«Trabajaba en una empresa de venta de motos, me quedé en paro y recurrí al dinero fácil»
gontzal san teodoro
Sábado, 11 de junio 2022, 01:29
Apenas un 0,4% de las personas que ejercen la prostitución en Bizkaia son hombres. El dato es del año pasado y lo ofrece Askabide, ... que solo logró contactar con tres trabajadores sexuales. La Comisión Estable contra la Trata de Seres Humanos de la Ertzaintza ha apreciado, aunque no tiene datos, que la demanda de varones y de transexuales «ha aumentado» en los últimos años, aunque sigue siendo ínfima en comparación con las mujeres. Uno de los pocos hombres que ejercen en Bizkaia es Kevin. Es de los veteranos, con 15 años a su espalda, y trabaja solo, desde su piso de alquiler en Bilbao.
50 euros por media hora, 70 por 45 minutos y 100 por una hora. Esas son sus tarifas. Nunca pensó que alguna vez cantaría sus precios. Este argentino aterrizó en Bizkaia en 1993. Durante catorce años estuvo empleado en un negocio de venta de motocicletas. Pero, con la llegada de la crisis, la empresa hizo una reestructuración y fue uno de los despedidos. En paro, y sin encontrar otro empleo, comenzó a ejercer. «Es una profesión donde se gana dinero fácil de forma muy rápida, y la verdad que lo necesito para poder sobrevivir», justifica.
«Siempre uso preservativo y tomo un medicamento»
Kevin no es capaz de definir sus gustos sexuales. Sabe que antes no era homosexual, pero ahora cree que sí. Se ha acostumbrado al sexo con hombres, ya que «el 95%» de sus clientes son varones «de cierta edad». «En ocasiones he recibido también la visita de parejas, hombre y mujer, que querían mantener relaciones conmigo, pero la verdad es que suele ser muy raro. Prácticamente todos los clientes que están interesados en mis servicios son hombres y buscan discreción», explica. Él, de hecho, hace gala de ello. No trabaja 'online', pese a que podría aumentar sus ingresos, porque «puede ser perjudicial si quieres mantener la discreción o el anonimato», y esa es su marca.
Prácticamente siempre atiende en su vivienda, aunque, si los clientes piden «verse en hoteles», que «no es lo habitual», les cobra un plus de 50 euros por hora. Este trabajador sexual es consciente de los riesgos que corre. El VIH está muy presente en este colectivo y, por ello, toma precauciones. Y le preocupa su salud, pero también sus ingresos, que dependen de que esté libre de enfermedades de transmisión sexual. «Siempre utilizo preservativo cuando tengo relaciones, esté trabajando o no», afirma. Y también toma, para más garantías, «un medicamento de prevención de la enfermedad».
Entre 2019 y 2021, se trasladó a «China y Malasia» a trabajar, aunque «la demanda bajó considerablemente» en cuanto irrumpió el covid y, el año pasado regresó a Bilbao, donde se reencontró con sus clientes habituales.
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