«Trabajamos a 35 grados», denuncia la plantilla de Anatomía Patológica de Basurto
Desde la dirección del centro aseguran una valoración del servicio de Salud Laboral descarta riesgos para los trabajadores
30 grados. Es la temperatura que marcaba este viernes a las 11 de la mañana el termómetro del pabellón de Anatomía Patológica de Basurto. Ante ... una situación que se repite cada vez que suben las temperaturas, la plantilla del centro hospitalario se ha concentrado esta mañana para denunciar las «insoportables condiciones de calor extremo» y reclamar a Osakidetza una solución. «En días como hoy se nos hace imposible trabajar», cuentan. Desde la dirección del centro, en cambio, aseguran que una valoración del servicio de Salud Laboral descarta que existan riesgos.
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Durante la protesta, los trabajadores sanitarios han explicado que, en estos días, es habitual que dentro de su pabellón tengan que trabajar con temperaturas «muy superiores» a los 27 grados fijados por la ley. «Osakidetza no ha adoptado ninguna medida para evitar este problema», denuncian.
Según explican, el pabellón no tiene ningún sistema de refrigeración y las instalaciones del edificio no están preparadas para soportar un sistema de aire acondicionado. «Osakidetza no contempla la posibilidad de instalar aparatos de climatización», han denunciado.
En cambio, desde la dirección del centro aseguram que, como el Hospital de Basurto está compuesto por edificios históricos, «las obras en sus pabellones tienen más dificultad que en cualquier otro centro sanitario». «No obstante, en el dificio de Anatomía Patológica se han implantado ya varias medidas provisionales para reducir el calor mientras se ejecuta la obra que renovará esta infraestructura», cuentan.
35 grados dentro del pabellón
Los delegados sindicales han subrayado que esta situación de altas temperaturas «se lleva soportando años». Según han denunciado, en jornadas como la de este viernes se llegan a alcanzar los 35 grados dentro del pabellón.
Durante la concentración, convocada por ELA, han asegurado que «con la llegada del verano, el problema se agrava». De esta manera, la salud y el servicio que presta la plantilla se ve afectado. Según explican fuentes sindicales, «hace unos días uno de los trabajadores tuvo que cambiar de planta porque no aguantaba la temperatura».
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