Los mendizales toman Artxanda
Más de 6.000 mendizales participan esta mañana en la 16 edición de la XVI Martxa organizada por EL CORREO
Lo que tiene el tiempo es que a veces se antoja caprichoso. Y es lo que ha sucedido esta mañana. Pero en este caso para bien. El pronóstico no se cumplió y no llovió tanto como estaba anunciado. ¡Menos mal! Preocupaba a que desanimase a las miles de personas que cada año participan en la tradicional Subida a Artxanda, una marcha solidaria que organiza ELCORREO y que cuenta con el patrocinio de Eroski, Vueling, Aena y la Fundación la Caixa, además de la colaboración de Coca cola, DYA, Protección Civil y La Montañera. Pero lo cierto es que al final ni hizo tan malo ni falló el público fiel. Más de 6.000 vizcaínos, que año tras año se reservan el día en el calendario para acudir a la cita, se calzaron las zapatillas de montaña. En un par de ocasiones hubo que sacar el paraguas, pero por lo demás hasta se llegó a colar algún que otro rayo de sol entre tanta nube y cielo encapotado. El tiempo dio un respiro y aunque hubo tramos embarrados, se completó bien el recorrido.
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Y dejando a un lado la pereza que sobrevuela los domingos por la mañana, los mendizales saltaron de la cama y pasadas las 09.00 horas muchos de ellos se plantaron en el Arenal a la espera de que se diera el pistoletazo de salida. Faltaban todavía 45 minutos. Algunos en familia, otros con amigos y el resto solos. También como siempre hubo más de una mascota acompañando a sus dueños. De todo y llegados de todas partes. Miguela Molina de Portugalete fue de las primeras en posicionarse. Lo hizo junto a su marido, veterano en el evento. «Mucho al monte la verdad es que no vengo, pero de vez en cuando viene bien», señaló poco antes de encarar la salida. «Lo que no hace ella ya lo hago yo», le picaba su pareja, Federico Rodríguez.
La Subida a Artxanda es una excursión cómoda y apta para todos los públicos, altera el paseo por senderos verdes de esos que relajan la mente con un recorrido por asfalto. Y este año con «bastantes» escaleras y algún que otro «repecho», se quejaban un grupo de adolescentes para los que era su primera vez. «Yo vine la semana pasada a ver cómo era», reconocía una de ellas.
Es un itinerario que diseña cada año La Montañera para que los bilbaínos se beneficien de las cualidades de hacer ejercicio y subir al monte. Un recorrido desde hace dieciséis años en el que se completa una distancia de casi 9 kilómetros y un desnivel máximo de 243 metros. Sobre 3 horas que siempre se suelen hacer cortas para los integrantes del club Ibilbideak de Astrabadua. «Que tengamos una edad, algunos más de 70 años no quiere decir que esto sea para sociabilizarse, nada de eso, martes y domingos andamos bien, y aquí venimos todos los años», resumía Rosa Bañuelos.
Juan y Marina de Trapaga también estuvieron en primera línea. «Es el tercer año que venimos, lo pasamos bien y siempre que podemos participamos en todas las marchas solidarias, hay que aprovechar incluso aunque salga mal tiempo», apuntaban. También Ido, Patricia y su hija Megan de Las Arenas repetían. «Es un buen plan para aprovechar el domingo», resumía el primero.
Este año los beneficiados fueron la Fundación Asparbi y Haszten. «Tenemos mucha ilusión y ganas, es la primera vez que venimos y este año participamos y lo hacemos un grupo importante», decían Miriam Herrero y Óscar Sanz, integrantes de la junta de la segunda organización, poco antes de encarar la Subida. La recaudación de 20.000 euros –cada ticket tiene un valor simbólico de 3 euros– se entrega íntegramente a las entidades solidarias.
En grupos
Cada 15 minutos fueron saliendo los multitudinarios grupos. En el primero los mendizales de mayor edad, aunque eso no les costó dejar pronto atrás la Plaza del Gas y adentrarse en el parque Etxebarria. Tocó subir por Zurbaranbarri, el parque Arabella y el camino Atxeta. Yafrontar un buen número de escaleras. Pocas quejas. «Ha habido algún tramo más difícil para el carrito del bebé, pero todo ha ido bien y con tiempo típico de Bilbao», apuntaron Ander y Sofía, una pareja de Bilbao y Burgos que se han ido a vivir a Múnich, pero que de vacaciones en el 'Botxo' no se quisieron perder el evento.
A medida que pasaban los minutos iban apareciendo las familias. Muchas de ellas, como en años anteriores, relacionadas con el colegio Trueba. «Siempre nos animan a venir y está muy bien para los niños que hagan deporte», reconocían algunos aitas. Maria y su hijo Danel fueron con un grupo de amigos. «Venimos varias familias, es la segunda vez y está muy bien organizado, suele estar bien y la iniciativa es muy buena», comentó la vecina del barrio bilbaíno de San Ignacio. «Si hoy se dormía una hora más, no había disculpa para la pereza, hay que venir, está llueva o no», reconocieron Isa, Marian, Simón y Javi, que vinieron desde Bilbao y Portugalete.
Después de tomar el aire por el 'pulmón verde' de Bilbao, vuelta abajo. Nada mejor que toparse de frente con la icónica imagen del Museo Guggenheim, para después recorrer el Paseo de Uribitarte y dirigirse al Ayuntamiento y al Arenal. La marea volvía. «Ha estado estupendamente, aunque ha habido que tener un poco de precaución en algunos tramos por la lluvia de ayer, aún así, genial. Y hemos hecho todo el recorrido, subida y bajada, ¡eh!», señalaron Mila y María.
Pasadas las 12.30 horas del mediodía apareció en la zona del Muelle uno de los ganadores del sorteo de un viaje para dos personas que regala Vueling. Josu Mateos dio suspense al momento. El dorsal lo había guardado en el bolsillo y fue su familia y amigos los que se dieron cuenta de que podía ser el afortunado. Cuidadosamente deshizo el papel para que no se rompiera. «Yo venía solo a por el 'txoripan'» reconocía ante la sorpresa. Minutos después fue el turno de Fernando Reina, el segundo ganador de la jornada.
Hasta las 14.00 horas se quedaron muchos de los asistentes disfrutando de la animación. Cerca de 200 voluntarios participaron en la exitosa cita.
