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Una profesora de Algorta crea originales jarrones inspirados en las historias de sus alumnos
Paula de Luisa, artista de 29 años, ofrece desde su marca 'Lurra by Paula' artículos de cerámica elaborados con mimo en su casa del municipio vizcaíno. «Quería compartir con el mundo mis creaciones», asegura
Paula de Luisa siempre tuvo una vena creativa en su interior que la ligó fuertemente al mundo del arte. «Es la manera que tengo de expresarme», explica. Proveniente de una familia de pintores, de niña se inició en el dibujo y la acuarela. Y pese a que realizó manualidades con arcilla en alguna ocasión, no descubrió hasta hace cuatro años su pasión por la cerámica. «Me encontré con esta disciplina en un momento en el que me sentía artísticamente estancada. La vivo tanto...», asegura. Desde ese momento, esta algorteña de 29 años, que trabaja como profesora de primaria en un colegio de Bilbao, comenzó a formarse de manera autodidacta y después con cursos presenciales y 'online' por el puro placer de aprenderlo todo sobre esta disciplina. Enseguida los originales jarrones que realizó durante aquellas largas horas en contacto con la cerámica se convirtieron en objeto de deseo para sus familiares y amigos. Un éxito que hace un año la llevó a dar un paso al frente y fundar 'Lurra by Paula', su propia marca de jarrones y amuletos de cerámica. «Quería compartir con el mundo mis creaciones, que la gente las vieran y las sintieran como lo hago yo. No me las podía guardar solo para mí», expresa.
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En sus jarrones de cerámica, confluyen dos fuentes de inspiración; y por si cabían dudas, Pinterest no es una de ellas. Por un lado, es innegable apreciar una influencia del arte precolombino o prehispánico creado por los nativos del continente americano durante el periodo previo a la invasión europea. «Mis obras son una bonita manera de hacer un guiño a estas civilizaciones pasadas», explica. En el otro extremo, se encuentran las historias, sentimientos y personalidades de sus alumnos. «En un jarrón con tres patas y cabezas, plasmé el pasado de un niño que perdió a su madre cuando era muy pequeño y tuvo que crecer con sus abuelos», explica.
A Paula esas horas en contacto con esta disciplina artística le proporcionan paz y le permiten conectar con ella misma y con la naturaleza. Y es que cada una de sus piezas únicas esconden un extenso proceso de creación que tiene lugar en la zona de trabajo que ha establecido en su casa de Algorta. «Digamos que he ido colonizando todo el piso», bromea. Ha establecido el horno que ha adquirido hace muy poco tiempo en la cocina, las tareas administrativas y la preparación de los pedidos tienen lugar en una mesa del salón y su taller está en el balcón acristalado. «Me he agenciado este espacio porque tiene luz todo el día», precisa. Ahí dispone de dos aparadores con piezas en diferentes procesos de creación, una mesa con las diferentes arcillas y esmaltes que elabora ella misma y todas las herramientas necesarias para trabajar en sus creaciones. Para cada jarrón, Paula dedica alrededor de una jornada laboral. Son piezas especiales gracias a la artesanía que hay detrás, pero también gracias a su diseño, ya que crea caras singulares con originales orejas con pendientes.
También ofrece amuletos
Además de sus ya famosos jarrones, esta artista también da forma a amuletos de cerámica únicos e inspirados en diferentes personas de su vida y símbolos del arte precolombino, como las lunas, las conchas o motivos florales. Piezas (25 euros) que carga durante el proceso de creación de amor, sentimiento, paz o energía. «Son mucho más que un accesorio estético», asegura.
El proyecto más personal de Paula se fraguó de forma digital. A través de su cuenta de Instagram y la página web de la marca ha llegado a clientes -un 90% son mujeres- de diferentes puntos de nuestro país, como Madrid y Barcelona, y de países europeos como Portugal y Alemania. «En cuanto a los jarrones, me dicen que no han visto nada igual, que les transmite mucha elegancia y vida. Les asombra lo expresivos que son», indica agradecida. Pero sus piezas de cerámica también han salido de su taller para instalarse en varios 'markets' en Bilbao y Getxo. Citas que Paula aprovecha al máximo para contar a los visitantes las historias que hay detrás de sus jarrones de cerámica, que rondan los 100 euros. «Los compra gente que valora el trabajo que hay detrás y el relato les engancha», admite. Obras de arte que se han convertido en el regalo ideal para eventos especiales, como bodas o cumpleaños. Y que ponen en valor «la belleza de lo imperfecto».
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Sus obras de arte están a punto de llegar a dos tiendas físicas de Bilbao, 'Viento Norte', situada en El Casco Viejo; y 'Handmade Bilbao', ubicada frente al Museo de Bellas Artes. Son los primeros comercios de muchos en los que pretende incluir sus especiales artículos de cerámica. Pero sus planes van mucho más allá, a esta maestra también le gustaría ofrecer talleres presenciales en su futura casa y organizar retiros en los que impartiría clases de cerámica y de yoga. «El lugar ya lo tengo seleccionado», adelanta. No descarta dedicarse en exclusiva a su marca y se permite soñar con fundar un espacio que pudiese compartir con otros artistas. «Sería como una especie de 'taller-tienda-galería'. En Bilbao casi no hay», asegura. Por el momento, eso sí, quiere seguir enamorando con sus jarrones y amuletos de cerámica. «Mi padre me dice que vendo mis creaciones muy baratas, pero solo intento que todo el mundo puede acceder a ellas. Mi principal objetivo es que a mí me haga feliz hacerlas y que a los compradores les alegren la vida», zanja.
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