El violador de Erandio amenazó a la víctima con una pistola y la ató con cinta aislante en su casa

De repente, tocaron de forma insistente el timbre de su portero automático y se levantó a abrir. Al contestar, al otro lado del telefonillo escuchó la voz de un hombre que se hizo pasar por un vecino. Este individuo le engañó haciéndole creer que había sufrido una inundación en su vivienda y que quería comprobar si el agua había llegado a traspasar el techo provocándole daños en su piso. La mujer accedió a abrir la puerta. Cuando el hombre llegó, la empujó hacia el interior del piso y la amenazó con una pistola, según el testimonio de la víctima.

Una vez dentro de la vivienda, la condujo hasta una habitación, donde la obligó a tumbarse boca abajo en la cama para atarle las manos a la espalda con una cinta adhesiva que él llevaba consigo. También le tapó los ojos con tiras de este mismo material. Entonces, la obligó a mantener relaciones sexuales sin su consentimiento. Una vez que consumó la violación, le exigió que le entregara el dinero que tuviera. Empezó a rebuscar por los cajones y se apoderó de algunos billetes y monedas que había en el domicilio. Después, huyó.

La joven denunció los hechos en la comisaría de la Ertzaintza en Erandio y fue trasladada al hospital de Cruces, donde se abrió el protocolo para agresiones sexuales. Gracias a la descripción facilitada por la víctima, la Ertzaintza logró identificar al sospechoso, que fue detenido el mismo miércoles a mediodía, según informó el Departamento de Seguridad. En el registro de su vehículo fue incautada un arma, que podría ser la utilizada para amedrentar a la víctima, y otros efectos. El arrestado cuenta con antecedentes por robos.