La UPV/EHU y Salud zanjan la polémica y crean 32 plazas de Medicina en euskera
La ampliación entrará en vigor en septiembre y el Gobierno se compromete a que todas las prácticas clínicas se impartirán en lengua vasca
La UPV/EHU y el Departamento de Salud han zanjado la polémica por el grado de Medicina en euskera y han acordado crear 32 nuevas ... plazas desde septiembre. De esta manera, el próximo curso se ofertará el mismo número de puestos (200) en castellano y en lengua vasca.
La controversia surgió cuando la institución académica anunció su intención de ampliar sólo en 16 las plazas de Medicina en euskera. El Gobierno vasco exigía que fueran 40, aprovechando que ese incremento lo financia el Gobierno central. De fondo se sitúa la necesidad urgente de formar médicos que refuercen el sistema de salud. La lógica del departamento que lidera Alberto Martínez es la siguiente: si se amplían las plazas en euskera, estas se llenan sólo con estudiantes vascos -a diferencia de lo que sucede en el grado en castellano, donde muchos alumnos vienen del resto de España- que luego optarán por trabajar en Osakidetza.
El problema, a ojos de la Universidad, es que hoy por hoy no está garantizada la calidad de la enseñanza en lengua vasca a partir de 3º de carrera, cuando los alumnos comienzan las prácticas en los hospitales. Tanto por falta de espacio como porque no hay suficientes médicos que quieran ser docentes y además cuenten con el C1 de euskera, requisito indispensable para impartir clase en lengua vasca. De los 2.086 galenos de Osakidetza con C1 o C2, sólo el 25% son profesores.
Tras varias reuniones, ambas instituciones han pactado crear 32 plazas el curso 2025/26. Eso sí, con algunas exigencias. «El Gobierno se ha comprometido a garantizar las condiciones necesarias relacionadas con las infraestructuras, los recursos humanos y las prácticas clínicas», señala un comunicado publicado ayer por la UPV/EHU. «De esta forma, se adoptarán, entre otras, medidas para que el alumnado pueda recibir clases en euskera en las prácticas clínicas de grado», añade.
Plazo de tres años
Ambas partes, por tanto, se han dado un plazo de tres años para solucionar el problema, hasta que las nuevas hornadas lleguen a los hospitales. Fuentes oficiales de la consejería no ocultaban ayer su satisfacción. «Es un paso importante, garantizamos que hay más alumnado de Euskadi formándose aquí, lo que favorece el arraigo», señalaron.
«¿Qué pasa si en 2031, cuando los nuevos estudiantes hagan el MIR, no se han ampliado las plazas de residentes en Euskadi?», se cuestiona, por su parte, Iker García Arandilla, miembro del Consejo de Estudiantes de la Facultad de Medicina. «Su futuro laboral es incierto». Por ello, la Junta de la Facultad ha decidido que, si dentro de tres años no se han solucionado los problemas actuales, «reduciremos plazas y volveremos al escenario actual». García Arandilla se muestra muy crítico con el consejero, a quien achaca «intereses populistas». «Tenemos dos consejerías (Salud y Universidades) que sólo exigen y no aportan soluciones, nos pasan la patata caliente con imposición», afirma.
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