Vino, jamón y perfumes, los artículos que más se roban en los comercios
Se multiplican los delitos perpetrados por bandas organizadas, centradas en los productos de mayor valor, «fáciles de robar y de revender»
El último Barómetro del Hurto, que concreta los productos más sustraídos en comercios de todo tipo de España -desde tiendas de barrio a supermercados y ... grandes superficies- revela dos conclusiones de muy distinto signo: una relativamente positiva y otra claramente negativa. Las pérdidas ocasionadas por estos delitos decrecieron el año pasado, si bien rozan todavía los 2.000 millones de euros (1.856). El importe sustraído supuso el 0,74% de la facturación total de las empresas de distribución. Sin embargo, más allá del ingente volumen de pérdidas, hay un asunto que preocupa, especialmente a los establecimientos vascos, por ser los más afectados.
Es el crecimiento de los robos cometidos por «bandas profesionales», según datos recabados por NIQ, compañía líder en la evaluación de los comportamientos de compra de los consumidores, en colaboración con la Asociación Española de Codificación Comercial (AECOC) y Checkpoint Systems. En el País Vasco los hurtos perpetrados la delincuencia organizada siguen creciendo y suponen ya el 57%, dos puntos por encima de la media nacional. «Un ladrón profesional -explica un portavoz de NIQ- es capaz de robar de una tacada entre 20 y 30 loncheados de jamón y lomo ibérico. Nos hacen mucho daño economicamente», esgrimen. Estos delincuentes también ponen el foco en las botellas de aceite, otro de los productos que, por su elevado precio, más llama la atención.
A veces el peligro no viene de fuera, sino de dentro. De hecho, el 23% de las sustracciones derivan de «errores administrativos», mientras que los cometidos por empleados ascienden a un 15%. El 4% restante corresponde «al fraude de los proveedores».
1856 millones
de euros supone la suma de los artículos robados en todo tipo de establecimientos comerciales de España.
Sin embargo, el «gran problema» está en el «hurto externo», al suponer el 57% de los casos. ¿Por qué? «Estos delincuentes detectan las oportunidades de hacer negocio y hurtar productos de alto valor. A veces, con descaro. Un detalle que no ha pasado de puntillas es la inquietud de la mitad de los pequeños comerciantes vizcaínos tras apreciar «un notable incremento de la agresividad verbal o física» de los infractores hacia los empleados de las tiendas y el personal de seguridad.
¿Pero cuáles son los artículos que más desaparecen de las estanterías y llevan a las empresas a efectuar grandes gastos en reforzar la vigilancia? Alimentación y bebidas destacan «por encima de cualquier otra sección». En Euskadi el robo de botellas de vino y licores es similar al resto de comunidades. Tampoco se advierten grandes diferencias en embutidos, con el jamón como principal protagonista, y conservas y ahumados.
Donde sí se perciben grandes cambios es en las áreas de cuidado personal y belleza. Así como en el resto de España destacan los robos de productos capilares, entre los comerciantes vascos crece la preocupación por la desaparición de cremas hidratantes, alta cosmética, perfumes y, sorprendentemente, cuchillas de afeitar y champús.
Los comercios vizcaínos alertan «del incremento de la agresividad física y verbal» de los infractores
Fácil salida en los mercadillos
¿Por qué? Tienen una «fácil salida en los mercadillos de barrio». donde se venden, «prácticamente, a la mitad de su precio original. En el caso del jamón ibérico, o sea del bueno, es un producto, entre comillas, fácil de hurtar y con una reventa muy fácil. En ningún caso hablamos de robos por necesidad, sino de verdaderos profesionales», incide el estudio, que sitúa las secciones de tecnología, bricolaje y hogar entre las más castigadas por los comercios.
Smartphones, auriculares, videojuegos, ordenadores portátiles y tablets son los productos electrónicos que despuntan entre los objetivos de los ladrones, aunque «irrumpen con fuerza, por primera vez», los hurtos de smartwaches. Pese a tratarse de artículos no muy caros, los delincuentes también pusieron el ojo en la sustracción de pilas, baterías, bombillas y herramientas. El calzado es el género más vulnerable de la moda, aunque en el pasado año creció de forma sobresaliente el robo de gafas de sol.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión