Teatro contra el ruido en la calle Ledesma

Hasta ahora, '7 Ordu Lo', con sedes en Barakaldo, Bilbao, Durango, Vitoria y San Sebastián, sólo se había dirigido a las administraciones para plantear el problema que sufren quienes habitan en los lugares de ocio de cada una de esas localidades. Ayuntamientos, grupos políticos, el Ararteko, incluso la Comisión de Derechos Humanos de la ONU o la Comisión Europea han sido testigos de las quejas de estos vecinos que, según recalcan, no pueden más. Esta vez, el colectivo ha pasado a la acción. Es la primera ocasión en la que tratan de sensibilizar a los consumidores en los propios bares.

«Hemos decidido usar el humor porque no somos vecinos malhumorados y nos gustan las terrazas. Pero hay que tener una mayor sensibilidad respecto a este tema», ha explicado Pereda. Desde la asociación creen que la gente no tiene mala intención, pero «cuando salimos y estamos con amigos se nos olvida».

Entre Uribitarte y la zona de Albia se ubican decenas de locales con un aforo total de 4.000 personas. Cada día, de jueves a domingo se concentran este número de personas e incluso más, ya que parte de la clientela se echa a las calles a consumir. También hay que añadir el número de jóvenes que optan por el botellón. «Si hacemos cálculos, estamos hablando de una cantidad de gente demasiado elevada haciendo ruido», afirma Jon Ariño, otro portavoz de '7 Ordu Lo'. «No es solo el griterío, también la basura que dejan, los vómitos, la orina…», recalca.

Los vecinos tienen claro que es un problema de salud pública, no de convivencia. «El descanso es fundamental porque la falta de sueño es un desencadenante de patologías. El ocio no se reconoce como derecho, pero la salud sí». Esperan que con esta actividad algunas personas hayan abierto los ojos. «No era consciente del ruido que hacíamos, habrá que hablar más bajo», reconocía uno de los clientes en la calle Ledesma.

¿Qué se puede hacer para evitar esta situación? Los residentes lo tienen claro. «Que haya una normativa que impida sacar la bebida a la calle como hacen en otras ciudades». Así, a las 23.00 horas los clientes se irían dentro del local y se evitaría la contaminación acústica, según la asociación. «En estas zonas tenemos ruidos hasta las seis de la mañana y luego vienen los servicios municipales a limpiar que producen más ruido. Es inviable».