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Escuela de costura en Santutxu
Mirari abre una escuela de costura en Santutxu con cursos y talleres novedosos para coser y charlarMirari Aranburu cumplió el sueño de su vida el pasado mes de septiembre, cuando abrió las puertas de su escuela de moda, Hari ta ari, en el número 27 de la calle Zabalbide. «Cuando era muy pequeñita, siempre me fijaba en cómo cosían mi madre y sus amigas, sobre todo, una de ellas, que era muy perfeccionista. Me arrimaba a la máquina y quería saber lo que estaban haciendo», recuerda. Sin embargo, la vida la fue llevando por otros derroteros. Esta galdakoztarra de 56 años estudió Bellas Artes y se especializó en restauración de obras de arte, pero su trayectoria profesional no ha tenido nada que ver con esa disciplina. «¡Yo he hecho de todo! He sido profesora de euskera, administrativa, traductora, escaparatista, dependienta... ¡Lo que hiciese falta!», confiesa.
Mientras trabajaba en ámbitos tan dispares, Mirari nunca dejó de lado las agujas, los hilos y las telas. «Ha sido una constante toda mi vida. Siempre he estado cosiendo, ya sea para mí, para mi madre o para mis hijas», explica. Nunca ha dejado de formarse, incluso en Alta Costura o en vestuario para artes escénicas. «He trabajado en montajes de Pabellón 6 y La Fundición o para Zirkozaurre. También en cine y televisión. Y he colaborado mucho con el diseñador Ángel Amor», cuenta. Además, le concedieron una beca de investigación cultural del Gobierno vasco con la que realizó un proyecto sobre la chaqueta mendigoizale, incluido un tutorial para confeccionarla -disponible en francés, inglés, euskera y castellano- que puede encontrarse en abierto en Internet.
Tras tantas experiencias profesionales y con un bagaje más que demostrado en el mundo de la costura, Mirari decidió que, por fin, había llegado su momento. «Con cierta edad, se vuelve complicado que te contraten. Nadie me iba a venir a buscar, así que decidí tirarme a la piscina y ponerme por mi cuenta haciendo lo que realmente me gusta» confiesa. Así, hace unos años comenzó su andadura en un local de la calle San Francisco y ahora ha trasladado su propuesta hasta Santutxu. «He sido profesora de costura en otras escuelas y ahora, por fin, tengo la mía propia. Estoy muy contenta porque viene mucha gente que también acudía antes a este local en el que yo trabajaba. Los dueños lo dejaron y decidí cogerlo y darle una vuelta a la propuesta, que ahora es más completa», detalla.
En Hari ta ari eskola trabajan en dos líneas para adaptarse a las necesidades de los alumnos. Por un lado, ofrecen costura guiada, en la que la persona puede hacer la prenda que desee. «Si quieren hacerse un vestido o una falda, yo les voy guiando en todo el proceso, paso a paso. Solo se requieren unas nociones básicas para apuntarse», detalla Mirari. Por otra parte, están los cursos tanto de confección como de patronaje, desde cero, con dos niveles. Además, ofrecen un curso de moulage, donde se aprende a realizar los patrones directamente sobre el cuerpo o sobre el maniquí. «Es sin duda el curso más innovador de todos ya que es una técnica para obtener patrones que se ofrece en estudios relacionados con la Alta Costura», recalca. Además, en todas las clases, de seis personas como máximo, conviven el euskera y el castellano, según las preferencias de cada persona.
Mirari ya tiene todo preparado para el segundo semestre, con cursos que comienzan ahora en febrero y durarán hasta junio. Además, tiene en mente seguir organizando talleres especiales sobre diferentes técnicas, al menos, una vez al mes y que desarrollará durante el fin de semana. «Hasta ahora hemos organizado varios, como uno de drapeado con Javier Martín Galán, especialista en las técnicas de Balenciaga. También hemos hecho de drapeado y de bordado», detalla. El próximo taller especial se celebrará los días 14, 15 y 16 de febrero y será sobre corsés a medida, realizado por José Carlos Herrera. «Mi idea es impartirlos yo o traer a personas expertas en ese ámbito para que la formación sea de primera calidad».
Para Mirari, «cualquier persona» puede aprender a coser, sobre todo, gracias a los cambios en las técnicas de costura de los últimos años. «Ahora ya no se pasan los flojos o los hilvanes, pero no por eso se cose peor. Simplemente el sistema ha cambiado. De esta forma, se cose más rápido y se ven los resultados antes y eso le gusta a la gente», recalca. La propuesta de Mirari está atrayendo a todo tipo de públicos, desde jóvenes de apenas 20 años que después quieren hacer un grado de moda hasta personas de más de 70 años. «Y no solo de Bilbao, viene incluso gente de Castro. Como dice una amiga mía, si tus clientes te traen comida siempre es una buena señal, significa que están contentos. Y mira, aquí tengo ya una esquinita con bombones y alguna cosita rica más que me han regalado», ríe.
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