«Volveremos a Bilbao con más calma»
Media hora después de su apertura, a eso de las 11.30 horas, la cerveza ya corría en la 'fan zone' del Manchester United, ubicada en el parque
Media hora después de su apertura, a eso de las 11.30 horas, la cerveza ya corría en la 'fan zone' del Manchester United, ubicada ... en el parque Etxebarria. Un enclave con vistas privilegiadas a Bilbao y rodeado de verde que hizo las delicias de miles de hinchas, aquellos que prefirieron huir de la Plaza Nueva y las calles del Casco Viejo que la marea inglesa hizo parecer angostas. Entre katxis a cinco euros y hamburguesas que algunos deglutían desde primera hora, el recinto fue una auténtica fiesta.
El sol apretaba a media mañana y las pocas sombras disponibles estaban muy cotizadas. Se veía alguna crema de sol y también refrescos, quizás para aliviar la resaca. La juerga del día anterior posiblemente explicase el poco movimiento que se observaba a esa hora. Los diablos rojos tomaban posiciones en las dos zonas con mesas dispuestas en las campas del parque. Liam Frey amenizaba estos primeros compases con un acústico que no consiguió arengar demasiado a la afición. Hubo que esperar hasta el primer 'Take me home, country roads' para que el público corease su particular versión que menciona Old Trafford, el teatro de los sueños.
El sol se escondió pasadas las doce y ya no volvió a asomarse, para alivio de los forofos que se habían quitado la camiseta -si es que la habían llegado a sacar de casa- y cuya piel comenzaba a adquirir peligrosamente el mismo tono que la equipación del United. El parque se iba llenando poco a poco con familias, cuadrillas y gente de todo pelaje.
Ollie estaba rodeado de los adolescentes Daz, Jimmy, Ronnie y Jude, hijos y sobrinos suyos. Compartían unos perritos calientes en familia. A Ronnie -unos doce años, vestido de negro, ancha sonrisa- le brillaban los ojos al contar que es su primera salida internacional con el club de sus amores. Llegó ayer por la mañana con sus padres y abandona hoy Bilbao. Una visita exprés, con entrada a San Mamés incluida, donde vería a su ídolo.
- ¿Y quién es?
- Bruno Fernandes, of course!
De pronto, la música se detiene y un 'speaker' coge el micrófono con la promesa de dar una sorpresa. La gente, curiosa, se acerca al escenario entre murmullos. El presentador da paso a toda una leyenda de los diablos rojos, estrella de los 90 y ganador del triplete -Premier League, FA Cup y Champions- en 1999: Denis Irwin. Se escuchan aplausos y gritos. Pero hay más. «Con todos ustedes, ¡Wayne Rooney!» y la afición estalla de júbilo. El astro, con gorra negra y barba canosa, se deja querer y saluda al público. Después salen al escenario Andy Cole y Wesley Brown, y el parque Etxebarria se convierte durante unos instantes en Old Trafford.
Pese a los esfuerzos del presentador, los exjugadores se muestran algo parcos en palabras. Rooney, con gran experiencia en esto de jugar partidos trascendentales, cuenta que en 2008, antes de la final de la Champions, vio la película 'Sister Act'. Y le dio buena suerte. Ganaron en una tanda agónica de penaltis al Chelsea tras haber empatado a uno. Ayer no confesó haber recurrido al cine para conjurarse ante la cita de Bilbao. Por su parte, Cole, completamente insensible al dolor de la afición local, recordó los siete tantos que el United le endosó al Athletic en las semifinales para jalear a los suyos.

Porque también se vieron camisetas rojiblancas, como si los hinchas de los leones quisieran marcar territorio. Jon Cortés, un vecino del barrio que paseaba junto a su padre Unai, era uno de ellos. «No han sido malos y no me han recordado la derrota», confesaba. Habían acudido a cotillear y ver el ambiente. «Está muy bien, pero estaría mejor si hubiese llegado el Athletic», lamentaba Jon.
Unas palabras en euskera
La jornada avanzaba y a los mandos de la música se alternaban Rowetta, Mani de 'The Stone Roses', Sean Mac y Jay Dunn, todos forofos del United. El alcohol comenzaba a hacer su efecto. Los hinchas ingleses estaban cada vez más desinhibidos e incluso pedían a los fotógrafos de los medios de comunicación imágenes para el recuerdo. Dos tipos de pronunciación ininteligible por la ingesta de cerveza incluso dejaron sus autógrafos en los cuadernos de los redactores. Y cuestionaban a los periodistas con quién iban en la final. Como para no responder que con el United.
Es la primera vez en Bilbao de muchos ingleses, pero los dublineses Simon Matthews y Chris Bryne prometían volver con más calma para hacer algo de turismo. También las hermanas Phoebe y Harriet Coverley, junto con su amiga Isabel Impey, veinteañeras de Manchester, han quedado «alucinadas» con la ciudad. «¡Nos encanta!», exclamaron, antes de pedir que les enseñaran algunas palabras en euskera. Lo básico, hola, adiós, gracias...
- ¿Y cómo se dice 'cuídate'?
- Zaindu.
- So agur, eskerrik asko, zaindu!
Una de las actividades que más triunfó fue un pequeño taller de pintura corporal. Miriam Merino acababa de estampar el escudo del United en dos calvas brillantes. «La verdad es que está siendo súper divertido», explicaba. «Lo que más nos piden son el escudo, el diablo rojo y la bandera de Manchester». ¿Y ha tuneado muchas calvas? «¡Con estas ya llevo cuatro!».
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