Txurdinaga retoma la construcción de vivienda protegida tras una década de parón
Los trabajos para levantar tres torres con 144 pisos arrancarán después del verano, paralizados por la crisis económica y las obras del metro
JOSÉ DOMÍNGUEZ
Lunes, 25 de junio 2018, 01:51
En julio de 2009, el Gobierno vasco entregaba las llaves de 48 pisos en régimen de alquiler protegido en la calle Julián Gayarre de Txurdinaga. Trabajaba ya entonces en la promoción de cuatro torres con 300 viviendas de protección oficial más, pero la crisis lo desbarató todo. Tras una década de freno absoluto, el barrio bilbaíno vuelve a latir al ritmo de la promoción pública y este otoño aquellos rascacielos empezarán a coger forma definitivamente. Con menos inmuebles y más grandes, 144, pero manteniendo el espíritu original de la iniciativa. La empresa Construcciones Leza levantará los tres primeros bloques en una operación concertada con el Ejecutivo autónomo, que sí asumirá directamente la edificación del cuarto gigante, que acogerá 72 alojamientos dotacionales. En otra calle, Orueta Bidea, y también de la mano de la viceconsejería, el barrio sumará otro bloque de otros 107 apartamentos bajo esta nueva fórmula residencial ideal para jóvenes y mayores, además de los 12 pisos sociales que ya se están habilitando locales vacíos del número 7 de la calle Txomin Garat.
«Es verdad que la recesión frenó el proyecto de las torres, pero también la construcción de la Línea 4 del metro, ya que uno de los puntos de entrada al túnel del suburbano se hizo en parte del solar donde se ubica este proyecto», explican desde la promotora. Luego, sus responsables añaden que hubo que esperar a trámites «como la reparcelación o las licencias municipales y mil cosas más». Incluso han tenido que pedir el visto bueno de «la agencia estatal aérea, porque por la altura quedamos dentro de su servidumbre y, como los rascacielos de Garellano o el BEC, vamos a poner luces de balización en las cubiertas».
Ahora, sin embargo, «parece que ya están solucionados todos los problemas». Se ha solicitado la calificación provisional como viviendas protegidas, y la licencia de obra. Incluso el Gobierno vasco ha iniciado el movimiento de tierras en el solar, «con lo que esperamos empezar los trabajos después del verano». De hecho, las mismas fuentes aseguran que ya están redactando el proyecto de ejecución «para ganar todo el tiempo posible».
Arrancará entonces un plan urbanístico un tanto peculiar por su propia definición. El suelo pertenece al Gobierno vasco, que lo ha cedido en régimen de «derecho de superficie». Esto significa que en realidad nunca pierde su propiedad y que los futuros compradores sólo disfrutarán de los pisos durante 75 años. Pasado este tiempo, la titularidad de estos inmuebles revertirá a manos del Ejecutivo autonómico, eso sí, si antes no ha vendido a estas personas su parte correspondiente de solar. Además, todas las viviendas deberán tener la calificación de protegidas y comercializarse a los precios públicos fijados para cada modalidad.
Como compensación a estas limitaciones, la viceconsejería no cobra nada a la constructora por el propio terreno y sólo 6.000 euros por cada vivienda. La empresa, por su parte, invertirá «24 millones de euros» en levantar las tres torres, «desde los cimientos, con trasteros y dos plantas de garaje incluidos».
Plaza de 11.000 metros
El permiso concedido por el Ejecutivo autónomo permite edificar 144 VPO en régimen general y otras 72 tasadas, aunque Construcciones Leza se ha decantado por un número inferior «para optar a un público potencial más amplio, como son las parejas con proyecto de ampliar la familia». Así, sólo se levantarán 96 pisos de protección en dos torres, «y la mitad serán de tres habitaciones». El otro rascacielos contará con 48 viviendas tasadas, también la mitad de tres dormitorios.
Este modelo de promoción inmobiliaria conlleva que el Ejecutivo autónomo también asumirá los costes de urbanización, «que empezaremos a ejecutar unos seis meses antes de que estén finalizadas las torres para evitar que las aceras y viales se vean dañados por las obras», según adelanta el vicenconsejero de Vivienda, Pedro Jáuregui. El responsable socialista detalla que este proyecto incluirá otra novedad: la promoción de un ascensor público que unirá la calle Jesús Galíndez con Zabalbide para facilitar el acceso peatonal al barrio de Arabella. «La vertiente que hay en esta zona es muy pronunciada y este elevador vendrá muy bien a los residentes en la parte alta». Las torres de vivienda protegida flanquearán una gran plaza de 11.000 metros cuadrados, más grande que el estadio de San Mamés.