoración, en el menú y hasta en el vestido lo hicieron posible», precisa Carmen.

Los guiños a la India también se pudieron apreciar en su look nupcial, firmado por Sofía Arribas, fundadora de la firma vizcaína Sophie et Voilà. «No sabía si debía llevar un vestido tradicional hindú o no, le di muchas vueltas», reconoce Carmen. Finalmente, se decantó por un sofisticado diseño de satén con escote halter, al que la diseñadora añadió una ligera capa y dos detalles con los que consiguió homenajear a la cultura de Ajay: unos colgantes en la parte trasera y un forro bordado en el interior. «Solo se veía si me levantaba la falda del vestido», indica.

Completó el look bridal con unos pendientes que le regalaron sus padres las pasadas navidades expresamente para su boda. Un diseño que adquirieron en una subasta y que su madre, Gloria, personalizó a su gusto: «Los llevó a un joyero para que incorporaran unas perlas en la parte superior y unos brillantes en la inferior». También eligió para la ocasión unas sandalias de la firma madrileña de calzado Flordeasoka.

Carmen amaneció relajada el día de su boda en la casa bilbaína de sus padres. A las nueve de la mañana, se puso en manos de Amaia, del salón de belleza Miss Pupet, que realzó su belleza con un maquillaje muy natural. Después, Janire, de Onda Bilbao, moldeó su larga melena con unas sutiles ondas al agua para después recogérsela en un moño bajo. Y dar así el protagonismo que merecía al pronunciado escote en la espalda de su vestido de novia. «También llevé en el pelo un collar de oro de más de 100 años que me regaló mi suegra y que forma parte de la herencia familiar de Ajay», precisa. Un sofisticado peinado del que se desprendió tras la ceremonia, ya que prefirió soltarse la melena para disfrutar y bailar cómodamente.

Su padre la llevó en su coche antiguo al Palacio de Ubieta. En sus jardines, exquisitamente decorados gracias al trabajo conjunto del estudio de interiorismo de Gonzalo en Balmaseda y del Palacio de Ubieta, tuvo lugar la ceremonia civil a las 13.40 horas frente a 200 invitados. Tras una larga espera de más de quince minutos, la llegada de la novia vestida de blanco emocionó a Ajay, que no pudo evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas. El enlace estuvo amenizado por un coro de 36 voces que entonaron una de las canciones de 'Bohemian Rhapsody', la película que unió a los novios. «También cantaron tres o cuatro temas relacionados con el cine», añade Carmen.

Tras el 'sí quiero' de los recién casados, comenzó el convite en un patio interior del palacio. «La zona estaba preciosa con una guirnalda de flores y unos puestos de comida para morirse», asegura. El grupo 'Swing Tronics' amenizó el cóctel con su música en directo. Posteriormente, una gran carpa de ensueño, instalada en uno de los jardines del palacio, acogió el banquete. Las grandes hojas de palmeras, las flores de colores y los saris, colocados sobre las mesas, aportaban al espacio, iluminado por Sonort Audiovisual, un aire mágico y festivo. Durante el festín, de la mano de Mahercatering, se degustaron deliciosos platos, desde tres tipos de curry como aperitivo hasta una torrija como postre.

El tradicional baile padre e hija abrió la fiesta, que se prolongó hasta la una de la madrugada. «Todo el mundo tenía muchísimas ganas de pasárselo bomba, y así fue». Hoy Carmen y Ajay disfrutan de su luna de miel en Grecia para poner el broche de oro a su romance de película.

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