El culpable del incendio de Muskiz se enfrenta a una condena de 20 años
Los investigadores dan por hecho que el fuego fue provocado; el culpable se enfrenta a una condena de 20 años
terry basterra y luis lópez
Domingo, 3 de marzo 2019
Al incendiario de Muskiz mejor le sería entregarse ya. Solo así, si confiesa su delito antes de que den con él -o ella, o ... ellos-, le sería aplicable la atenuante de lo que antes se conocía como arrepentimiento. De lo contrario, se expone a una pena de entre diez y veinte años, la que el Código Penal reserva en su artículo 352 a quienes incendian montes poniendo en riesgo la vida o integridad física de las personas.
La Ertzaintza ya está detrás de su pista. Según ha confirmado este lunes la consejera de Seguridad del Gobierno vasco, Estefanía Beltrán de Heredia, «tanto los testimonios como las evidencias que se han localizado» sugieren que estamos ante un incendio provocado. Desde un principio todo apuntaba en esa dirección: el fuego apareció simultáneamente en tres focos, ocurrió al anochecer y se hallaron en los montes dispositivos de ignición. Fuentes próximas a la investigación señalan que, además de las inspecciones oculares de la zona, los agentes están rastreando las señales de teléfonos móviles que se movieron por el lugar en el momento en que se desató el fuego. Pese a que la maquinaria está en marcha, los investigadores asumen que, como siempre en el caso de incendios forestales, llevará tiempo.
Las administraciones llevan el asunto con total hermetismo para evitar darle pistas al culpable. ¿Cuál será su perfil? Aportan pistas desde la Diputación de Bizkaia, que colabora con la Ertzaintza en las pesquisas porque de la entidad foral dependen tanto el servicio de montes como los Bomberos. En los incendios intencionados hay dos posibilidades: que quien haya prendido la mecha sea un pirómano, es decir, una persona con esa patología; o que sea un incendiario. Este último perfil es, con diferencia, el más frecuente, y se corresponde con alguien que busca un fin determinado. Y ese puede ser variopinto. Desde una venganza por disputas territoriales, hasta generar zonas de pasto, pasando por eliminar encames de fauna silvestre (por ejemplo, acabar con los jabalíes).
Sin lucrarse
Sin embargo, la reforma del Código Penal de 2015 puso medidas para que quienes queman montes con una finalidad económica no se salgan con la suya. En el artículo 355 establece que se puede fijar un plazo de 30 años para recalificar las zonas afectadas, limitar o suprimir los usos de esas parcelas, e incluso la intervención administrativa de la madera.
En el caso de Muskiz, según el jefe del servicio foral de Montes, Carlos Uriagereka, las aproximadamente 110 hectáreas de terreno afectado «no tienen demasiado arbolado», y el que hay es, esencialmente, eucaliptal. Desde la Diputación apuntan, además, que en la mayor parte de las zonas las llamas no subieron hasta las copas, por lo que los daños no han sido tan graves como, por ejemplo, el incendio de Berango en 2016. En todo caso, este martes se conocerá al detalle la identidad de los propietarios de las parcelas quemadas -la mayoría son de titularidad pública, según fuentes forales- y los usos de cada una, lo que podría dar pistas sobre las motivaciones del incendiario.
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