El temporal causa múltiples incidentes y pone bajo vigilancia los ríos vizcaínos

El Cadagua a su paso por Alonsotegi y el Arratia, en Lemoa, se encontraban en la noche de ayer en nivel naranja de vigilancia por el aumento de caudal, según la información publicada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Las autoridades han intensificado la supervisión sobre los cauces vizcaínos a la espera de ver su evolución en las próximas horas.

Durante la jornada de ayer el viento volvió a soplar con fuerza. En Punta Galea las ráfagas alcanzaron los 128 kilómetros por hora, por 127 en Oiz, 105 en Orduña o 104 en Bermeo. Las persistentes lluvias fueron otra constante. En Mallabia y Elorrio se acumularon más de 56 litros por metro cuadrado, por 50 en Balmaseda. Todo ello provocó numerosas incidencias a lo largo y ancho de Bizkaia.

Las carreteras secundarias fueron uno de los puntos más afectados. Decenas de vías del territorio sufrieron cortes al tráfico de mayor o menor duración por la caída de árboles, desprendimientos de tierras o balsas de agua. Entre ellas la variante de Lekeitio, donde el desplome de varios pinos obligó a cerrarla a la circulación hasta que los troncos fueron retirados. En la BI-633, entre Berriz y Ondarroa, los problemas fueron provocados por la acumulación de agua en la calzada, situación que se repitió en numerosos viales. En otros, como el que va de Ondarroa a Mutriku, un desprendimiento la mantenía cortada al cierre de esta edición.

A estos incidentes hubo que sumar los episodios de objetos y contenedores desplazados por el viento que ocuparon la vía pública y entorpecido el tráfico en numerosos puntos del territorio, caso de la carretera entre Bakio y Bermeo. Y es que no fue un día plácido para coger el coche. Al mal tiempo se añadieron varios accidentes de tráfico registrados en Derio, Erandio, Güeñes y la A-8 a su paso por Muskiz.

El clásico día de perros hizo que los bomberos tuvieran que realizar decenas de salidas en Bizkaia. La mayoría para retirar árboles, postes de telefonía y antenas caídas en localidades como Busturia, Elantxobe, Sopela, Erandio, Gatika o Zierbena. Además se registraron algunos desprendimientos en fachadas de viviendas, levantamientos de tejados con riesgo de caída o aseguramiento de andamios. En Bermeo se desprendió parte de la cubierta del campo de fútbol municipal, mientras que en Sopela el vendaval arrancó parte del tejado del Solito, un establecimiento hostelero junto a la playa.

Y es que la costa fue uno de los puntos más azotados por el temporal. Para la jornada de ayer estaban anunciadas olas de seis metros. Aunque la mayor de todas se registró en la madrugada de ayer en Pasaia, con una altura de 8,4 metros. El 'maretón' causó daños en el espigón de Punta Galea. En su extremo norte aparecieron grandes grietas entre los bloques de hormigón, fruto del impacto de las olas que desplazaron parte de la base sobre la que se apoya la estructura. El fuerte viento que azotó la costa cubrió también de arena el paseo y la carretera que discurren en paralelo a la playa de Ereaga. Donde no hubo incidencias fue en el aeropuerto, que operó con relativa normalidad, sin vuelos cancelados ni desviados, según informó Aena.

La persistente lluvia llegó acompañada de granizo en algunos momentos del día. En zonas altas como Urkiola aparecieron los primeros copos, prueba del importante descenso de temperaturas.

Durante el día de hoy se espera que la borrasca vaya remitiendo y las lluvias vayan perdiendo intensidad, en especial a partir de la tarde, cuando Euskalmet anuncia que los chubascos pasarán de persistentes a intermitentes. La intención del Gobierno vasco es levantar la alerta naranja por lluvias sobre el mediodía, siempre que la previsión se cumpla.

Las temperaturas, por su parte, se mantendrán frescas. Las máximas a duras penas superarán los diez grados, lo que favorecerá la aparición de nuevo de la nieve en zonas elevadas. En especial a partir de los 800 metros de altura.