Siete meses para encajar el «puzle» de Torre Bizkaia

Atrás han quedado momentos convulsos, como los vividos para encontrar un gestor para la torre -el primer concurso público quedó desierto-. O cuando el artífice del centro, el entonces director de Proyectos Estratégicos, Asier Alea, anunció por sorpresa su salida de la Diputación cuando apenas faltaban unas semanas para que se conociera el fallo del procedimiento negociado con publicidad para adjudicar la dirección de su proyecto estrella.

PriceWaterhouseCoopers (PwC) Bilbao, la firma que se hizo con un contrato por 15 años, ha encomendado a Eriz Sainz Gurtubay la gestión de BAT. Será un equipamiento «singular, diferente a otros centros» de referencia mundial, avanza. «Con aspiración internacional, pero con anclaje local», puntualiza. Porque la cercanía, afirma, constituirá en sí mismo «un valor» para el centro de la Torre Bizkaia. Con una estrategia de «círculos concéntricos», el objetivo del proyecto es que surjan iniciativas de innovación. ¿Cómo? Poniendo en conexión a corporaciones de alto potencial, startups y fondos de inversión con universidades y centro tecnológicos, que aportarán el talento. «No somos Boston -en referencia al Cambridge Innovation Center (CIC) con el que colabora desde hace años la Diputación-, ni Tel Aviv -por la aceleradora Sosa, otro aliado foral-. Trabajaremos a menor escala, pero con una relación más fluida. Queremos hacer un traje a medida para cada colectivo que se dirija a nosotros respecto a los servicios que pueda necesitar», señala.

Entender la dinámica de un centro de emprendimiento puede resultar complejo porque, insiste Sainz Gurtubay, pese a lo que se suele creer, «no es un centro de oficinas al uso». La base son las relaciones, «que la gente se encuentre y que surjan cosas nuevas». Que si se trata de una startup, que es poco más que una idea innovadora de negocio, pueda hacerse en BAT con «un plan de negocio, financiación y conexión de mercado», y si es el caso de una corporación, que el local funcione como «un radar» para identificar a emprendedores, colaborar o invertir. «Es como montar un puzle», explica.

Una vez articulado con anclaje local, el centro estará conectado al mundo a través de 140 nodos internacionales, entre ellos, Shanghai, Singapur, Tokio, Boston, Nueva York, Sao Paulo, Dublín y Tallín. Para ello jugarán un papel esencial los dos agentes con los que ha firmado alianzas PwC: Talent Garden e Impact Hub. De la mano de la firma italiana, que se ocupará de dinamizar y gestionar eventos, entre otras funciones, BAT pasará a formar parte de una comunidad formada por 3.500 startups y más de 20.000 profesionales de toda Europa que dominan las habilidades digitales. Y con los británicos -que inicialmente recurrieron la adjudicación a PwC de la gestión de la torre-, con un centenar de ubicaciones en el mundo, trabajarán en la construcción de comunidades empresariales de impacto social.

BAT echará a andar en cuatro plantas de la Torre Bizkaia -que esta misma semana ha pasado a manos de dos grupos inversores, Beraunberri y Ochena, por 175 millones de euros-, con una treintena de empresas y organizaciones, aunque no todas ocuparán un espacio físico en las instalaciones. En un plazo razonable, que Sainz Gurtubay fija en menos de un año, el centro podría ir a más. Otras siete plantas esperan a que eso ocurra. «Vamos a ser ambiciosos», apunta.

«Estamos en el buen camino», celebra Juan Otermin, portavoz del PSE en las Juntas Generales. «Atraer talento y dejar un nicho de actividad empresarial sobre nuevos modelos, relanzando el emprendimiento, es bueno para Bizkaia, aunque habría que explicar mejor algunas cosas para evitar suspicacias innecesarias», advierte. «Debemos ser capaces de generar, atraer, capacitar y apoyar a las personas de talento que se encargarán de liderar los nuevos proyectos de la próxima década. Y estamos seguros de que BAT es el instrumento que va a dar respuesta a ese desafío», añade desde las filas del PNV Jesús Lekerikabeakoa.

No lo ven con los mismo ojos los grupos de la oposición. Para el PP, el centro que el lunes dibujó Rementeria en el Euskalkduna «dista mucho, a día de hoy, del proyecto que nos vendió el diputado general, con 30 empresas anunciadas, todas locales y algunas muy alejadas del mundo del emprendimiento». «Su icono mundial, el faro de nuestra reinvención económica, como lo llamó, se ha quedado en farolillo», indicó el portavoz popular, Eduardo Andrade, que reclamará «explicaciones» en el pleno que las Juntas celebrarán el próximo miércoles en Gernika.

Eneritz de Madariaga, de Elkarrekin Bizkaia, sólo ve «un cambio de nombre y un logo» en un proyecto que costará 26,5 millones de euros para las arcas forales, «sin iniciativa ni control público en la estrategia y orientación del emprendimiento para el futuro del territorio». Y por EH Bildu, Bea Ilardia critica, «una vez más, la falta de transparencia en la gestión» de este centro, «un auténtico cúmulo de despropósitos». Además, la formación abertzale interpelará a la diputada de Promoción Económica, Ainara Basurko, sobre la operación de venta de la Torre Bizkaia «y su repercusión en los servicios y recursos» que la Diputación pretende ubicar en la misma.