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La terraza que ha sido declarada ilegal. Luis Ángel Gómez
La terraza del mercado de La Ribera tendrá que desaparecer o ser modificada para ajustarla a la normativa

La terraza del mercado de La Ribera tendrá que desaparecer o ser modificada para ajustarla a la normativa

Barkala niega que el hostelero, que afronta tres expedientes, haya recibido un trato de favor

Julio Arrieta

Bilbao

Miércoles, 20 de diciembre 2017, 18:33

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El director de la agencia vasca del agua, URA, señaló recientemente el problema en EL CORREO. Junto al mercado de la Ribera hay una terraza que inicialmente «eran solo unas mesas, unas sillas y una sombrilla». Pero ahora «se ha puesto una instalación fija y cerrada, y no puede ser», resumía Ernesto Martínez de Cabredo. URA ha abierto un expediente sancionador. Pero, ¿y el Ayuntamiento? Ricardo Barkala, concejal de Obras, Servicios, Rehabilitación Urbana y Espacio Público, ha comparecido este miércoles a petición de EH Bildu para aclarar la situación. Según ha explicado, el hostelero ha pagado una multa de 1.500 euros, tiene abiertos otros tres expedientes que se están tramitando ahora y la terraza actual tendrá que desaparecer o adaptarse a las condiciones que cumplía la instalación original.

Barkala ha abierto su intervención recordando que «dentro de la concesión, al hostelero se le dio un espacio para ubicar una terraza». Esa primera instalación «no funcionaba. Eran unas mesas protegidas por una vela que cada vez que hacía viento daba problemas». Entonces, el responsable del local, «sin pedir permisos formales, cambió la terraza y la montó tal y como está ahora», con estructuras fijas y ancladas que incumplen la normativa.

Como Ayuntamiento, ha añadido el edil, «estamos de acuerdo con que ahí haya una terraza. Creemos que es bueno y es un activo para el Casco Viejo, el barrio y el mercado». Pero el Consistorio no puede admitir la instalación actual porque «incumple tres cosas». La primera es que afecta a Costas. «Tiene que haber seis metros entre la Ribera de la ría y la instalación. Ahí hay un incumplimiento sobre el que Costas tendrá que actuar y decidir». La segunda, es la cuestión de «la inundabilidad, que lleva URA. Ahí hay elementos que están anclados, opacos, fijos. En caso de posible inundabilidad, está establecido que ahí no puede haber elementos fijos, que sean abatibles o retirables». Y tres, «los requisitos del propio Ayuntamiento. Al hostelero le decimos ‘usted tenía permiso para esta primera terraza, pero no para esta otra’. Esto ocurrió en agosto o septiembre de 2016 y en noviembre abrimos un expediente después de haber estado con los responsables del local y haberles dicho que esto estaba mal». Hubo una multa –de 1.500 euros- «y la pagaron. Y ahora hay otros tres expedientes que se están desarrollando».

¿Qué va a pasar?

Barkala ha aclarado que «la actual terraza tiene que desaparecer, o hacer unas adaptaciones» para adecuarla a los requisitos que sí cumplía la primera instalación. «Si la situación persiste habrá otra sanción y un apercibimiento de cierre o lo que proceda. El hostelero «ahora tiene abiertos tres expedientes más el de URA. Todo esto se puede retirar si él pone remedio a la situación».

Todos los grupos de la oposición –EH Bildu, PP, Udalberri y Goazen Bilbao– han admitido las explicaciones aunque las han criticado al considerar que el Ayuntamiento ha actuado con una lentitud llamativa, sobre la que han pedido más aclaraciones. «La situación que se ha producido es incomprensible», ha afirmado Aitziber Ibaibarriaga, de EH Bildu. «Este velador permanente, anclado, que se salta tres normativas, lleva año y medio en esa ubicación, en una zona privilegiada y muy visible, sin que se haya hecho nada» por parte del área que encabeza Barkala. EH Bildu y PP han coincidido –aunque en diferente tono– en apuntar que lo sucedido podría interpretarse como un trato de favor.

Ibaibarriaga, dirigiéndose al equipo de gobierno, ha afirmado que «ustedes están mirando para otro lado. La aplicación de la normativa ha sido laxa para este hostelero». En el mismo sentido, Óscar Fernández, del PP, ha mostrado su «sorpresa por tantos meses de inacción por parte del Ayuntamiento. Si el concesionario no fuera Last Tour y fuera un particular cualquiera, no se hubiera actuado con la misma flexibilidad en el tiempo».

Este comentario ha sublevado a Barkala. «Estoy dispuesto a admitir las críticas pero esto no se lo tolero», ha respondido al edil popular. «Nosotros aplicamos la normativa a todo Dios. Usted dice que estoy tratando de forma diferente a un señor concreto, y eso no se lo consiento». La tramitación «de cualquier expediente lleva sus tiempos. Iniciamos el procedimiento en noviembre de 2016, se sancionó en mayo, y tenemos tres expedientes más abiertos que ya están avanzado, pero deje que los técnicos terminen de hacer su trabajo», ha añadido. «¿Que puede ser más rápido? Eso se lo admito, pero no que sugiera que ha habido un trato de favor», ha concluido.

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