Vuelta al pasado: la construcción de madera llega a cuatro VPO de Bizkaia
El Gobierno vasco apuesta por este material para mejorar en sostenibilidad y «acortar un 30% los tiempos de obra» de las promociones
La primera vez que el Gobierno vasco apostó por edificar una promoción pública de madera fue en 2017. Lo hizo en Hondarribia. El Departamento de ... Medio Ambiente, Planificación yVivienda –así se denominaba entonces– dirigido por el exconsejero Iñaki Arriola levantó en este municipio guipuzcoano lo que se calificó como el «edificio residencial más grande y de mayor altura jamás construido en el suroeste de Europa en este material». El proyecto se distribuyó en dos bloques de 32 y 33 pisos cada uno y demostró la eficacia de un material «tecnológicamente avanzado y medioambientalmente sostenible», que apenas se usaba en pisos públicos. Hasta ahora.
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La obra nueva de madera, una de las técnicas más antiguas de construcción, vuelve a Bizkaia. Y no hablamos de casas ni chalés. Tampoco de reformas en viejos edificios residenciales. El departamento liderado por el consejero Denis Itxaso ha recuperado el uso de este material para edificar nuevas VPO. Una vuelta al pasado con técnicas mejoradas con la que se busca «agilizar» procesos, ser «más sostenibles» y levantar un mayor número de pisos «en menos tiempo».
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El actual director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Ejecutivo autonómico, Pablo García Astrain, explica que el departamento está incorporando esta tecnología en «promociones pequeñas», que «no tengan garajes» para abaratar costes. Se buscan edificaciones sin grandes complicaciones porque, tal y como admite el arquitecto, hacer pisos de madera prefabricada «aún es más caro» que utilizando otros métodos como acero u hormigón. «Desde la experiencia de Hondarribia, los propios redactores de proyectos nos han demandado soluciones industrializadas y elegimos una u otra opción en función de las características y la ubicación de la promoción», mantiene. Por ejemplo, en cascos históricos los edificios de madera son «una buena opción». ¿Por qué? «Porque generan menos impacto y se reducen las molestias que la construcción pueda ocasionar a los vecinos», asegura García Astrain. Por lo general, son obras más silenciosas, «menos húmedas» –no se utiliza apenas agua– y, por tanto, «más saludables».
En Bizkaia hay cuatro promociones públicas que tienen –o tendrán– la madera como su principal elemento. Son las primeras que el Gobierno vasco ejecuta con este material en el territorio. Tres están en Bilbao y la última, cuyas obras ya han concluido, en Sestao. Las edificaciones de la capital vizcaína se reparten a su vez por tres zonas. El Gobierno autonómico está actualmente construyendo una promoción de 19 alquileres protegidos en la calle Monte Eretza, en San Adrián. Es la que está más avanzada y en la que ya se pueden ver cómo los paneles cogen forma. Además de esta, el departamento acaba de iniciar los trabajos de 57 alojamientos dotacionales en Zorrozaurre, cuyo esqueleto también será de madera, y tiene programada una tercera promoción de arrendamientos sociales en la calle Gimnasio, en el barrio de Las Cortes. Esta última está pendiente de adjudicación tras quedar la primera licitación desierta.
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El coste aún es mayor
Pero, ¿cómo es el proceso de construcción? ¿Qué madera se utiliza? Nada tiene que ver con las edificaciones antiguas. El director de Vivienda explica que para levantar los bloques se usan paneles de madera contralaminada (láminas de madera fabricadas a partir de capas de madera maciza aserrada y unidas entre sí en forma de cruz mediante pegamento estructural) que se elaboran en una empresa especializada y después se colocan sobre una estructura. «No son piezas ligeras. Es una técnica que te permite industrializar de manera circular y sostenible», defiende García Astrain. En la mayoría de las ocasiones, una vez levantada la estructura de madera, la promoción se reviste con otro material, dejando ocultos los paneles. Eso sí, el proceso «es muy caro». El presidente del Colegio de Arquitectura Vasco-Navarro en Bizkaia, Pablo Nistal, asegura que es un tipo de construcción costoso para un particular. «La industria de la madera en Euskadi es muy potente, pero sigue siendo poco asequible para un propietario. El Gobierno vasco tiene músculo económico para ello», defiende el responsable, quien confirma que esta tecnología «tiene futuro». «La industrialización de la construcción permite levantar pisos «más rápido» y hace «más atractivo el sector».
Pese a su carestía, «que desaparecerá cuando esta industria sea masiva», la edificación de madera permite «acortar el tiempo de obra estimado en un 30%», según el responsable autonómico. «Así ha ocurrido en el caso de las viviendas de Sestao», sostiene García Astrain. La rapidez, aseguran los expertos, es clave. Sobre todo en un momento en el que Euskadi atraviesa una crisis habitacional con precios desorbitados y una escasa oferta de inmuebles asequibles. De ahí que el Ejecutivo autonómico apueste por viviendas industrializadas, aquellas cuyas piezas se producen en una fábrica y después se ensamblan con una grúa sobre una estructura concreta. El reto del departamento es que en 2036 el «75% de las VPO incorporen elementos fabricados previamente».
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Para el portavoz de los arquitectos en Bizkaia hay otro asunto positivo a destacar de la industrialización. Y es que esta tecnología hace «más atractivo» el sector de la construcción. Ante la falta de mano de obra que padece el gremio, el responsable sostiene que la fabricación industrial permite incluir a profesionales especializados que ahora rechazan la construcción tradicional. «A la gente se le hace muy duro estar a pie de obra. Se busca mejorar la calidad de vida. Trabajar en un taller y con una grúa no es lo mismo que con hormigón, con agua y pasando frío. Es un modo de construcción tedioso, que ahora recae en extranjeros», detalla.
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