El traslado del menor más conflictivo pone fin a la ola de robos en Muskiz

En los atestados policiales de finales de octubre y principios de noviembre se repetía continuamente el nombre de «tres jóvenes con pasado o presente» en el centro de menores de Sopuerta. Según ha podido saber este diario, el menor de ellos –«el más conflictivo»– ha sido trasladado a otras instalaciones fuera de esta comarca. Una decisión que se ha percibido en Muskiz, donde la sensación de inseguridad ha disminuido notablemente. Hasta el momento, según datos facilitados por la Policía Local y la Ertzaintza, «no se han producido incidencias de ningún tipo», asegura el alcalde.

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Una tranquilidad para los vecinos y comerciantes del municipio, sobre todo en el entorno de la calle El Crucero, foco de la mayoría de incidencias tales como robos en establecimientos, intentos de ocupaciones, molestias a los vecinos... En concreto, un elevado número de hurtos: seis en 15 días, cuando el ratio habitual sería de uno cada dos o tres meses», alertaba la misiva a la que tuvo acceso ELCORREO. Según relataron a este periódico las propias víctimas de estos delitos, tras forcejear y romper ventanas y puertas, los jóvenes saquearon portátiles, televisiones, una tablet, un móvil, un datáfono, 800 euros y una cesta de Navidad llena de productos.

El rosario de incidencias puestas en conocimiento del juez incluye intentos continuados de allanamiento de morada «produciendo varios daños (fractura de ventana y cuadro eléctrico) y el robo de varios enseres». El regidor socialista puso en conocimiento de la Justicia esta tesitura ya que los agentes hacen su trabajo y «no puede ser que se les identifique y a la media hora estén en la calle».

El juzgado de Barakaldo ha respondido a la llamada de auxilio local instando a la Policía y a la Ertzaintza a proceder por la vía de los «juicios rápidos» para atajar los «delitos menores» en Muskiz, según han relatado fuentes municipales. En situaciones de «delitos menores», ambos cuerpos de seguridad tienen la posibilidad de realizar un atestado y solicitar juicios rápidos. Una medida que suele tomarse en la localidad minera, excepto en las ocasiones en las que el delito es «muy menor». No obstante, los magistrados insisten en seguir con este procedimiento para que haya así «un juicio, una sentencia y antecedentes» para los autores de los delitos.