Los vecinos piden una carretera más ancha: «Hablamos de seguridad, no es un capricho»
En las alturas. ·
Los barrios bilbaínos de Masustegui, Kobetas y Monte Caramelo llevan años reclamando mejoras en la estrecha carretera que los une: «No te da tiempo de reaccionar»Los barrios de Masustegui, Monte Caramelo y Kobetas son unos grandes desconocidos para buena parte de los bilbaínos. Están ahí arriba, trepando por las laderas, ... con sus pendientes inhumanas y su urbanismo desordenado, y no suelen ser lugares de paso... excepto durante tres días al año. Cada mes de julio, el Bilbao BBK Live hace que la atención pública se centre en esta zona poco frecuentada de la villa, de modo que no resulta extraño que los vecinos hayan aprovechado la ocasión para dar visibilidad a una reivindicación que arrastran desde hace años: el pasado sábado, en la última jornada del festival, salieron a la calle para exigir que se mejore por fin la carretera que comunica los tres barrios y que –entre otras muchas cosas– da servicio al propio evento musical, con un impacto económico de 26,5 millones.
«Lo que reivindicamos es que esta carretera tan estrecha, que prácticamente no cumple la normativa europea, se haga un poco más ancha y con espacio para que transiten los peatones. Siempre nos responden que no se puede comer terreno al monte, pero ahora mismo están haciéndolo en un tramo para ampliar la parada del autobús», explica Yoli Suárez, de la asociación de vecinos San Gabriel, que representa a los tres barrios. Ciertamente, unos operarios están haciendo mejoras en una de las paradas de la línea 58 de Bilbobus, aunque la estrechez de la carretera les obliga a retirarse continuamente para abrir hueco a coches y al propio autobús que pasa en un sentido y en el otro.
«Estamos hablando de seguridad, no de un capricho ni de que quede más bonito», puntualiza la presidenta de la agrupación vecinal, Jenni Fernández. Según apunta, los vecinos de los tres barrios están más que acostumbrados a orillarse para dejar pasar a los vehículos, cuando van andando, y a reducir la velocidad en las curvas con menos visibilidad, cuando se desplazan en coche. Hay algunos puntos desde los que la perspectiva es mejor y los aprovechan para otear lo que les aguarda a la vuelta de la curva. «El problema es que, a raíz de la pandemia, tenemos muchos ciclistas y excursionistas. Y también está el párking de autocaravanas. Nosotros sabemos funcionar y aun así hemos tenido sustos, pero tememos sobre todo por la gente que no sabe: el día que pase algo ya no tendrá remedio», desarrolla la presidenta.
Los peatones inadvertidos se topan de sopetón con coches y autobuses. «El punto más crítico es este», dicen los vecinos, ante una curva con cambio de rasante y abundante vegetación. «Aquí me di yo un golpe con un autobús. Mira que son grandes, pero, con la maleza, ni lo vi yo a él ni me vio él a mí. No te da tiempo de reaccionar: a los chóferes de Bilbobus tampoco les hace ninguna gracia», apunta otro vecino, Gaizka Sánchez. Por la carretera se acerca a pie un residente mayor, Alfonso Ares, un coruñés de Arzúa que va a la huerta a sulfatar los tomates: «Paso por aquí cuatro veces todos los días y hay que poner ya en condiciones esta carretera, hombre. En esta curva no se ve, pero en aquella tampoco, ni en la de más allá», se queja, señalando tramos que el forastero ya solo puede imaginar.
Minibuses de 'vips'
«Todas las reformas en esta carretera han prosperado por la asociación, a través de Auzokide: la mejora de la iluminación, el asfaltado, los quitamiedos...», enumera Fernández. La ampliación de la carretera con un espacio para peatones es una demanda recurrente que los barrios no pueden emprender por esa vía. «De hecho, los del Ayuntamiento han venido por aquí con nosotros alguna vez y se han tenido que apartar de la carretera, así que el peligro lo han visto».
El Bilbao BBK Live ejerce en todo esto una función de contraste, como una referencia casi sarcástica que hace más patente el problema. Por un lado, se trata de las jornadas con más trajín en esta carretera: «Por aquí suben los suministradores y también los minibuses de los 'vips', a la vez que hay un montón de público caminando por medio de la carretera», destacan los miembros de San Gabriel. Pero es que, además, los vecinos observan con sorpresa cómo las actuaciones se acometen con prontitud cuando atienden a necesidades del festival: «Nosotros no tenemos nada en contra del BBK Live, eso queremos dejarlo clarísimo. Pero ahí arriba se hizo una carretera para el festival, ancha y bien iluminada, en lo que antes era un camino del monte. Al ver que arreglan de manera increíble una carretera que se usa tres días al año, no podemos evitar la sensación de que nos toman el pelo. Ahí la rabia se te multiplica por tres», se duele Yoli Suárez.
Estos barrios tuvieron su origen en las casitas que construían apresuradamente los emigrantes que venían a trabajar en la industria vizcaína, con lo que suman una orografía complicada y un urbanismo sin planificar. Hay, de hecho, un grupo de viviendas que consiguieron hace muy poco el acceso asfaltado. «Nosotros no negamos lo evidente: está claro que es complicado y que nunca vamos a lograr una accesibilidad total, pero desde luego esta carretera se puede mejorar».
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