Cuando las madres son las artistas: así crean el vestuario del musical de Salesianos de Deusto

Los alumnos de 14 a 18 años que integran el grupo de tiempo libre Centro Juvenil Oldarra del colegio tienen, entre la oferta de actividades, la oportunidad de participar en este famoso musical, que nació hace dos décadas. Los estudiantes del curso 2002-03 fueron los primeros en subirse al escenario. Y, desde entonces, han sido muchos los 'artistas' que, con ganas e ilusión, han dado lo mejor de sí mismos. De hecho, pueden presumir de haber actuado en una pequeña sala del Palacio Euskalduna y en distintos colegios de ciudades como Pamplona, León o Salamanca. «Los chavales cogen el autobús muy ilusionados, se llevan el decorado a cuestas, el vestuario... es una experiencia diferente y muy gratificante». Incluso el entonces alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, apoyaba con su presencia este proyecto, ya que nunca se perdía el musical. Con una media de diez actuaciones al año por espectáculo, este evento suele llevarse a cabo entre febrero y abril. 'Grease', 'High School Musical', 'Fama', 'Peter Pan' y 'Hairspray' son sólo algunos de los famosos títulos que han representado hasta ahora.

«Mis dos hijos estudiaron en la escuela y yo empecé por una amiga, haciendo disfraces con los monitores del club de los peques», recuerda Angelines, zamorana afincada en la villa desde hace 44 años. Su participación regular en las actividades de Salesianos marcaría un antes y un después en su vida y en la de sus compañeras. «Al principio, gestionaba todo el vestuario desde mi casa, pero llegó un momento en el que había tal cantidad de prendas que nos tuvimos que mudar», matiza. Estas mamás de exalumnos, que siguen al pie del cañón pese a que sus hijos hace tiempo que salieron del colegio, sacaron todo su arsenal creativo y se pusieron serias hace ya trece años. «Nos estrenamos con el musical de 'Queen' y hasta hoy. Hemos crecido muchísimo, cada vez tenemos más experiencia y trabajamos más rápido. Hasta cogemos ideas de musicales famosos», cuenta orgullosa. Tras el 'casting' y posterior selección de protagonistas y bailarines, toca planificarse. «Les cogemos las medidas y vemos qué telas hay que comprar y cuántos trajes necesitamos crear». Ante todo, diseñan atuendos sencillos «con los que los chiquillos se sientan cómodos mientras bailan». Y siempre usan telas en colores potentes para que resalten en escena. «Queremos que los diseños sean muy vistosos y atractivos, pero se tienen que adaptar a sus necesidades en el escenario. Por ejemplo, no pueden ser prendas ni muy grandes ni muy ceñidas», apunta.

La 'cuadrilla' de vestuario se originó de manera natural. Las voluntarias comparten su amor por el arte y por la educación de los jóvenes, y acuden a la sala a pespuntear cuando no están trabajando. «Yo traigo la ropa cortada y aquí la confeccionamos. Hacemos unas pruebas a las niñas, ajustamos y terminamos. Antes de empezar el musical, miramos con ellas que todo siga en su sitio», sostiene Angelines, que recuerda lo mucho que disfrutó replicando unos vistosos buzos plateados de 'Mamma Mia'. «Adaptamos y adornamos cuatro buzos enteros que teníamos de otra función para las protagonistas, con capa transparente, pantalones campana y todo. Era una tela muy elástica que con el tiempo se iba deteriorando y los tuve que tirar al de poco, pero quedaron espectaculares». La imaginación no tiene límites, y estas mujeres bilbaínas lo saben. Lo mismo reutilizan y cortan prendas, que desarman otras para crear unas nuevas totalmente diferentes.

Este colegio de Deusto, situado en el corazón del barrio bilbaíno, es uno de los más conocidos de la villa. Bajo los valores educativos de su fundador Don Bosco, que aún hoy persiguen y actualizan aquellos que han cogido su testigo, continúa con una educación humana, centrada en la persona. Los alumnos son participantes activos de su propia educación y de una transformación social. Y puede que el musical, coordinado por el salesiano Iñaki Echeverría, sea su mayor expresión. Un proyecto de gran magnitud con un calado muy personal, en el que tanto madres como alumnos comparten y viven una serie de valores a través del arte, la danza, el canto y la interpretación. Unas horas sobre el escenario en las que hacen frente a sentimientos y emociones encontradas. Los nervios, el compañerismo, la frustración, la ilusión de que tu familia venga a verte… todas estas emociones salen con ellos a escena. «Hemos contado con niños muy tímidos que no tenían amigos y se han visto arropados por todas las amatxus y compañeros. Es muy bonito ver la alegría de todos, que se ven recompensados por todo su enorme esfuerzo. Al final, se pasan meses ensayando todos los fines de semana hasta pasadas las nueve de la noche», cuenta Angelines.

Si bien este artículo nació con la intención de dar a conocer a estas madres, María Ángeles no quería dejar pasar la oportunidad para agradecer también a todas esas personas que han estado implicadas en los anteriores musicales. Madres que están o estuvieron, marcando la diferencia con su desinteresada labor. Son la demostración de que, una vez más, tanto en la vida como en el escenario, ellas nos cuidan tras las bambalinas, detrás del telón. ¿Qué podemos esperar para este año? Como siempre, una llamativa propuesta con escala en Hawai y Bombay, que un año más nos transportará al mejor de los teatros de la Gran Manzana. No te olvides de que Broadway, por unos instantes, también puede estar en Bilbao.