El «vandalismo agresivo» amenaza la viabilidad del servicio público de bicicletas de Bilbao
En los últimos meses, tras el fin del estado de alarma, el fenómeno se ha disparado y cada día son destrozadas más de 60 bicis
No se ha andado con paños calientes el concejal de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, a la hora de dibujar un panorama bastante desolador para ... el servicio público de bicicletas de Bilbao. Desde el fin del estado de alarma, especialmente a partir de agosto, el «vandalismo agresivo» se ha disparado hasta el punto de que el pasado mes de noviembre cada día entraron en los talleres de media «62 bicicletas vandalizadas». Es el doble que el promedio anual anterior. Un día, el 12 de noviembre, fueron 94. El problema es de calado y ya se han empezado a tomar medidas, pero la advertencia es demoledora: «Esta situación puede provocar el colapso del servicio y su desaparición». Ya se han empezado a tomar medidas para ponerle solución, y en breve llegarán más.
Publicidad
Gil ha dado explicaciones a petición propia la mañana de este jueves en una comisión municipal en la que ha desgranado las maldiciones que acechan a un servicio muy bien valorado por la ciudadanía y que ha logrado dar un cambio muy importante en la movilidad de la ciudad. En esto también se detuvo el teniente de alcalde: en recordar que Bilbaobizi, con 43 puntos de préstamos, 700 bicis en la calle y 1.235 anclajes, tiene a 27.643 personas dadas de alta. Además, ha logrado que las dos ruedas ganen una presencia desconocida y sorprendente en las calles de Bilbao, donde las bicis particulares también ha experimentado un auge muy importante al mismo ritmo que crecían los usos del servicio público. Es decir, este último ha provocado un cambio social relevante.
Ahora está en peligro. Los usuarios de Bilbaobizi ya saben que en los últimos tiempos es más difícil encontrar bicis en condiciones en los anclajes y eso limita mucho su utilidad como medio de transporte. Es decir, si uno sale de casa y no tiene la certeza de que puede contar con este servicio para desplazarse, optará por otro. Alfonso Gil puso datos a la sensación generalizada de declive en la calidad del servicio, y lo achacó al vandalismo creciente. Un problema que sigue al alza, «preferentemente, los fines de semana» y que ha obligado a la empresa gestora del servicio, Nextbike, a duplicar su plantilla de mecánicos hasta alcanzar los 15.
Hay problemas particularmente graves en las estaciones de Anselmo Clavé, Abando, Otxarkoaga, la plaza de la Encarnación...
Los problemas han aumentado por el lado cuantitativo, pero también por el cualitativo, con «situaciones no vistas con anterioridad en Bilbao». Hay ensañamiento. ¿De qué estamos hablando? Del uso de «herramientas pesadas» como martillos y piedras «para romper las bicicletas y las estaciones», de arrojarlas a la ría, a agujeros o zanjas; también de incendiarlas, desarmarlas, arrojarlas violentamente contra el suelo... Hay problemas particularmente graves en las estaciones de Anselmo Clavé, Abando, Otxarkoaga, la plaza de la Encarnación... «En ocasiones son grupos de personas jóvenes, en muchos casos, menores de edad». También hay robos y "agresiones verbales y físicas" a usuarios y trabajadores para hacerse con los vehículos.
Publicidad
Todo esto supone un esfuerzo extra de mantenimiento hasta el punto de que algún día llegó a haber más de 407 bicis en los talleres. Eso complica el compromiso de la empresa de tener siempre 700 unidades en la calle, porque dispone, en total, de 990. Pero es que nadie se esperaba semejante repunte del vandalismo. Aunque, también ha apuntado Gil, todas las ciudades donde se ha dispuesto un servicio similar han pasado, antes o después, por esta situación. Una situación que, sobre todo tras pasar lo más duro de la pandemia, ha puesto al borde de la desaparición el servicio mismo en muchos lugares.
4.162 penalizaciones
Es cierto que hay sanciones. Entre junio y septiembre se han impuesto 4.162 penalizaciones, aunque la mayoría fueron amonestaciones por no usar el candado trasero. Hubo siete personas a quienes se les dio de baja en el servicio por no devolver la bici, y a 21 se les suspendió un año. Con todo, según el concejal, no estamos ante un problema «de mal uso del servicio, que podría ser frenado con penalizaciones, sino que está protagonizado por personas no dadas de alta».
Publicidad
Eso dificulta las soluciones. Se va a iniciar una campaña de concienciación, que siempre es el primer paso ineludible, y se está estrechando la colaboración con la Policía Municipal mediante la creación de una comisión permanente para analizar el fenómeno. Gil ha revelado que la guardia urbana ya ha tenido un papel muy activo en el control y recuperación de unidades durante los últimos meses.
Pero habrá más. En primer lugar, se va a actuar en las estaciones que registran más problemas, poniendo los anclajes en lugares más visibles que dificulten la impunidad (en Abando, Corazón de María y plaza de la Encarnación) y «mejorando e intensificando el uso de las cámaras de vigilancia integradas en los tótem». También va a haber rondas nocturnas para vigilar el sistema y controlar que las bicis se están cargando correctamente. A todo ello se añade mejoras tecnológicas que hagan más difícil arrancar los vehículos de sus aparcamientos y otras ya adoptadas como aumentar el parque móvil en 90 unidades (desde el mes pasado están operativas).
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión