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Bolsos de piel de cactus (de Bizkaia a EE UU)
Los bolsos de piel de cactus creados por una madre e hija vizcaínas que llegan a EE UUAmara Oribe y Begoña Alcibar triunfan con sus diseños geométricos y vanguardistas que reivindican la artesanía y la atención al detalle
Amara Oribe recuerda con cariño los vestidos y disfraces que le hacía su madre cuando era pequeña. Una afición compartida con su bisabuela, que fue costurera de Cristóbal Balenciaga. Pese a no heredar esa destreza con la aguja, esta getxotarra de 30 años dio un giro a sus planes durante el confinamiento y apostó por compaginar su trabajo como abogada con un proyecto personal ligado al mundo de la moda. «Me encantan los cactus y descubrí que en otros países los utilizan para producir un cuero vegano con el que tapizan asientos de coches de alta gama», cuenta. Comprometida con el planeta, buscó la fórmula para diseñar bolsos confeccionados con este material. «Me costó mucho encontrar en España a algún artesano que quisiese trabajar con esta piel vegana». Lo encontró en Madrid y tardó casi un año en poder sacar a la venta los primeros modelos, que presentó en octubre de 2021 en un mercadillo celebrado en el Hotel Palace. «Al estar hechos a mano, uno a uno, costó realizar una producción grande. Pero gustaron mucho y me atreví a dar forma a la marca».
Le acompaña en esta aventura su madre, Begoña Alcibar, que se encarga de la parte administrativa. «También cose los forros, me aconseja con medidas y patrones... Y es una gran relaciones públicas», elogia. Ella regenta una inmobiliaria en Algorta. Y Amara tiene su propio despacho jurídico, pero en un futuro le gustaría dedicarse únicamente a su marca, 'La Materia'. Su deseo es «recuperar la calidad y la exclusividad» frente a la abundancia de la moda rápida. Las líneas puras y geométricas definen sus diseños, que se caracterizan por llevar las asas de piel de cactus integradas, como si naciesen del propio bolso. «Queríamos evitar las cadenas o cualquier material que no fuese sostenible», explica. Todos los bolsos incluyen un forro interior de algodón orgánico con ilustraciones de distintos diseñadores gráficos estampadas. Y una correa larga para llevarlos colgando del hombro o al estilo bandolera.
De momento han lanzado dos colecciones. La primera, en tonos más oscuros (negro, granate o verde), ha dado paso a una nueva propuesta más rompedora, con modelos en azul eléctrico y lila, perfectos para el verano. Triunfa, sobre todo, el bolso llamado 'número 3', con forma de abanico invertido. «Se agotó, pero queremos sacarlo después del verano en colores nuevos», adelantan. Fabricados a partir de piel vegana de cactus importada desde México y tratada con diferentes procesos que hacen que su textura se asemeje al cuero, sus diseños cuestan desde 195 hasta 300 euros. Todos sus bolsos nacen de «un proceso natural y artesanal», así que como aclaran en la web «las irregularidades y la variación del color es natural». Vamos, que no hay dos diseños iguales.
Capazos con asas de piel de cactus
Para estos meses de playa y terraceo, también han lanzado una colección de capazos de palma hechos a mano con las asas de piel de cactus en forma de anilla como seña de identidad. Incluyen una bolsita de algodón al tono de las asas confeccionada por Begoña para albergar las pertenencias. «Están gustado mucho y al ser más económicos (100 euros) es una gran opción para quienes quieren tener su primer bolso de la firma».
Amara y Begoña ya piensan en reinventar sus diseños «con colores metalizados y nuevas formas geométricas» de cara al otoño. Pero antes esperan darlos a conocer fuera de nuestras fronteras. En julio los venderán en una feria en Boston y en septiembre participarán en una de Milán. Además de encontrarlos en su página web, sus versátiles y reconocibles creaciones se pueden comprar en la plataforma de moda sostenible Matiz. La ilusión de esta madre e hija vizcaínas es abrir una tienda física en un futuro. Y seguir compartiendo su filosofía, que aboga por la belleza natural del 'hecho a mano' y el respeto al planeta frente a esa cultura de usar y tirar. «Trabajar con una madre a veces estresa un poco. Que si hay que sacar ya nueva colección, que si hay que mover en redes... pero gracias a esa presión va saliendo todo. Tenemos confianza, lo pasamos bien juntas y ella está disfrutando mucho de su pasión por la costura».