Los cuatro beneficios del orden para nuestra salud física y mental

El orden, además de lo que supone en términos de limpieza y armonía para el hogar, está estrechamente vinculado con nuestra mente. De esta forma, un espacio ordenado va acompañado de bienestar y emociones positivas, al contrario de una casa desordenada, que puede reflejar angustia, estrés y afectar de forma negativa a nuestro humor.

Según la ciencia, a nuestro cerebro le gusta el orden y los constantes recordatorios visuales de desorganización agotan nuestros recursos cognitivos. Es por ello, que vamos a explicar los 4 beneficios del orden y cómo vivir en un entorno ordenado puede mejorar nuestra salud física y mental.

Tanto si hablamos del lugar de trabajo, como de la zona de estudio, está comprobado que el simple hecho de rodearte de un espacio despejado hace que evites distracciones y por tanto aumenta la concentración.

Para eliminar el exceso de estímulos y mejorar tu estado de ánimo debes tener en cuenta los siguientes aspectos como tener una buena iluminación, y si es natural mucho mejor. También está comprobado que los tonos neutros y claros, tanto en las paredes como en la decoración o el mobiliario, son grandes aliados. Además, todas las cosas que utilizas habitualmente, como material de oficina, documentos o aparatos electrónicos han de estar bien ordenados en su sitio correspondiente.

Los espacios abarrotados y caóticos pueden hacernos sentir ansiosos y deprimidos, por eso, ordenar nuestro hogar nos hace sentir que tenemos mayor control de nuestras pertenencias. Para lograr tener una vida más organizada, no basta con ordenar el espacio físico, también es importante tener una buena planificación de las tareas del hogar, de los menús semanales, de la agenda diaria…

Puede parecer algo insignificante, pero acostarnos habiendo dejado la casa recogida, los platos fregados, la ropa del día siguiente preparada o meternos en una cama bien hecha contribuye a nuestro descanso y la calidad del sueño. Quedarse dormido cuando no tienes ninguna tarea pendiente es más fácil, y eso sin hablar de la tranquilidad de comenzar un nuevo día enfocado en afrontarlo de buen ánimo.

Una casa hecha un desastre y con trastos por todas partes puede acabar generando discusiones y repercutiendo en nuestras relaciones familiares. En cambio, cuando existe un sistema de organización, la energía fluye y la convivencia es más sencilla.

Una acción tan simple como tomarse unos minutos para guardar las cosas justo después de que termines de usarlas, tiene un gran impacto en el orden del hogar en general. De esta forma siempre sabrás dónde están tus cosas y al encontrarlas más rápido ganarás tiempo y algún disgusto que otro.

Por otro lado, cuando sabes lo que tienes, evitarás compras innecesarias o duplicadas. En el caso de la comida, solamente revisando lo que tienes en la despensa y haciendo una lista de la compra para ir al súper, lograrás reducir el desperdicio alimenticio.

Y para acabar, si quieres dejar atrás el caos en tu hogar y mejorar tu estado de ánimo, la clave es crear una rutina de orden. Empieza por adquirir buenos hábitos como hacer la cama a diario, ventilar cada mañana, mantén las encimeras despejadas, no acumules montañas de ropa… pero empieza poco a poco, dedicando unos minutos a poner orden en casa y planificando las tareas.