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Tiendas en Bilbao

La impactante reforma de una nueva tienda de Bilbao convertida en un «laberinto de espejos»

Aire Retro traslada su tienda a Gregorio de la Revilla, dando un lavado de cara a su imagen gracias al estudio de arquitectura Garmendia & Cordero, capitaneado por Carlos Garmendia y Álvaro Cordero

Jueves, 23 de diciembre 2021

Doscientos metros. Dos minutos a pie es lo que separa el antiguo local de Aire Retro de su nuevo emplazamiento en el número 9 de Gregorio de la Revilla. Un golpe de timón por parte de Violeta Ibáñez y su equipo, con el que buscan abrir una nueva etapa dentro de esta firma con alma de rock and roll. La tienda que durante los últimos 4 años estuvo abierta en Licenciado Poza, echó el cierre a favor de un nuevo espacio, mucho más amplio y con tantas posibilidades como ideas brotaron de la imaginación de Carlos Garmendia, el arquitecto encargado de materializar desde dentro este cambio de rumbo. Poca distancia, pero mucha evolución, con la que pretenden abrazar a un público más amplio.

carlos garmendia

La nueva cara de Aire Retro se dio a conocer el pasado 10 de diciembre en esta céntrica calle bilbaína. Una zona de paso rodeada de tiendas donde antes estaba ubicada Gocco, una conocida firma de moda infantil. De su esencia dulce y aniñada poco ha quedado entre esas cuatro paredes. Ahora se respira desde el umbral de la puerta la filosofía canalla de la que siempre han hecho gala desde sus inicios, allá por 2012. Siendo fiel a su estilo bohemio, salvaje y libre, esta enseña de origen cántabro sigue reinventándose en el mundo de la moda, buscando mil y una maneras de sorprender al cliente. Y hacer de un local anodino algo completamente diferente a cualquier tienda de Bilbao es una de ellas.

carlos garmendia

«Era la primera vez que me metía en un proyecto de estas características. No sabía nada y me surgieron dudas, pero con un solo boceto Carlos me demostró que su visión era brutal. Es una mente privilegiada capaz de visualizar cosas que yo no era capaz de ver. Lo ha sabido enfocar de una manera única», reconoce Violeta, CEO y diseñadora de la firma. Se partió de un espacio estrecho y alargado con una superficie total de 100 metros cuadrados. Una planta rectangular al uso que no tendría nada de novedosa si no fuera por una idea que tuvo Garmendia desde el inicio y que se mantuvo hasta el final. «Hubo planteamientos que me impactaron muchísimo, pero Carlos estaba tan seguro y me lo explicaba con tanto entusiasmo que acepté prácticamente todas las soluciones que propuso. Apenas hemos cambiado nada de la idea original», advierte Ibáñez.

carlos garmendia

Un laberinto de espejos

La idea de Carlos Garmendia, quien capitanea junto a Álvaro Cordero el estudio Garmedia & Cordero, fue ordenar el espacio disponible con cuatro prismas forrados de espejos, consiguiendo organizar el propio recorrido a lo largo de la tienda y que estos, a su vez, actuaran como expositores del producto. El resultado fue una suerte de laberinto de espejos que genera confusión a la hora de percibir este lugar, haciendo que el cliente olvide por completo que se trata de un espacio estrictamente rectangular y provocándole una sensación visual mucho más amplia y distinta, según el punto donde esté situado y según donde dirija la mirada.

carlos garmendia

«Se trata de un proyecto en el que, a través de un sencillo juego de reflejos oblicuos, se construye una irrealidad sensorial, creando un abanico de espacios artificiales infinitamente más atractivos que el que nos ofrece la realidad», explica este arquitecto bilbaíno. «Si te haces una foto en la tienda y luego la miras, no sabes muy bien si estás en la entrada, en el medio o al fondo. Tienes la sensación de que te has perdido en el espacio y no sabes muy bien dónde estás», ratifica Violeta.

Esta secuencia de espejos no es más que un viejo truco ferial inventado a finales del siglo XIX, revisitado por Carlos y adaptado a un proyecto de carácter minimalista. «De una manera sutil y funcional se transforma un espacio aburrido para multiplicarlo tantas veces como tiempo tengamos para descubrirlo», asegura Garmendia.

carlos garmendia

El color rojo fue el segundo punto de inflexión. Un hilo conductor a través del cual ha girado el proyecto de esta boutique, impregnando la totalidad del techo, las luminarias y las tuberías vistas de estilo industrial. No está elegido al azar, ya que es uno de los tonos corporativos que guía los cimientos de Aire Retro, al igual que el símbolo del corazón, buque insignia de la firma. A pesar de haber dado a Carlos carta blanca en su proyecto, la diseñadora le puso como único requisito incluir esta imagen en el interior de su nueva tienda.

Al fondo, en uno de los prismas, se puede ver reflejado un corazón, símbolo de Aire Retro carlos garmendia

Garmendia se alejó de una solución obvia y supo mimetizar este detalle en su propuesta creativa, utilizando uno de los prismas que nacía del techo como base para colocar un vinilo translúcido de color rojo que, reflejado en el espejo, adquiere forma de corazón. Al final, es lo que representa la esencia de Aire Retro, algo personal y sentimental conectado íntimamente con Violeta. Un corazón vibrante que seguirá bombeando con fuerza en el interior de este impactante local de Gregorio de la Revilla.

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