La tasa turística oscilará entre 1 y 6 euros en Euskadi y las capitales podrán añadir un recargo
El impuesto será recaudado por los municipios y se aplicará en todo tipo de estancias, incluidos los pisos vacacionales
Se lleva mucho tiempo hablando de la tasa turística. De si había que aplicarla o no, de si sería una barrera para la llegada de ... visitantes o un incentivo para los municipios, de si afectaría al sector... Tras varias idas y venidas y un intenso debate, las administraciones competentes -Gobierno vasco, diputaciones y ayuntamientos- ya han comenzado a dar forma a un impuesto que gravará las pernoctaciones de los turistas en los tres territorios históricos. La aplicación de la tasa es, de hecho, uno de los compromisos que recoge el programa de Gobierno acordado entre PNV y PSE para este mandato, aunque su formulación haya dado un giro de 180 grados a lo largo de estos últimos meses. En un primer momento el Ejecutivo autonómico apostó por instaurar un impuesto regional, como ya sucede en Baleares o Cataluña, pero finalmente se configurará como un tributo municipal recogido en una norma foral, tal y como exigían las tres diputaciones.
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Ahora, una vez aterrizada la tasa en la compleja arquitectura institucional vasca, toca definir cuánto se cobrará, cómo y qué papel tendrán los ayuntamientos en todo este asunto. De hecho, las diputaciones ya han puesto negro sobre blanco el contenido del tributo. El importe de la tasa turística oscilará entre 1 y 6 euros por persona y noche, pero variará según el tipo de establecimiento en el que se pernocte. Es decir, no se cobrará lo mismo en un camping o albergue que en un hotel de lujo. Así ocurre también en comunidades como Cataluña. Además, las capitales vascas y los municipios con más plazas alojativas podrán aplicar recargos si así lo deciden.
Fuentes del Gobierno foral vizcaíno sostienen que los ayuntamientos tendrán margen de maniobra para fijar las cuantías. La Diputación establecerá una horquilla de precios por categoría y a partir de ahí, serán los municipios quienes decidan si aplicar el rango más alto o el más bajo. Pongamos un ejemplo. Si para los albergues se estima un importe de entre 1 y 2 euros -el rango es ficticio-, será el ayuntamiento en cuestión quien determine cuál de las dos cuantías establecer. Si la más alta o la más baja.
Además, el texto contempla ciertas bonificaciones. Llegado el caso, algunos pueblos podrán aplicar una exención del 100% para que los visitantes no tengan que pagar ni un solo euro por dormir. El objetivo de todo esto es dar flexibilidad a las localidades para que la entrada en vigor del tributo no suponga un perjuicio para quienes quieran atraer turistas o para los que tienen una capacidad alojativa muy pequeña. La propia diputada general, Elixabete Etxanobe, recordó hace un mes que tener en cuenta la «autonomía municipal es importante».
Excepciones para algunos
Ahora bien, no todos los consistorios podrán optar por esta última opción. Otras fuentes consultadas aseguran a este periódico que el impuesto será «obligatorio para todos» y que solo habrá «ciertas excepciones» para aquellos que demuestren contar con un número reducido de plazas alojativas.
La primera reunión para detallar todas estas cuestiones se celebró este mismo miércoles, después de que la Diputación sometiera a información pública el anteproyecto de ley. En el encuentro participaron representantes del Gobierno foral y de la Asociación de Municipios Vascos (Eudel), quien aseguró el pasado mes de julio que el interés por la puesta en marcha del tributo es «máximo», sobre todo en municipios con una importante presión turística, como San Sebastián. Lo que se presentó en esta reunión inicial fue un primer borrador de lo que será la futura tasa turística. Aunque el tributo requerirá la aprobación de tres normas forales distintas, habrá armonización. La tasa será la misma en todos los territorios.
¿Y por qué impulsar el tributo ahora? Según queda recogido en el texto previo a la elaboración de la normativa territorial, el auge del turismo -Bizkaia superó en 2024 los dos millones de turistas- genera un «progreso económico y social» pero también ha supuesto «una explotación excesiva de los recursos públicos territoriales y medioambientales de los municipios». Los hoteles vizcaínos han recibido en los primeros seis meses del año 836.623 clientes, casi 300.000 más que hace una década. Además, el pasado año se registraron más de 3,2 millones de pernoctaciones y la estancia media de los turistas en Bizkaia fue de 1,93 noches. Es precisamente ese impulso turístico lo que ha llevado a las instituciones a «instaurar nuevas fuentes de financiación municipal» que permitan sufragar el «incremento de costes que la actividad turística ha supuesto sobre las arcas municipales para mantener unos servicios públicos de calidad».
Es importante destacar que la tasa se aplicará en todas las tipologías alojativas. También en los pisos y habitaciones turísticas, cuyo uso se ha disparado en los últimos años. Euskadi concentra más de 5.600 viviendas de estas características -el 57% en Bizkaia- y el INE apunta que su afluencia aumentó un 23% en junio respeto al pasado ejercicio, al menos en Bizkaia. Así que al igual que el resto de estancias, cada huésped deberá abonar una cuota por día. Lo que aún está por ver es si los menores deberán pagar lo mismo que los adultos.
También se desconoce qué recargo podrán aplicar los grandes municipios. Por comparar con otras zonas, en A Coruña el Ayuntamiento aprobó ayer la implantación de la tasa turística en la ciudad. El coste será entre 1 y 2,5 euros. Mientras tanto, en Cataluña el precio varía desde el euro en las estancias en hoteles de menos de cuatro estrellas hasta los 3,50 euros para los de lujo.
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