Trotamundos con mucho que contar
Protagonistas de grandes viajes alrededor del planeta comparten sus aventuras en Bilborock: «Hay que disfrutar la ruta sin pensar en el destino»
xabier garmendia
Martes, 2 de abril 2019
Endika Abia es una de esas personas tan agradecidas que hasta el robo de su bicicleta, su móvil y su equipaje en la otra punta ... del mundo, justo cuando estaba a punto de completar una travesía de nueve meses, le parece «un mal menor». «Me podía haber pasado en algún lugar aún más remoto que Malasia. Allí pude encontrar rápidamente un vuelo por poco más de 300 euros y me planté en casa», se congratula este bilbaíno de 33 años que protagonizó entre febrero y noviembre de 2016 un espectacular viaje sobre dos ruedas por 22 países de Europa y Asia. El objetivo era llegar hasta Singapur, pero el suceso, en plena noche de Halloween, le obligó a variar sus planes.
Trotamundos como Endika relatan sus experiencias esta semana en la sala Bilborock en el marco de unas jornadas sobre grandes viajes. Un espacio para compartir esas aventuras que les han llevado a los lugares más recónditos del planeta y, de paso, para ponerle los dientes largos a alguno que otro. Bicicleta, moto, coche, transporte público o autoestop; en solitario, en pareja, en familia o con amigos; islas paradisíacas, carreteras infinitas o las montañas más endiabladas. Aunque sea de una u otra forma, todos coinciden en que eso es lo de menos: «La cuestión es disfrutar la ruta sin obsesionarse por el destino».
En el caso de Endika, escogió la bicicleta por ser «el medio con el que mejor te integras en el ambiente y también el más barato». Salió de la Plaza Nueva de Bilbao y atravesó medio continente. «La verdadera aventura empezó en Bosnia. Dormía en la tienda de campaña con siete capas de ropa, iba por carreteras embarradas... ¡Pero eso es lo que tiene!», resume orgulloso y con mucho humor. Su gran obstáculo no fueron tanto los elementos como la burocracia. En Estambul tuvo que estar parado tres semanas para tramitar visados antes de cruzar a Armenia y llegar a Irán, un país que le sorprendió gratamente «porque no es como te lo pintan. Encima está lleno de gente hospitalaria».
En el continente asiático se enfrentó a climas extremos, aunque también le ayudaron: «En un desierto me pilló una tormenta de arena con el viento a mi favor y me hice 180 kilómetros en cuatro horas. Hay que saber mirar la parte positiva». Los contrastes entre países se fueron haciendo cada vez mayores; sobre todo, al llegar a China, «con edificios altos y carreteras amplias que no había visto en muchos kilómetros». ¿El único 'pero' al viaje? «No haber podido llegar a Singapur».
Perseguidos por una elefanta
Eneko Marroquín y Alba Delgado, por su parte, se lanzaron en 2014 a recorrerse África de norte a sur en un todoterreno de segunda mano adquirido expresamente para la ocasión. «Le pusimos una tienda de campaña en el techo, lo mandamos en barco hasta Alejandría y lo recogimos allí para empezar el viaje», explica él. El coche se convirtió en «un micromundo» para la pareja, que reforzó su vínculo en una aventura inolvidable: «Nos dimos cuenta de que en un espacio tan pequeño no había lugar para caras largas o discusiones porque si no se nos habría hecho interminable».
En su largo recorrido de siete meses, atravesaron algunos de los países más pobres del mundo y se quedaron impresionados con la hospitalidad de sus habitantes: «Casi no tienen nada y te ofrecen un plato de comida aunque seas un desconocido. Hace que te replantees muchas cosas». Además, se llevaron más de una anécdota: por ejemplo, cuando fueron perseguidos por una elefanta en Zimbabue y cuando unos policías trataron de multarles por llevar el coche sucio.
Preguntado por un consejo para potenciales aventureros que quieran completar hazañas similares, Eneko lo tiene claro: «Más les vale que sean flexibles y tengan la mente abierta porque se van a encontrar con situaciones que en la vida habrían imaginado».
CHARLAS DEL DOMINGO
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Por la mañana. Seis meses por los Balcanes en transporte público; autoestop y acampada libre; y diez años en bici por el mundo.
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Por la tarde. Cuatro años, cuatro continentes y más de 40 países; dos años viajando con un bebé; y vuelta al mundo en moto.
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Microcharlas durante el día. Un gran viaje en cuatro experiencias 'workaway'; y Hippie, una perra que viaja en bicicleta.
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