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LUIS CALABOR
Trebitu: pescadores furtivos y restos de la Guerra Civil

Trebitu: pescadores furtivos y restos de la Guerra Civil

La zona donde apareció el cuerpo del joven berriztarra Jon Bárcena fue escenario de algunas de las escaramuzas más sangrientas de la batalla de Villareal

ÓSCAR B. DE OTÁLORA

Lunes, 29 de enero 2018, 01:24

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Ayer mismo, mientras la Ertzaintza esperaba a que los funcionarios judiciales levantaran el cadáver de Jon Barcena, una fuerte detonación retumbó sobre el agua del pantano de Urrunaga. Se trataba de la explosión controlada de una granada de la Guerra Civil llevada a cabo por los artificieros de la Policía vasca, después de que un montañero les hubiera alertado del hallazgo del antiguo armamento en un monte cercano.

La península de Trebitu, el lugar en el que apareció el cadáver del joven montañero de Berriz, fue escenario de algunas de las escaramuzas más sangrientas de la batalla de Villareal, uno de los mayores enfrentamientos de la Guerra Civil en el País Vasco. Muchas de las trincheras de aquellos días están sumergidas desde que en 1956 se levantó la presa de Urrunaga, pero durante muchos años era fácil encontrar en esa extensión de tierra munición de la guerra.

Muchas de las cabañas de la orilla fueron creadas en los años sesenta por pescadores de trucha

Desde que se creó el embalse, Trebitu ha sido un paraíso para los aficionados a la pesca. En los años sesenta, decenas de pescadores de trucha se agolpaban en las orillas cada fin de semana. En esos años se constuyeron algunas de las cabañas en las que la Ertzaintza buscó de forma infructuosa a Jon Barcena en los primeros días de su desaparición. La entrada de especies invasoras como el lucio y la carpa en los años 80 cambió las costumbres de la zona. Muchos de los antiguos pescadores de trucha abandonaron la zona y llegaron nuevos visitantes que buscaban los enormes ejemplares que ahora pueblan las orillas de Trebitu. Por ejemplo, se han llegado a capturar carpas de más de 30 kilos de peso.

En los últimos años en las orillas ha surgido con fuerza el problema del furtivismo. Los guardas de la zona han localizado en varias ocasiones a pescadores del países del Este que acuden a la península atraídos por las grandes presas.

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