Urquijo perderá un carril de circulación entre la Alhóndiga y la plaza Indautxu
Tras las fiestas arrancarán obras en seis calles de Bilbao para que el peatón gane protagonismo frente al coche
Bilbao lleva tiempo haciendo la siguiente reflexión: hubo una época en la que la configuración de las ciudades venía determinada por el tráfico rodado. Por ... los coches. Ellos condicionaban el urbanismo. Ahora también, no hay que engañarse. Pero el reto es ir recuperando espacio para el peatón. Y eso se logra, claro, a costa de quitar espacio a los vehículos, ya sea eliminando zonas de aparcamiento o de calzada. En buena lógica, no debería implicar demasiadas dificultades en términos de movilidad porque el avance y la mejora de los transportes públicos en los últimos tiempos reducen la necesidad de utilizar los privados para moverse por la ciudad. Además, Bilbao es una villa pequeña, por la que uno debería desplazarse a pie fácilmente si el entorno es propicio. Es decir, que cada vez deberían hacer falta menos coches.
Toda esta transformación hay que llevarla a cabo poco a poco. Calle a calle. Ahora, en cuanto termine la Semana Grande -entre finales de agosto y principios de septiembre-, el Ayuntamiento dará un paso más en esa dirección e iniciará las obras en seis calles justo con ese objetivo, ensanchar aceras robándole espacios a los coches. «Vamos a actuar en Julián Gaiarre (Txurdinaga), Fika (Santutxu), General Eraso (Deusto), Filomena Baldezate (Rekalde), San Francisco y Alameda Urquijo», enumera el concejal de Obras y Planificación Urbana, Asier Abaunza. El presupuesto total de todas ellas supera los tres millones de euros.
Más de metro y medio
Por centralidad y volumen de tráfico que soporta, quizás la reforma más llamativa es la de Urquijo. En concreto, se va a actuar entre Iparraguirre y Ercilla. Es decir, en el tramo que une el Azkuna Zentroa con la plaza Indautxu. La pura pomada de Bilbao. La obra es potente no por su presupuesto (478.000 euros, cifra modesta) sino por el cambio sustancial que va a suponer para la zona, ya que se van a reducir de dos a uno los carriles de circulación. En el área de Obras aseguran que el tráfico que soporta la vía permite hacerlo y, además, esta solución evita perder plazas de aparcamiento. El objetivo es ganar en cada acera más de metro y medio de anchura (entre 159 centímetros y 169, según en qué zonas).
La apuesta parece arriesgada porque se va a quedar como el único tramo de Alameda Urquijo con un solo carril de circulación. En el resto hay dos. O incluso tres. Sin embargo, en el Ayuntamiento no ven problema. Hay que tener en cuenta que parte del tráfico que discurre por el tramo anterior, el que bordea la Alhóndiga, gira a la derecha en Iparraguirre. Aunque también se debe considerar que entran coches procedentes de Gordoniz... Al otro extremo del tramo afectado, en el segmento que discurre junto a la plaza Indautxu, se mantienen los dos carriles para asumir no sólo los coches que llegan por Urquijo, sino el que le aportan las calles Urrutia y Ercilla.
En otros casos, ganar espacio para los peatones no supone reducir carriles, sino plazas de aparcamiento. Ocurrirá en el tajo de la avenida Julián Gaiarre, en Txurdinaga. Va a ser la obra más costosa de las que se afronten en las próximas semanas (894.000 euros) y supondrá actuar en el tramo entre Artalandio y Langaran, de casi 300 metros de longitud. «Aquí las aceras son muy estrechas, y lo que se va a hacer es ensancharlas a costa de cambiar las zonas de aparcamientos, que pasarán de ser en batería a ser en línea», explica Abaunza. Eso sí, se perderán la mitad de los estacionamientos.
Rematar el trabajo
Hay casos en los que es posible mejorar los espacios para los caminantes sin complicar las cosas para los coches. Un ejemplo, dice el concejal, es San Francisco. La semana que viene van a arrancar las obras en el segmento que va de García Salazar a la plaza Zabalburu. «Es una zona con mucho tránsito peatonal pero con una acera muy estrecha». Así que se va a ensanchar a costa de «estrechar carriles de circulación», sin necesidad de suprimirlos. Este tajo costará 446.785 euros.
Las otras tres actuaciones tendrán lugar en Fika (para ella se reservan 486.705 euros), Filomena Baldezate (en este caso se trata de mejorar los accesos a pie para las zonas residenciales, lo que costará 280.483 euros) y General Eraso. En relación a este último caso, Abaunza recuerda que recientemente se ha culminado la mejora del saneamiento. «Los vecinos se han quejado porque la calle se ha rematado con hormigón liso», admite. Pero llama a la calma. «El motivo es que la urbanización en superficie va aparte, y eso es lo que vamos a abordar la semana que viene, la última de agosto», con un presupuesto de 472.478 euros.
Las seis calles
-
Alameda Urquijo. Contará con un presupuesto de 478.000 euros.
-
Avenida Julián Gaiarre. En Txurdinaga, costará 894.000 euros actuar en 300 metros de calle.
-
San Francisco. 446.785 euros para mejorar la zona que va de Cantalojas a la plaza Zabalburu.
-
Fika. 486.705 euros.
-
Filomena Baldezate. 280.483.
-
General Eraso. 472.478 euros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión