'Txokontenedor', el curioso txoko de un bilbaíno construido con contenedores marítimos

Lejos de volver a surcar el mar repletos de mercancía, estos cubos de tacto estriado se conjugaron en formato txoko sobre los restos de una antigua casa, situada dentro de un terreno de 2.000 metros cuadrados. Esas ruinas de mampostería de piedra caliza se utilizaron entonces como soporte para dar vida a los deseos de su propietario, un bilbaíno afincado en esta localidad cántabra que quería construir un espacio ecosostenible, económico y multifuncional junto a su vivienda habitual. «Aparte de txoko, lo utilizan como laboratorio y casa de invitados», apuntan los arquitectos.

La idea que llevaba años rondando la imaginación del propietario surge de las casetas de aperos que suele haber en las huertas. Esas humildes construcciones de chapa donde se depositan los instrumentos y la maquinaria necesaria para la labranza sirvieron como punto de partida. «Recreamos algo parecido, pero utilizando contenedores reciclados». En su caso, dieron una segunda vida a cuatro contenedores High Cube para crear un espacio práctico, original y con todas las comodidades: aislamiento, ventanales de techo a suelo, bomba de calor y un cuidado diseño que se funde con el entorno. «Queríamos conservar la esencia del contenedor marítimo y, en este caso, entendimos que el color negro encajaba bien con el lugar. Es un edificio que se debe integrar con el paisaje y con la casa existente, que es de estilo rústico por fuera y actual con detalles de herrería pintada en negro por dentro», nos cuentan.

Son muchas las ventajas que aportan este tipo de construcciones: son económicas, se pueden personalizar y no necesitan más licencia de obra que la de una vivienda unifamiliar. Desde Anel trabajaron con las limitaciones propias de una estructura de este tipo para crear un espacio diáfano de unos 60 metros cuadrados. Cada 'container', de 20 metros cuadrados, responde a una función. En primer lugar, encontramos una cocina completa con isla de madera incorporada y electrodomésticos panelados en negro, que se mimetizan con las paredes del interior de la vivienda. «Todo es negro, queríamos mantener la sensación de estar en un contenedor marítimo», explican. A continuación, hay una zona de comedor con chimenea y, acto seguido, una sala de estar que se puede convertir en dormitorio con capacidad para 4 personas. «Tiene un sofá-cama de dos plazas y dos pufs que también se convierten en cama». Estas tres estancias se unen para formar un espacio abierto, mientras que el cuarto es un contenedor de servicio con almacén, aseo y vestidor.

El 'txokontenedor', como así lo han bautizado sus arquitectos, goza de climatización e iluminación indirecta y acogedora, aunque por el día entra luz natural a raudales a través de unos grandes ventanales de techo a suelo de vidrio doble bajo emisivo. Estos cristales presumen de una cara exterior con efecto espejo, para reflejar la naturaleza e integrarlo aún más en el entorno, y de una cara interna que deja disfrutar en modo panorámico de unas privilegiadas vistas al mar Cantábrico. Con razón las visitas «nunca se quieren ir del 'txokontenedor'». Tal y como nos cuentan, cuando llegan invitados es el propietario quien controla la domótica a través del móvil. «Doy las luces, les pongo la calefacción y les doy la contraseña de la puerta». Unas puertas, por cierto, que conservan el candado de seguridad y se han mantenido por aportar un plus de protección.

Puedes ver todos los detalles del 'txokontenedor' en nuestra galería de imágenes.