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Gabriela decora y envuelve los regalos por ti con ideas brillantes en su tienda de Bilbao
Esta emprendedora venezolana regenta desde hace un año Opari Kutxak, en la calle Marcelino Oreja, donde consigue sorprender con su ingenio y creatividad
«Lo que no hay, lo buscamos y lo que no encontramos, lo hacemos». Es el lema que define la filosofía de Opari Kutxak, la tienda de regalos personalizados ubicada en el número 1 de la calle Marcelino Oreja. «Siempre he sido muy mañosa, me he pasado la vida haciendo manualidades. Me encantaba crear detallitos para la familia y los amigos, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que esto podía ir más allá, que podía ser una profesión y no solo una actividad para distraerme», explica Gabriela. Nacida en Venezuela y nieta de abuelos vascos, esta emprendedora cuarentañera lleva ya ocho años en Bilbao. «Como muchos otros, mis abuelos emigraron para hacer las Américas. De pequeña venía aquí muchas veces con ellos y me encantaba. Siempre estuve enamorada del País Vasco», confiesa.
Las circunstancias de la vida le hicieron cruzar el charco para emprender una nueva etapa vital. «Entre las ganas que tenía de venir y la situación que vivía mi país, parecía que todo me empujaba a cambiar mi destino, y aquí estoy», explica. Desde el principio quiso reflejar en su comercio una mezcla de las dos culturas que habían marcado su carácter. Por un lado, quería hacer un guiño a su origen familiar poniendo el nombre de la tienda en euskera; y por otro, le hacía ilusión acercar a Bilbao el tipo de celebraciones características de los países americanos. «Allí los cumpleaños y los eventos de todo tipo son muy vistosos. Hay mucho globo, mucho color y mucha decoración. Aquí os centráis más en la comida», comenta riendo.
No obstante, aunque reconoce que en este año largo que lleva al frente de Opari Kutxak, «la mayoría de los clientes son latinos», sí que nota que los vascos se animan cada vez más a decorar cualquier evento a lo grande en casas, txokos, restaurantes, hoteles o incluso al aire libre. En estos casos, también se encargan de las invitaciones, los recordatorios y de la decoración de las mesas. «Hemos notado además que está aumentando el interés por personalizar los regalos y hacerlos más llamativos», asegura Gabriela. Para desarrollar todo este trabajo, hace un año se unieron al equipo Marcela y Mónica, ambas colombianas, que llevan también unos años afincadas en Bilbao y muchísimos más dedicadas a los trabajos creativos. «Nos conocimos mientras preparábamos la decoración de un cumple y decidimos unir nuestros talentos porque cada una está especializada en un ámbito. Entre las tres formamos un gran equipo y podemos hacer casi cualquier cosa», aseguran.
Para un profe que se jubila
Las tres pasan horas buscando materiales, nuevas ideas y trabajando «con mucha paciencia y minuciosidad» en el taller que tienen en la propia tienda. «Nuestro objetivo principal es hacer un regalo completamente personalizado. El cliente puede traernos una idea o si no la tiene, nosotras le podemos dar muchísimas», explican. Lo importante es conocer un poco los gustos, la edad o las aficiones de la persona que va a recibir la caja personalizada e inmediatamente pasar a la acción. Desde detalles para un aita que pasa por un bache de salud (con un globo que dice 'te quiero', un peluche y mucho chocolate), hasta el cumpleaños de tu pareja (con una taza personalizada, una botella de champán y unas gominolas). «Una de las cajas más curiosas que hemos hecho era para un profesor de religión que se jubilaba. Incluía diferentes dulces, una virgen y una botella de licor de Frangelico».
Las posibilidades son infinitas. El cliente puede llevar su propio regalo también para ser envuelto de una forma original (un perfume, un libro, un vino...) o dejar que Gabriela, Mónica y Marcela desarrollen toda la idea, desde cajas de desayunos hasta un ramo con rosas hechas una a una con una tela sedosa. Los niños son uno de los destinatarios más habituales de las cajas de Opari Kutxak, «las hacemos con muchos chuches y con sus personajes favoritos de dibujos o videojuegos, un zumo, un yogur, peluches... Hay muchas opciones, aunque los motivos que más triunfan siguen siendo los clásicos de Disney». En Opari Kutxak también organizan de forma periódica talleres de diferente temática. El próximo, dirigido a niños, se desarrollará los días 3 y 4 de marzo y estará dedicado al Carnaval.
Durante este tiempo, estas tres emprendedoras han vivido numerosas anécdotas, pero lo que más grabado queda siempre en su memoria son, sobre todo, las caras de sorpresa que ponen los destinatarios de sus originales y llamativas cajas. «Me acuerdo que una vez aparecí con una caja con globos y peluches para un chico que trabajaba en un taller mecánico. El hombre no sabía donde meterse y los compañeros se partían de la risa», ríe Gabriela. «Es un trabajo muy bonito, porque la gente viene aquí para dar sorpresas a las personas que quiere, para dar ánimo a un enfermo, para celebrar una fecha especial... Fíjate, hace poco vino una señora para que preparáramos unos globos para su madre porque cumplía 95 años. ¡Cómo no vas a hacerlo con ilusión! En cierto modo, este trabajo te permite ser una pequeña parte de una bonita historia, es como si dieras forma a los sentimientos más profundos de la gente hacia sus seres queridos. Una auténtica maravilla», confiesa emocionada Gabriela.