La boda circense de Isma, de 'El Conquistador del Caribe', e Iraia en el valle de Arratia

Bienvenidos al gran 'show', o lo que viene siendo lo mismo, a la boda entre Iraia Ozerin e Ismael Pereira, participante de la decimotercera edición de 'El Conquistador del Caribe'. Estos vizcaínos, de Igorre, por fin pudieron contraer matrimonio el pasado 14 de mayo después de que la pandemia les obligara a aplazar su gran día dos años. Un enlace mágico organizado por 'Bexclusive Events' que tuvo lugar en la Finca Ziarsolo, ubicada en el valle de Arratia, y que se salió de lo habitual: contó con aire circense y numerosos espectáculos. «Somos unos amantes de las películas y, en especial, del filme 'El gran showman', protagonizado por Hugh Jackman. A pesar de que los asistentes ya se esperaban una celebración diferente, ya que las invitaciones eran carteles de circo con nuestras caras, superó todas sus expectativas», asegura Ismael, de 31 años.

Rebobinamos 12 años para conocer todos los detalles del inicio de su romance. «Siempre hemos pertenecido a la misma cuadrilla. Empezamos siendo buenos amigos y terminamos dando el paso. Iraia entró en mi familia de una forma muy extraña, el día en el que falleció mi hermano. Después de acompañarnos en aquellos duros momentos, le pregunté si quería salir conmigo. Me dio calabazas, pero lo conseguí en el segundo intento», admite. Su relación amorosa entró en una nueva fase el día en el que Isma le pidió matrimonio en un viaje a Tailandia. «En un principio, me rechazó otra vez, pero ahora dice que la negativa fue porque no se lo esperaba. Ella sabía que no me quería casar, porque vengo de una familia con padres separados y no creía en el matrimonio. Pero bueno, ya sabes, las cosas cambian», admite. Finalmente, este vizcaíno alocado y extrovertido se arrodilló en el hotel en el que se hospedaban: «Yo se lo quería pedir en medio de un restaurante lleno de gente, pero con lo vergonzosa que es me deja al instante. En el viaje compartíamos mochila, así que imagínate, para que no descubriera el anillo lo llevé varios días entre los calzoncillos del equipaje», recuerda entre risas.

El día de su boda, la pareja se desveló a las cinco de la mañana. «Estábamos tan inquietos que ni siquiera hablábamos. Por mucho que intentamos conciliar el sueño, fue imposible», cuenta Ismael. En este maravilloso enclave, esta vizcaína de 32 años, con rasgos afilados y melena castaña, se puso en manos de la estilista Esther Torralbo, que la maquilló consiguiendo el deseado efecto 'no make up' y recogió su pelo en una trenza. Ya lista para brillar con un vaporoso vestido blanco de Rosa Clará y un tocado dorado de Anita Ribbon, Iraia vio por primera vez su colorido ramo de flores, creado por 'Flores para Venus'. Ismael, por su parte, optó por un original traje azul marino hecho a medida en la Sastrería Foraster de Bilbao. «No quería el diseño tradicional, no van conmigo; así que elegí una tela con brillos. Tampoco quise llevar corbata, preferí ponerme pajarita», indica.

A la una de la tarde, Iraia e Ismael cruzaron de la mano el pasillo frente a sus 116 invitados, entre los que se encontraban sus familiares más cercanos y rostros conocidos de 'El Conquistador del Fin del Mundo', programa en el que actualmente trabaja. «Decidimos llegar los dos juntos para romper la tradición», cuenta. En este sentido, tampoco fueron unos niños los encargados de llevar las alianzas al altar, sino 'Wally' -un robot que tiene Isma en casa-, mientras sonaba la famosa banda sonora de la saga 'Star Wars'. «No somos especialmente fans de estas películas, pero nos pareció perfecta», añade. La ceremonia, qué duró media hora, fue presidida por el alcalde de Igorre, Illart Gumuzio, amigo de la pareja. «Sus palabras fueron muy personales», admite. En su gran día, los novios cambiaron totalmente sus roles: «Iraia suele ser más sensible, pero esta vez fui yo el que no pudo parar de llorar. Ella estaba tranquila, sosteniendo con fuerza mi mano para que me calmara, pero fue imposible», recuerda emocionado. Otro de los momentos más emotivos los protagonizó su hermana, Andrea, que pronunció unas sentidas palabras: «No me lo esperaba para nada». Ismael también guardará siempre en su memoria el instante en el que vio por primera vez a Iraia vestida de novia. «Nos pusieron de espaldas y cuando me giré me puse a llorar, estaba preciosa. Fue el momento más especial».

Con el 'sí quiero' de los novios, comenzó el gran espectáculo. «Empezó a salir humo y acróbatas, algunos del programa 'Go Talent'». Estos artistas actuaron durante el cóctel, que tuvo lugar en los jardines de la finca, donde pudieron disfrutar de cocina en directo y canapés atípicos. «También había un puesto de algodón de azúcar», añade. La animada música del Dj, que no paró de sonar en toda la tarde, hizo que muchos invitados comenzaran a vivir la fiesta «demasiado temprano». «Eso no tenía nada de relajado», bromea.

Después, los invitados recogieron sus 'tickets', es decir, la entrada del banquete, situado bajo una gran carpa. En ella, se indicaba la temática de su mesa. «Había la de 'Alicia en el País de las Maravillas', la de 'El Rey León'... ¡Es que somos muy fans de Disney'», cuenta. Y si los invitados, que ya aguardaban en sus asientos, pensaban que lo habían visto todo, se equivocaban, ya que el plato fuerte estaba a punto de servirse: un baile circense protagonizado por los novios en compañía de los artistas que actuaron en su gran día. Fue un instante mágico en el que Ismael cantó y hasta se cambió la «chaqueta azul marina por una roja con lentejuelas». Las madres de los novios también tuvieron su momento de gloria, ya que les hicieron entrega de dos ramos réplica del de la novia al ritmo de 'Ay Mamá', la canción de Rigoberta Bandini que se ha convertido en un himno feminista.

La fiesta en la finca Ziarsolo se prolongó hasta la 1 de la madrugada. «Bailamos todo tipo de música, desde los clásicos, como 'Que la detengan', de David Civera, o 'Quiero montarme en tu velero'; hasta lo más moderno», asegura. Pero como aún había más ganas de celebrar el enlace por todo lo alto, los novios y un grupo de invitados se propusieron cerrar un bar de Igorre. ¡Y vaya si lo consiguieron! La pareja vizcaína pondrá la guinda a uno de los días más especiales de su vida con una luna de miel en República Dominicana este verano. «No la hemos podido hacer antes por trabajo».

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