La UPV/EHU instalará su clínica odontológica social en la nueva torre de Panera en Bilbao

De lo que se trata es de ofrecer tratamientos a personas vulnerables o de bajos ingresos, unos tratamientos que son prestados por estudiantes de Odontología monitorizados por su profesorado. Se busca así el doble objetivo de atender a gente que no dispone de recursos para acudir a clínicas privadas, al tiempo que se forma a futuros profesionales. En sus actuales instalaciones, en Leioa, atiende a 2.000 personas al año y practica unos 10.000 tratamientos. La intención es que en Bilbao, ganando dimensión y centralidad, aumente su capacidad y también el volumen de pacientes.

La iniciativa se presentó ayer por la mañana en el Ayuntamiento de Bilbao por el alcalde, Juan Mari Aburto, y el rector de la UPV/EHU, Joxerramon Bengoetxea, en un acto al que también asistió una amplia representación de los ámbitos universitario y municipal.

Según apuntó Aburto, «la reducción de desigualdades es uno de los objetivos cruciales de esta clínica», ya que busca «proporcionar atención odontológica a personas y grupos que, por motivos económicos, sociales o de salud, tienen un acceso limitado o nulo a clínicas privadas o al sistema público de salud». Se refería a personas de bajos ingresos, migrantes, minorías étnicas, personas mayores, personas con diversidad funcional o enfermedades crónicas y víctimas de violencia de género, entre otros.

A menudo estas personas requieren tratamientos «más complejos y adaptados a sus necesidades específicas», abundó Aburto. Por ejemplo, pacientes con enfermedades neurodegenerativas, trastornos de salud mental, o aquellos que necesitan sedación. «Las clínicas universitarias, con su equipo especializado y la supervisión de personal experto, están mejor equipadas para ofrecer esta atención».

También se va a incidir en la prevención y la educación. Porque más allá del tratamiento, esta clínica quiere tener un papel relevante en la promoción de la salud bucodental y la prevención de enfermedades, apuntó el rector. A través de programas educativos y cribados «pueden llegar a la comunidad y fomentar hábitos saludables desde edades tempranas, reduciendo la incidencia de problemas a largo plazo y mejorando la calidad de vida general». También mencionó la colaboración con instituciones como la Diputación para atender a mayores en residencias.

La otra parte del asunto tiene que ver con el aspecto docente, ya que esta clínica «proporcionará formación de calidad con experiencia práctica, investigación y desarrollo, formación continua y énfasis en la ética y la responsabilidad social». Bengoetxea recordó que el grado de Odontología es cursado por 200 estudiantes y hay 60 docentes.

Desde el Ayuntamiento creen que llevar el equipamiento a esta ubicación contribuirá al desarrollo urbano «con generación de empleo y actividad en la zona, imagen y prestigio de ciudad universitaria y modelo de colaboración». También apuntan que su instalación en Uribarri «generará impactos positivos en el barrio con el aumento del tráfico peatonal y clientela; necesidades de otros servicios y suministros; generación de empleo local; mejora de la imagen y atractivo de la zona; potenciales colaboraciones y alianzas; educación y prevención para estudiantes de centros escolares cercanos mediante charlas y talleres; e inspiración y oportunidades profesionales para jóvenes del barrio».